(CNN) –– Muchos de nosotros, los que ya tenemos cierta edad, todavía podemos recordar la primera vez que agarramos un mando del Nintendo Entertainment System y nos sumergimos rápidamente en los coloridos mundos de Super Mario, Zelda y Donkey Kong.
Si estos juegos tuvieron un papel importante en tu infancia, el esperado nuevo Museo de Nintendo de Japón es una visita obligada.
Abierto al público el 2 de octubre, el espacio interactivo se encuentra en el antiguo complejo de fábricas de la compañía de videojuegos en Uji, aproximadamente a una hora al sur de la ciudad de Kioto.
Distribuido en tres edificios principales, el Museo de Nintendo guía a los visitantes a través de los 135 años de historia de la compañía con una exposición exhaustiva que incluye consolas y prototipos raros, juegos interactivos, experiencias e incluso un restaurante de hamburguesas temático.
Si bien los visitantes del museo no podrán saltar y golpear “bloques de preguntas” como Mario Bros (de todos modos ya pueden hacerlo en el parque temático Super Nintendo World en la cercana Osaka), tendrán acceso a una gran cantidad de información que ofrece ideas sobre la mente del genio de Nintendo, Shigeru Miyamoto, también conocido como el padre de Super Mario.
La gigantesca empresa de videojuegos se fundó en 1889 como fabricante de naipes que producían hanafuda, que significa “naipes de flores” en español. Una sección del museo llamada “Craft and Play” está dedicada a estos humildes comienzos y cuenta con una sala de hanafuda donde los visitantes aprenden a jugar el tradicional juego de cartas con la ayuda de la tecnología y pueden participar en un taller para crear sus propios naipes de flores.
Sin embargo, la principal atracción del museo es su área “Discover”, un enorme salón que exhibe casi todos los productos lanzados por la compañía, incluidos dispositivos raros de edición limitada y prototipos que no funcionaron.
Otro punto destacado del edificio Discover es la colección de ocho juegos interactivos especiales, cada uno de los cuales representa una creación icónica en la historia de los juegos de la empresa.
Mientras tanto, “Big Controller” permite a los visitantes colaborar y jugar juegos clásicos de Nintendo en, como sugiere el nombre, controladores de gran tamaño diseñados para parecerse a los originales de consolas como Wii y Famicom.
Entre los minijuegos que se ofrecen se encuentran un juego de disparos láser llamado “Zapper & Scope”, que es un guiño al sistema de disparo con pistola de luz de la compañía desarrollado en 1973, y “Love Tester”, lanzado por primera vez en 1969.
Los visitantes del museo reciben 10 monedas digitales que pueden usar para jugar, pero hay que tener cuidado: no es posible comprar monedas adicionales, por lo que los jugadores deberán diseñar una estrategia y elegir sabiamente.
A pesar de su discreta fachada gris, el museo está lleno de detalles divertidos que son exclusivamente de Nintendo, desde los múltiples kinopio (sapos) que cantan cuando se les toca la cabeza hasta los casilleros que parecen casetes de Gameboy.
La cafetería del museo, Hatena Burger, presenta una decoración con temática de Nintendo, mientras que la tienda vende recuerdos como cojines de control de tamaño enorme, llaveros y hanafuda.
¿Listo para visitar el lugar? Aquí es donde las cosas se complican. No puedes simplemente presentarte en la puerta y comprar una entrada.
Los visitantes deben acceder a la página web del museo y registrarse en un sorteo con al menos tres meses de antelación. Esto significa que los viajeros pueden participar en un sorteo para conseguir entradas para visitar el museo a partir de enero y pueden seleccionar hasta tres fechas y horarios preferidos.
Los ganadores se anuncian dos meses antes de la fecha de visita programada y las entradas deben comprarse de inmediato.
Aquellos que no puedan inscribirse con antelación también pueden probar suerte en el calendario del sitio web del museo y buscar entradas que hayan sido canceladas o añadidas más tarde.
Los boletos cuestan 3.300 yenes (US$ 23) por adulto y 2.200 yenes (US$ 15 dólares) en el caso de los niños. Algunas partes de la exposición tienen un costo adicional.