(CNN) – Un retrato de Gustav Klimt que no se había visto en casi un siglo se vendió por US$ 32 millones, la cifra más baja de su estimación previa a la subasta.
El “Retrato de la señorita Lieser”, que se cree una de las últimas obras del pintor austriaco, generó una gran expectativa en el mundo del arte, pero acabó vendiéndose por la cantidad más baja de su valoración, que oscilaba entre los 30 y los 50 millones de euros (entre US$ 32 y US$ 53,4 millones).
Las pujas comenzaron en 28 millones de euros y la obra alcanzó un precio final de 30 millones. Esta cifra no incluye los honorarios de la casa de subastas.
El precio de venta fue menos de la mitad del alcanzado por otro cuadro de Klimt -“Dame mit Fächer” (Dama con abanico)- en Londres el año pasado. El último retrato realizado por Klimt se convirtió en la obra de arte más cara jamás vendida en una subasta europea, cuando se vendió por 85,3 millones de libras (US$ 108,4 millones).
El “Retrato de la señorita Lieser” se consideró perdido durante mucho tiempo, según la casa de subastas vienesa im Kinsky. Sin embargo, hace poco se supo que había sido propiedad privada de un ciudadano austriaco.
“El redescubrimiento de este retrato, uno de los más bellos del último periodo creativo de Klimt, es toda una sensación”, declaró la casa de subastas en un comunicado publicado en su página web antes de su venta este miércoles por la tarde.
La pieza, intensamente viva y colorida, había sido documentada en catálogos de la obra del artista, pero los expertos solo la habían visto en una foto en blanco y negro.
Se sabe que la modelo pertenecía a una acaudalada familia judía austriaca que entonces formaba parte de la clase alta de la sociedad vienesa, donde Klimt encontraba a sus mecenas y clientes. No obstante, su identidad no es del todo segura.
Los hermanos Adolf y Justus Lieser fueron importantes industriales del imperio austrohúngaro. En los catálogos de las obras de Klimt se afirma que Adolf encargó al artista que pintara a su hija adolescente Margarethe Constance. Sin embargo, nuevas investigaciones de la casa de subastas sugieren que la esposa de Justus, Lilly, le contrató para pintar a una de sus dos hijas.
La declaración en la página web de la casa de subastas revela que la modelo -fuera quien fuera- visitó el estudio de Klimt nueve veces en abril y mayo de 1917. Realizó al menos 25 estudios preliminares y lo más probable es que comenzara el cuadro en mayo de ese año.
“El pintor eligió un retrato de tres cuartos para su representación y muestra a la joven en una pose estrictamente frontal, cerca del primer plano, sobre un fondo rojo e indefinido. Una capa ricamente decorada con flores rodea sus hombros”, explica la casa de subastas.
Y añade: “Los intensos colores del cuadro y el cambio hacia pinceladas sueltas y abiertas muestran a Klimt en el apogeo de su periodo tardío”.
Cuando el artista murió tras un accidente cerebrovascular en febrero siguiente, el cuadro aún estaba en su estudio, con algunas pequeñas partes sin terminar. Fue entregado a la familia Lieser.
Su destino exacto después de 1925 “no está claro”, según la casa de subastas.
“Lo que se sabe es que fue adquirido por un predecesor legal del expedidor en la década de 1960 y llegó al propietario actual a través de tres herencias sucesivas”, dice el comunicado.
El cuadro iba a ser vendido en nombre de sus propietarios austriacos, que no han sido nombrados, junto con los sucesores legales de “Adolf y Henriette Lieser sobre la base de un acuerdo conforme a los Principios de Washington de 1998”, dijo la casa de subastas.
Establecidos en 1998, los Principios de Washington encargaban a las naciones participantes la devolución de las obras de arte confiscadas por los nazis a sus legítimos propietarios.
Claudia Mörth-Gasser, especialista en arte moderno de im Kinsky, explicó la situación en un correo electrónico a CNN.
Dijo que el subastador comprobó la historia y procedencia del cuadro “de todas las formas posibles en Austria”, y agregó: “Comprobamos todos los archivos y no encontramos pruebas de que el cuadro haya sido exportado fuera de Austria, confiscado o saqueado”.
Pero, del mismo modo, agregó: “No tenemos pruebas de que el cuadro no haya sido saqueado nunca en el lapso comprendido entre 1938 y 1945”.
Y esta es la razón “por la que hemos llegado a un acuerdo entre el actual propietario y todos los descendientes de la familia Lieser de conformidad con los ‘Principios de Washington’”, dijo.
Los retratos de mujeres de Klimt “rara vez se ofrecen en subasta”, señala el comunicado de prensa. Y continúa: “Un cuadro de tal rareza, significación artística y valor no ha estado disponible en el mercado del arte en Europa Central desde hace décadas”.