A man arranges flowers in the floor during a rally commemorating the 56th anniversary of the 1968 Tlatelolco student massacre at Zocalo square in Mexico City on October 2, 2024. In her first press conference as Mexico's president, Claudia Sheinbaum on October 2, offered a 'public apology' for a 1968 massacre of students by the army, and announced that she will present a security plan next week. (Photo by Yuri CORTEZ / AFP) (Photo by YURI CORTEZ/AFP via Getty Images)
 A 56 años de la masacre de Tlatelolco continúa la exigencia de justicia
03:18 - Fuente: CNN

(CNN Español) – El 2 de octubre de 1968 ocurrió una de las tragedias más recordadas en la historia contemporánea de México: la matanza estudiantil de Tlatelolco.

Ese día, miles de personas —principalmente estudiantes, pero también profesores, madres, padres, hijos y obreros— se reunieron en la Plaza de las Tres Culturas, ubicada en el barrio de Tlatelolco, cerca del centro de la Ciudad de México, para realizar una manifestación con varias exigencias, según recuentos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH).

Las exigencias eran seis, explica la CNDH:

  1. Libertad de todos los presos políticos
  2. Derogación del artículo 145 del Código Penal Federal (que establecía el delito de “disolución social”)
  3. Desaparición del Cuerpo de Granaderos
  4. Destitución de jefes policiacos
  5. Indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto
  6. Deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos

Antes de las 6 p.m., cuando la manifestación estaba a punto de concluir, un helicóptero sobrevoló la Plaza de las Tres Culturas y se lanzaron bengalas desde él, lo que era la señal del Gobierno de Gustavo Díaz Ordaz para atacar a los asistentes a la protesta, menciona la CNDH.

Miembros del grupo paramilitar conocido como Batallón Olimpia —cuyos miembros vestían de civiles y portaban un guante blanco para identificarse— y también elementos del Ejército mexicano dispararon contra la multitud congregada en la plaza.

La UNAM indica que, tras las bengalas lanzadas desde el helicóptero, los francotiradores del Batallón Olimpia, que previamente se habían infiltrado hasta el edificio Chihuahua –ubicado en la cabecera de la Plaza de las Tres Culturas–, iniciaron los disparos contra los manifestantes y también contra los elementos del Ejército. Estos, al pensar que estaban siendo agredidos por estudiantes, comenzaron a disparar a los asistentes a la protesta, añade la institución educativa.

Lo que queda claro es que el Gobierno de Díaz Ordaz ordenó el ataque: “Los militares y el Batallón Olimpia tenían órdenes de disparar en contra de los jóvenes”, según señala el Gobierno de México.

En medio del caos en Tlatelolco, muchos corrieron para esconderse en los edificios de la plaza; sin embargo, militares entraron sin orden judicial para detenerlos y llevárselos.

Hasta la fecha, no se conoce el saldo exacto de la masacre. Las cifras varían: mientras algunas versiones hablan de 25 víctimas mortales, otras ubican el total de personas asesinadas por encima de las 300. Asimismo, algunas estimaciones señalan que hubo 700 lesionados y más de 5.000 detenidos.

Vehículos blindados y soldados patrullan por las calles de la zona de Tlatelolco, en la Ciudad de México, el 5 de octubre de 1968, tres días después de que el Ejército mexicano y el Batallón Olimpia abrieran fuego contra manifestantes que protestaban contra la represión de la Policía.

¿Por qué ocurrió?

El movimiento estudiantil de 1968 tiene similitudes con otros movimientos educativos en otras partes del mundo, como Francia y Estados Unidos, donde sus integrantes exigían el fin de la represión por parte de las fuerzas de seguridad y el respeto a las libertades, según el Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).

“En 1968, el autoritarismo y represión ejercidos por el Gobierno [de México] desencadenaron una serie de marchas organizadas por estudiantes de universidades como la UNAM y el Politécnico, en las que se exigía, entre otras cosas, el respeto al reclamo y movilización social, la disolución del cuerpo de granaderos y el respeto a los derechos. Aunque estaba integrado en su mayoría por jóvenes, a la causa se habían sumado también otros sectores de la población que antes ya se habían organizado para sus propias demandas, por lo que el movimiento adquirió gran fuerza y relevancia social”, explica el INAH.

