(CNN Español) – Cerca de 2,7 millones de electores están llamados a participar este domingo 18 de febrero en las elecciones al Parlamento de Galicia, en las que se elegirá a los 75 diputados que compondrán esta asamblea en la próxima legislatura y que, dependiendo de la representación que obtenga cada partido, definirán cuál es el candidato o candidata que puede hacerse con la presidencia de la Xunta de Galicia.
A pesar de quedar limitadas al ámbito regional, estos comicios son vistos como una suerte de examen a la acción que las formaciones políticas participantes están llevando a término en el ámbito nacional. Una especie de revisión con la que premiar o castigar a los partidos con los votos según el trabajo desempeñado desde las elecciones generales de julio de 2023.
Entre otros asuntos, politólogos y electorado han tenido muy presente las diferentes posturas que las formaciones han tomado respecto a la propuesta de Ley de Amnistía, una Proposición de Ley Orgánica que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y las formaciones independentistas Junts Per Catalunya (JxCat) y Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) pactaron para facilitar la investidura de Pedro Sánchez en noviembre de 2023.
Actualmente, esta propuesta de ley está varada en el Congreso de los Diputados a la espera de que los socialistas y los de Junts negocien cambios que se adecúen a las peticiones de los independentistas. Un hecho que, desde el Partido Popular (PP), se ha utilizado por activa y por pasiva para atacar a sus principales adversarios políticos en Galicia, tanto al Partido de los Socialistas de Galicia como al Bloque Nacionalista Galego (BNG).
Así las cosas, cuando el actual presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, convocó las elecciones en diciembre de 2023, muchos pensaban que el Partido Popular revalidaría su peso en la región al igual que en años anteriores. En total, mientras Alberto Núñez Feijóo lideró el partido a nivel autonómico lograron cuatro mayorías absolutas seguidas, esto es, desde 2009 a 2020. Ahora no parece tan claro que eso se pueda repetir.
El último estudio realizado por el Centro de Investigaciones Sociológicas respecto a estos comicios, publicado el lunes, señalaba que la mayoría absoluta del PP podría quedar empañada por un fuerte crecimiento del nacionalista BNG, que en ocasiones anteriores se había situado entre la cuarta y la segunda posición. De ser así, el candidato del PP y presidente de la Xunta en funciones, Alfonso Rueda, no tendría asegurado el liderazgo regional. Y eso podría tener consecuencias para el líder de los populares a nivel nacional, Núñez Feijóo, debilitando su posición al perder un feudo habitual de su formación.
Sin embargo, nada está escrito. Todavía hay margen para que los electores se expresen y las urnas arrojen resultados que contradigan los resultados de cualquier sondeo realizado hasta el momento.
Lo que está claro es que, en caso de sumar, la izquierda gallega intentará tomar las riendas de la presidencia autonómica. Así lo dejaron entrever la líder del BNG, Ana Pontón, y el del PSdG, José Ramón Gómez Besteiro, en el debate electoral organizado este miércoles por Televisión Española y al que no acudió Rueda.
“Creo que si la ciudadanía apuesta por esto, yo estaré encantada y me sentiré muy orgullosa de ser presidenta de un Gobierno que represente la pluralidad”, afirmó Pontón al ser preguntada por una posible coalición.
¿Cómo se elige al presidente de la Xunta?
La elección del presidente o la presidenta de la Xunta de Galicia se hace en el Parlamento. Una vez constituido, el presidente de esta asamblea legislativa es el responsable de proponer a un candidato o candidata para la presidencia de la Comunidad Autónoma.
De ahí, tal y como ocurre a nivel nacional en el Congreso de los Diputados, el candidato o candidata logrará la investidura a través de una primera votación donde logre el apoyo de una mayoría absoluta de la cámara, fijada en 38 diputados, o bien en una segunda votación que tiene lugar 24 horas después, en la que solo precisará de una mayoría simple, es decir, más votos a favor que en contra.