(CNN) – Anteriormente se le llamaba “depresión maníaca”, en un intento de captar las oscilaciones de ánimo entre los subidones maníacos intensos y la caída a los estados depresivos más bajos. Hoy se denomina trastorno bipolar, otra forma de describir una enfermedad mental que tiene dos presentaciones completamente distintas.
La humorista Taylor Tomlinson, presentadora del nuevo programa nocturno de la CBS, “After Midnight”, que se estrenará a principios de 2024, habla abiertamente de su diagnóstico de trastorno bipolar en un especial de Netflix.
“Ser bipolar es como no saber nadar. Puede ser embarazoso decírselo a la gente, y puede ser difícil llevarte a ciertos lugares”, dijo Tomlinson en su especial de Netflix de 2022, “Taylor Tomlinson: Look at You”. “Pero tienes flotadores para los brazos. (Risas del público.) Y si te llevas los flotadores de brazos, puedes ir a donde demonios quieras”.
Tomlinson es una de los entre 40 y 50 millones de personas de todo el mundo que pueden padecer trastorno bipolar, según el Hospital Mount Sinai de Nueva York. “Suele comenzar en la edad adulta temprana, a menudo adopta un curso crónico y conlleva un mayor riesgo de suicidio, lo que lo convierte en un importante problema de salud pública y causa de discapacidad mundial”, señala el hospital.
Lo que dificulta el diagnóstico y el tratamiento: una persona con trastorno bipolar puede pasar meses o incluso años sin síntomas, o puede pasar por ambos extremos en una secuencia rápida, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales. Según los expertos, los cambios bruscos de humor pueden afectar al comportamiento, el juicio, la energía, el sueño y la capacidad de pensar con claridad.
Signos de trastorno bipolar: manía
Según la Clínica Mayo, cuando una persona con trastorno bipolar está “animada” suele estar eufórica —intensamente feliz, excitada y llena de energía—, pero la irritabilidad inusual también puede formar parte de la oscilación.
Una persona puede ser maníaca o hipomaníaca, que es una forma menos extrema de manía, pero ambas presentan los mismos síntomas. La persona puede estar nerviosa o anormalmente optimista y confiada, a menudo con una exagerada sensación de bienestar. Puede haber un aumento de la energía o agitación, junto con distracción, pensamientos acelerados y poca necesidad de dormir. La persona puede ser muy habladora o gastar mucho, hacer inversiones imprudentes y asumir riesgos sexuales, todos ellos signos de una mala toma de decisiones.
La forma más extrema de manía puede causar problemas muy notables en el trabajo, la escuela y el hogar, así como en situaciones sociales, según la Clínica de Mayo. En algunos casos, las personas en fase maníaca pueden romper con la realidad —escuchando voces, volviéndose paranoicas y psicóticas— y requerir hospitalización.
Signos de trastorno bipolar: depresión mayor
El polo opuesto a la fase maníaca del trastorno bipolar son los periodos de depresión, a menudo una depresión grave o “mayor” que puede causar problemas importantes en el trabajo, los estudios, el hogar y las relaciones.
Para ser diagnosticada de depresión mayor, una persona debe presentar varios de los siguientes signos: sentirse vacío, desesperanzado, triste y con ganas de llorar constantes, junto con una pérdida de interés o placer en casi todas las actividades son síntomas clave. El sueño puede verse afectado: una persona puede tener insomnio o dormir demasiado.
La fatiga y la pérdida de energía son otros síntomas, junto con la inquietud o la ralentización del comportamiento. Otro síntoma es la fluctuación de peso: aumento o pérdida significativa de peso, o aumento o disminución del apetito.
La indecisión o la disminución de la capacidad de concentración y de pensamiento, junto con sentimientos de inutilidad o culpabilidad inapropiados, son otros signos, al igual que los pensamientos o intentos de suicidio.
Diferentes tipos de trastorno bipolar
Existen varios tipos de trastorno bipolar, que se diferencian por la forma en que se presentan los síntomas, según la Clínica Mayo.
Bipolar I: las personas con trastorno bipolar I han tenido al menos un episodio maníaco junto con un período de depresión mayor o manía menos grave. Las personas con trastorno bipolar I también pueden tener un episodio de psicosis en el que sufren una ruptura con la realidad que puede requerir hospitalización.
Bipolar II: las personas con trastorno bipolar II nunca han tenido un episodio maníaco. En cambio, han tenido al menos un episodio depresivo mayor y al menos un episodio hipomaníaco.
Trastorno bipolar ciclotímico: en esta forma de la enfermedad, una persona pasa por muchos periodos de episodios hipomaníacos menos graves y periodos de síntomas depresivos que no cumplen los criterios de la depresión mayor.
Según la Clínica de Mayo, el trastorno bipolar también puede estar causado por las drogas, el alcohol o afecciones médicas como la esclerosis múltiple o el ictus.
¿Cómo se trata el trastorno bipolar?
Dependiendo de los síntomas y la gravedad, el tratamiento del trastorno bipolar consta de varios métodos, algunos de los cuales pueden utilizarse simultáneamente.
A menudo se recetan antipsicóticos y estabilizadores del estado de ánimo, según la Alianza Nacional de Enfermedades Mentales. La terapia cognitivo-conductual y la terapia familiar son otras vías de tratamiento, al igual que las técnicas de autocontrol. El ejercicio, la meditación, la fe y la oración “pueden apoyar el tratamiento, pero no sustituirlo”, afirma la NAMI.
Un estudio a largo plazo denominado Programa de Mejora Sistemática del Tratamiento del Trastorno Bipolar ha descubierto que las personas “que toman medicamentos para tratar el trastorno bipolar tienen más probabilidades de recuperarse más rápidamente y mantenerse bien si reciben psicoterapia intensiva”.
¿Es genético el trastorno bipolar?
Un estudio realizado en 2021 por el Consorcio de Genómica Psiquiátrica, un consorcio internacional de científicos dedicados a estudiar la base genética de los trastornos psiquiátricos, halló 64 variaciones en el ADN que aumentan el riesgo de padecer trastorno bipolar.
Según el estudio, esas variaciones genéticas se solapaban con otros trastornos mentales. Por ejemplo, los investigadores descubrieron que el trastorno bipolar I es genéticamente similar a la esquizofrenia, mientras que el trastorno bipolar II comparte más similitudes genéticas con la depresión mayor.