El punto de inflexión en 1968, detalla la UNAM, fue el 22 de julio de ese año. Ese día, estudiantes de la Preparatoria Isaac Ochoterena (incorporada a la UNAM) y las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se enfrentaron y la Policía no interviene. Pero el 23 de julio se vuelve a registrar una riña entre ambos grupos y el Cuerpo de Granaderos comienza la represión.

“El combate entre tres mil estudiantes, más de 200 granaderos y 25 agentes de los Servicios Especiales de Policía dura tres horas. Los granaderos irrumpen en la Voca 5 [del IPN] y golpean a estudiantes y profesores. Un joven fue hospitalizado por conmoción y dos profesoras fueron vejadas. Pese a la exigencia de transeúntes a los granaderos de detener la agresión, su respuesta fue más violencia”, agrega la UNAM.

A partir de entonces, el movimiento comenzó a crecer y las seis exigencias presentadas el 2 de octubre empezaron a tomar forma.

Riña entre estudiantes de la Preparatoria Isaac Ochoterena (incorporada a la UNAM) y las vocacionales 2 y 5 del Instituto Politécnico Nacional (IPN), el 22 de julio de 1968. Este enfrentamiento se considera el punto de inflexión del movimiento estudiantil de 1968.

Estos son algunos hechos que siguieron después de estos enfrentamientos, según información de CNN y la UNAM:

  • Del 26 al 29 de julio de 1968, varias escuelas entraron en paro de labores y estudiantes del IPN convocaron a una marcha para protestar contra la reacción de las autoridades y exigir más democracia; a la marcha se sumaron alumnos de la UNAM y de la Universidad de Chapingo. Y una vez más, el Gobierno mandó policías para controlar a los manifestantes.
  • Para ese momento, México se preparaba para ser sede de los Juegos Olímpicos —que se celebraron del 12 al 27 de octubre—, por lo que al Gobierno de Díaz Ordaz (1964-1970) le preocupaba que un conflicto estudiantil dañara la imagen del país.
  • Para entonces ya también había surgido el Consejo Nacional de Huelga (CNH), conformado por estudiantes de la UNAM, del IPN y de otras universidades. Posteriormente se sumaron profesores, padres de familia, activistas políticos, intelectuales, obreros y ciudadanos, quienes consideraban que las autoridades limitaban la libertad de expresión y acción de la sociedad.
  • El 27 de agosto, estudiantes que protestaban en el Zócalo capitalino decidieron bajar la bandera nacional y colocar una pequeña bandera rojinegra. Para la madrugada del 28 de agosto, tanques del Ejército salieron de Palacio Nacional para dispersar a los manifestantes.
  • El 13 de septiembre, cientos de estudiantes marcharon por la Ciudad de México con pañuelos en la boca como un mensaje para que la Policía no pusiera de pretexto la provocación de los manifestantes para reprimirlos. El acto fue nombrado “La marcha del silencio”.
  • El 18 de septiembre, elementos del Ejército tomaron Ciudad Universitaria, el principal campus de la UNAM. Las autoridades justificaron la decisión con el argumento de que había edificios “ocupados ilegalmente por grupos extrauniversitarios ajenos a fines académicos”. Los militares también tomaron instalaciones del IPN.
  • La Cámara de Diputados, entonces dirigida por Luis Farías, había acusado al rector de la UNAM, Javier Barros Sierra, de dirigir el movimiento estudiantil contra el Gobierno. Barros Sierra presentó su renuncia, pero no fue aceptada; el 25 de septiembre, la Junta de Gobierno de la UNAM le pidió expresamente permanecer al frente de la universidad.
  • Para el 2 de octubre, se convocó a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas de la capital mexicana. Miles de persona se dieron cita en el barrio de Tlatelolco. Mientras esto ocurría, el Ejército vigilaba que no hubiera disturbios.