Nota del editor: Mel Robbins es comentarista de CNN, analista legal, autora de superventas y oradora principal. En el 2014, fue nombrada conductora sobresaliente de noticas por radio en los premios Gracie. Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivamente las de la autora.
(CNN) – Se terminó… Donald Trump es el candidato propuesto por los republicanos.
Él acaba de agregar Nevada a su creciente lista para ganar las primarias de la asamblea partidista y aunque necesita más delegados para asegurarlo, ¿quién puede detenerlo ahora?
Él está liderando las encuestas nacionales y muchas encuestas estatales; ha tenido éxito en derrotar a rivales como Ted Cruz, Jeb Bush y Ben Carson, y al parecer nadie puede detenerlo. La única pregunta es: ¿cuándo lo aceptará el Partido Republicano? La respuesta: no sucederá pronto.
A la clase dirigente no le gusta porque no lo puede controlar. Sin embargo, él es el único candidato conservador que tiene posibilidad de ganarle a Hillary Clinton. Las encuestas podrían sugerir que Marco Rubio está teniendo éxito como un unificador conservador, pero nadie atacará la mayor debilidad de Clinton mejor que Trump, y eso desgasta a Clinton.
Lo sentimos, fans de Bernie (Sanders), la nominación demócrata la ganará ella.
Bush se ha retirado de la contienda de una manera que valida casi todos los insultos que Trump le había lanzado (estos son solo de las últimas dos semanas):
“Desastre total”, “tenía que llevar a mami para que me abofeteara”, “cero habilidades de comunicación”, “candidato débil”, “gastó una fortuna de dinero de intereses especiales en un anuncio de Super Bowl”, “desesperado”, “campaña fallida”, “¡no es un líder!” “Por mucho, el más débil de todos”, “Jeb fracasó como Jeb”, “se dio por vencido y buscó a su mami y a su hermano”, “débil”, “ninguna posibilidad”.
Al menos Jeb tuvo el valor de enfrentar la verdad y retirarse. John Kasich es un buen tipo, y da buenos abrazos, pero ¿en qué escenario en realidad podría ganar? Carson está tan sorprendido como tú y yo de que aún esté en el escenario, lo que significa que no pertenece allí.
Permanecer en la contienda es delirante en este punto. Es hora de que empaquen sus maletas y conviertan su derrota en una victoria en el circuito editorial y de discursos.
Eso deja a Rubio y a Cruz. Ninguno de ellos puede vencer a Clinton o a Trump para ese propósito. Sí, Cruz ganó en Iowa, pero él es muy aterrador para los republicanos moderados e independientes. Ahora que Jeb se retiró, la “clase dirigente” del Partido Republicano puede esperar que Rubio obtenga suficientes votos de no adeptos a Trump para lograr la victoria, pero eso tampoco está sucediendo. Después de que Cruz y Trump tomaran su parte de los indecisos, no quedará suficiente para que Rubio pueda obtener el impulso que necesita para superar a Trump.
El verano pasado, les di cinco razones por las que muchos estadounidenses amaban a Trump y por qué logró llegar hasta el final. Observa que cuatro de los cinco puntos consolidaron su camino a la nominación republicana. En ese momento, los comentaristas políticos experimentados y expertos simplemente me vieron con ojos de escepticismo. Ahora, están prediciendo una victoria.
1. Él es real.
2. A él no le importa lo que piensas.
3. Muchos estadounidenses odian Washington.
4. Es precoz (inválido).
5. Quieres verlo debatir.
(Como mencioné en ese artículo, en una revelación completa, conozco a Trump. He ofrecido discursos de apertura para su empresa, he ofrecido conferencias en los mismos eventos de liderazgo, hemos conversado en las salas de reuniones y lo he entrevistado en cámara).
Observa también que la campaña de Trump tampoco ha cambiado para nada en ocho meses. En todo caso, Trump solo suavizó el tono, el temperamento y las tácticas.
En julio de 2015, esto es lo que Trump le dijo a una multitud en Sun City, Carolina del Sur: “Estamos cansados de que nos manden y nos dirijan personas estúpidas… necesitamos un liderazgo inteligente, necesitamos un gran liderazgo. Necesitamos hacer que Estados Unidos sea grande otra vez”. No había una política entonces, y no hay política ahora. Y no parece importar.
