(CNN) – El anuncio que hizo el martes la fiscal general de Nueva York, Letitia James, de que su investigación sobre la Organización Trump pasó de ser estrictamente civil a ser también una investigación penal es un buen recordatorio de los varios enredos legales que enfrenta el expresidente Donald Trump mientras trabaja para mantener el control del Partido Republicano y reflexiona sobre una candidatura a la reelección presidencial en 2024.
Aunque la oficina de James no dio detalles sobre qué fue específicamente lo que llevó a definir una investigación penal, el analista legal de CNN Elliot Williams ofreció esta opinión sobre la medida —y lo que tiene que ver con la investigación en curso sobre la organización de Trump por parte del fiscal del distrito de Manhattan, Cyrus Vance— en una entrevista en “New Day” el miércoles:
“Lo que parece ser es que la oficina del fiscal general, en el curso de la investigación de los agravios civiles del presidente, encontró algo que no parecía correcto y parecía tener algún tipo de elemento criminal y sumó a la oficina del fiscal de distrito. Esto les permite unir recursos, compartir información. Y, en efecto, ayuda a las investigaciones de las dos oficinas”.
Fiel a su estilo, Trump emitió una declaración extensa en la que lamenta las investigaciones en su contra y sugiere que lo único que le importa a James es “derribar a Trump”.
Aunque no sabemos con seguridad si la oficina de James descubrió alguna nueva infracción de la Organización Trump de carácter potencialmente penal en el curso de lo que había sido una investigación civil, sí conocemos las diversas áreas que tanto el fiscal general como el fiscal del distrito estaban investigando.
Vamos a repasarlas.
1) James está investigando cómo Trump definía el valor de sus activos. Tras el testimonio del exabogado de Trump Michael Cohen ante el Congreso en el que alegó que Trump, junto con los miembros de su familia, en repetidas ocasiones había “inflado sus activos totales cuando servía a sus propósitos, como tratar de estar en la lista de las personas más ricas de Forbes, y desinflaba sus activos para reducir sus impuestos sobre la propiedad inmobiliaria”, James anunció que investigaría esas afirmaciones para ver si se elevan al nivel de fraude. Su oficina ha tomado declaración al hijo de Trump Eric y a Allen Weisselber, director financiero de larga data de la Organización Trump.
2) Vance está investigando el funcionamiento financiero interno de la Organización Trump. Este caso surgió de preguntas acerca de varios pagos de dinero a cambio de silencio hechos en secreto en el período previo a las elecciones de 2016 por parte de Cohen a mujeres que alegaban que habían tenido relaciones extramatrimoniales con Trump. (Cohen le dijo al Congreso en 2019, bajo juramento, que no tenía “ninguna duda” de que Trump sabía sobre los pagos). Sin embargo, la investigación es más amplia. Además de examinar estos pagos a cambio de silencio, Vance también está investigando si Trump sobrevaluó (e infravaloró) varias propiedades ante prestamistas y compañías de seguros. También evalúa si la empresa pagó los impuestos que le correspondían. La investigación logró una gran victoria en febrero cuando la Corte Suprema bloqueó los intentos de Trump de mantener ocho años de registros fiscales, de 2011 a 2019, fuera de las manos de Vance. El mes pasado, la oficina de Vance sumó a un excontador forense del FBI que estuvo íntimamente involucrado en la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Así que eso es lo que sabemos sobre las investigaciones en curso del fiscal de distrito de Manhattan y la fiscal general de Nueva York. Sin embargo, esos distan de ser los únicos problemas legales que enfrenta Trump. Aquí un vistazo a algunos de los más destacados:
3) La demanda por difamación de E. Jean Carroll. Días antes de las elecciones de 2020, un juez federal rechazó un intento de Trump, representado por abogados del Departamento de Justicia, de desestimar un caso presentado por Carroll en el que acusaba a Trump de haberla violado en la década de 1990. Él negó la acusación diciendo “Ella no es mi tipo”. El caso ahora avanza en el sistema judicial federal.
4) La demanda por difamación de Summer Zervos. Zervos, exconcursante de “The Apprentice”, demandó a Trump en 2017. Argumentó que el ahora expresidente, al negar su acusación de que la había agredido sexualmente en 2007, la había difamado y sometido a acoso. Trump perdió un intento de desestimar el caso a fines de 2019. En marzo, un tribunal de apelaciones de Nueva York rechazó la última apelación de Trump. Esto significa que ahora el procedimiento pasará a un tribunal de primera instancia.
5) La demanda de Mary Trump. La sobrina del presidente —autora del bestseller “Too Much and Never Enough: How My Family Created the World’s Most Dangerous Man”—, demandó a Trump en septiembre de 2020. Mary Trump argumentó que él, su hermana y su difunto hermano habían cometido fraude para impedir que ella obtuviera la parte que le correspondía de la herencia del padre de Trump, Fred Sr.
Aparte de ese sinfín de problemas legales, está la cuestión de si Trump podría ser acusado de obstrucción de la justicia por sus intentos de impedir e inhibir la investigación de Mueller. En un intercambio durante su testimonio ante el Congreso en julio de 2019, Mueller sugirió que creía que Trump podría ser acusado una vez que dejara el cargo.
Ahora bien, no está del todo claro si Trump en sí mismo enfrenta un riesgo legal directo por alguna de estas investigaciones. Y, si el pasado funciona como prólogo, Trump va a usar todos los medios a su alcance para enlentecer los procedimientos legales y enturbiar las aguas en términos de la percepción pública. Y Trump de hecho sí logró una victoria legal a principios de este año cuando la Corte Suprema se negó a tomar un caso que alegaba que violó la cláusula de emolumentos de la Constitución, que prohíbe a un presidente obtener ganancias de un gobierno extranjero mientras esté en el cargo.
Dicho esto, no hay duda de que el anuncio de James el martes representa una fase nueva y probablemente más peligrosa de la investigación sobre Trump. E, incluso si logra escapar de esa investigación, todavía lo acechan otros muchos problemas legales.