(CNN) – Hay una oración en el excelente perfil de Olivia Nuzzi sobre Hope Hicks, en la revista New York, que te dice absolutamente todo lo que debes saber sobre Donald Trump, presidente de Estados Unidos. Y también sobre el grupo de personas que orbitan a su alrededor.
Es esta:
“No importa qué tan muertos aparenten estar alguno de esos excéntricos, maniáticos o divas, cuán lejos del presidente los deje su situación de despedido o de renuncia o de nunca-fue-contratado, nadie se va realmente”.
Nuzzi continúa contando la historia de la decisión de Hicks de renunciar como directora de Comunicaciones de la Casa Blanca, una movida provocada por una serie de filtraciones sobre la vida personal de Hicks que, en el artículo, parecen remontarse al exgerente de campaña de Trump, Corey Lewandowski.
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Ese episodio es indicador del retrato más amplio de la Casa Blanca que surgió durante este primer año de Donald Trump como presidente de Estados Unidos: un torbellino constante de “quién está arriba, quién está abajo” en el que los empleados siempre están preocupados por su situación laboral o de su cercanía a Trump, mientras un variopinto equipo de exasesores y aduladores está listo siempre para ganar los afectos del presidente.
Tiene todas las características del reality show “The Apprentice”, que Donald Trump ayudó a crear junto a Mark Burnett, en la década de 2000. Una serie de aspirantes que compiten por la aprobación del “señor Trump”. Abundantes rivalidades personales, todas avivadas por Trump. Y, por supuesto, giros y vueltas, como traer de regreso a un concursante que fue expulsado del programa semanas atrás.
Uno necesita mirar el caso de Omarosa Manigault Newman para entender la obsesión de Trump por reciclar a sus personajes favoritos. Omarosa “protagonizó” la primera temporada de “The Apprentice” y la primera temporada de “Celebrity Apprentice”. También apareció en “All-Star Celebrity Apprentice”.
Ella fue despedida en todas esas oportunidades.
A pesar de eso, o tal vez por eso, fue llevada a la campaña de Trump como directora de Extensión Afroestadounidense. Ya con Trump en la Casa Blanca, fue vocera de la Oficina de Enlace Público. Renunció oficialmente a la Casa Blanca en diciembre de 2017.
Sobre el despido, el subsecretario de Prensa, Raj Shah dijo: “Omarosa fue despedida tres veces en ‘The Apprentice’, y esta fue la cuarta vez que la dejamos ir. Tuvo limitado contacto con el presidente mientras estuvo aquí. No tiene contacto ahora”.
Omarosa apareció después en “Celebrity Big Brother”, donde insistió en que había intentado ser una fuerza moderadora de Trump y declaró que nunca volvería a votar por él. (Fue expulsada de la casa de “Gran Hermano” a fines de febrero ).
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¡Qué carrera! Facilitada en cada momento clave por la falta de voluntad de Trump para simplemente desterrar a Omarosa de una vez por todas.
Porque eso no es lo que hace. Él pelea. Él se enfurece. Él hostiga. Despide (o, al final, alguien más despide por orden suya). Pero nunca abandona a nadie. O al menos no a quien alguna vez haya demostrado el tipo de lealtad hacia él que Trump quiere y necesita.
Es por eso que Lewandowski de alguna manera todavía está cerca. Es por eso que Trump defiende al exasesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn, a pesar de que Flynn se declaró culpable de mentirle al FBI y está cooperando con la investigación del fiscal especial, Robert Mueller. Es por eso que, al anunciar que Gary Cohn, su principal asesor económico, abandonaba la Casa Blanca, Trump expresó la idea de que Cohn podría volver. Es por eso que Anthony Scaramucci todavía está en la órbita de Trump a pesar de un histórico periodo de 10 días como director de Comunicaciones de la Casa Blanca.
Nadie está verdaderamente “muerto” para Donald Trump. Lo único que ama Donald Trump, más que el conflicto entre los que trabajan para él, es la reconciliación entre esas personas.
Recuerda, siempre, que Trump era telerrealidad antes de la telerrealidad. Está en el negocio, incluso ahora, de que se mantengan los ojos sobre él. Eso significa drama, conflicto y resolución. Lavar. Enjuagar. Repetir.