Incluso en ese entonces, Trump les decía a los medios de comunicación que no veía a Jeb “como un factor”, y tenía razón.
El presidente del Comité Nacional Republicano, Reince Priebus, supuestamente le dijo Trump que moderara su retórica el verano pasado. Sin embargo, él simplemente la aumentó.
En septiembre, el mundo estaba indignado porque habló sin cuidado ante el público y por sus diatribas en Twitter. Nadie podía creer que se hubiera referido a Lindsey Graham como “todo un superficial… idiota”, y vociferó que Rick Perry usa lentes para que “la gente piense que es inteligente” y que los funcionarios de la administración de Obama eran “idiotas”. El rostro de Carly Fiorina le molestaba y dijo que a Megyn Kelly le salía sangre de “lo que sea”.
Eso tampoco lo ha frenado. De hecho, ¿a quién no ha ofendido hasta este momento? Básicamente, nadie se ha librado: ni el papa, ni George W. Bush, o las mujeres, los inmigrantes mexicanos, Fox News, los refugiados, los musulmanes, los hermanos Koch, Washington, Apple…¡Nadie!
Afortunadamente, CNN y The New York Times han amasado una lista de los insultos de Trump.
Incluso dijo que podría dispararle a uno de sus seguidores y aún ganar. Por desgracia, puede que tenga razón, suponiendo que no fuera detenido y encarcelado por ello. El lunes, dijo que extrañaba los “buenos viejos tiempos” porque quería darle un puñetazo a un manifestante.
La clase dirigente del Partido Republicano se ha equivocado en todo momento, y Trump ha estado en lo correcto. En los negocios, hay una explicación para esto: alteración. Eso es lo que Trump ha hecho… él ha alterado la política de siempre y cambió las reglas en su totalidad. Como argumenté en enero, una vez que los alteradores como Amazon, Uber y Airbnb obtienen la delantera, es casi imposible que los superen.
Por esa razón es que la clase dirigente lo odia. No solo ha cambiado las reglas, sino que también le ha dado un giro a la jerarquía. El Partido Republicano ha sido rechazado. Es algo parecido a ese momento hace unas semanas, cuando a Paul McCartney le prohibieron la entrada a una fiesta después del Grammy. McCartney era dueño de la industria, pero ahora no es lo suficientemente relevante para tener acceso a información privilegiada.
Es por eso que, para el debate final del jueves antes del supermartes, todos vamos a sintonizar… para ver lo que hace Trump. Y te puedo decir exactamente qué sucederá.
Ha sido consistente en un 100% desde que entró a la contienda el pasado verano. Nos dirá cuáles son sus planes para hacer grande a Estados Unidos de nuevo. Nos recordará que hemos hecho pésimos acuerdos con China e Irán. Y empezará a atacar.
La única cosa impactante sobre todo esto es que aunque Trump siempre está al ataque, nadie ha podido devolverle un golpe directo.
Y considera esto: Trump aún no ha empezado a insultar a Rubio. Créeme, está por hacerlo. De la misma forma ha sido un truco de negociación que ha estado usando todo este tiempo: reducir el potencial percibido de su oponente.
Recuerda mis palabras, del mismo modo que Trump sacó a Jeb de la contienda al llamarlo “débil” y de “baja energía”, sacará a Rubio al referirse a él como una opción decente para “VP”.
Entonces, ¿qué está esperando el Partido Republicano? En las últimas seis primarias del Partido Republicano sin un titular, con la excepción de Newt Gingrich en el 2012, cada uno de los ganadores de Carolina del Sur desde 1980 se ha convertido en el eventual candidato republicano.
Para todos los que odian a Trump, esas nos son buenas noticias.
Si aún estás cruzando los dedos con la esperanza de que Rubio gane auge, te aconsejo, no pierdas tu tiempo. La contienda ha terminado. Es momento de que la clase dirigente del Partido Republicano decida si quiere continuar con la crisis de identidad o elegir a un presidente.
El candidato propuesto por los republicanos es Donald Trump.