(CNN) – El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, tiene a muchos líderes de la comunidad haitiana en Estados Unidos temiendo lo que pueda venir después.
“Hay temores muy reales sobre si habrá o no violencia en las calles”, dijo Vania Andre, editora del Haitian Times, un influyente periódico para la diáspora haitiana en Estados Unidos.
Los atacantes irrumpieron en la casa de Moïse hacia la 1 de la madrugada del miércoles e hirieron mortalmente al jefe de Estado, según el primer ministro en funciones, Claude Joseph, que calificó el asesinato de “acto atroz, inhumano y bárbaro”.
La primera dama de Haití, Martine Moïse, recibió un disparo en el atentado y fue evacuada a un hospital de Miami para recibir tratamiento, dijo el embajador de Haití en Estados Unidos. Su estado es estable pero crítico, dijo el miércoles el embajador Bocchit Edmond.
Violencia extrema en las calles
La muerte de Moïse se produce en un momento en que la capital haitiana, Puerto Príncipe, se enfrenta a una violencia extrema que se ha intensificado desde junio y se ha cobrado la vida de muchos ciudadanos.
Grupos rivales se han enfrentado entre sí o con la policía por el control de las calles, desplazando a decenas de miles de personas y empeorando la crisis humanitaria del país.
Tras la avalancha de apoyo internacional al país luego del devastador terremoto de 2010, muchos estadounidenses de origen haitiano se mostraron optimistas ante la posibilidad de que el malestar político y social en el país mejorara, y algunas personas incluso regresaron para formar parte del crecimiento, dijo Andre en un comunicado.
“El asesinato de Moïse es el último clavo en el ataúd para ellos”, dijo Andre. “Esta es una generación de cambio, cualquiera que tuviera una organización sin ánimo de lucro, un negocio, una idea para iniciativas que apoyen la sostenibilidad en el país, ahora se pensará dos veces si Haití merece la pena”.
Una situación económica desesperada
Además, el país sigue esperando las vacunas de covid-19 y se enfrenta a una situación económica desesperada. Su economía se estaba contrayendo antes de la pandemia y se redujo un 3,8% más en 2020, y cerca del 60% de la población vive ahora en la pobreza, según el Banco Mundial.
A lo largo de su presidencia, Moïse fracasó repetidamente en celebrar elecciones a nivel local y nacional, dejando vacía gran parte de la infraestructura de gobierno del país. Muchos en Haití cuestionaron el derecho de Moïse a seguir ejerciendo la presidencia este año, citando una disputa sobre cuándo comenzó oficialmente su mandato.
“La combinación de la inestabilidad económica, la inestabilidad sociopolítica y la corrupción es la fórmula para que se produzca este tipo de situación”, declaró Alba Mota, organizadora de Humanitarian Relief for Haiti, a la cadena de televisión Spectrum News NY1.
El reverendo Reginald Jean-Mary, un sacerdote de Little Haiti en Miami, dijo a WSVN, afiliada de CNN, que los haitianos de todo el mundo están de luto tanto por el presidente como por la sensación de estabilidad.
“Me sentí muy afectado al conocer la noticia, que caigamos tanto, que caigamos tanto como país”, dijo Jean-Mary. “El país está en una situación muy difícil. En el siglo XXI, no es donde esperábamos que estuviera el país”.
Ahora, dijo, es el momento de que los haitianos y los haitianos-estadounidenses hagan un “examen de conciencia”.
Con información de Etant Dupain, Gerardo Lemos, Ivana Kottasová y Caitlin Hu.