Nota del editor: Este reportaje presenta contenido explícito.
Lviv, Ucrania (CNN) – Iryna Filkina tenía grandes planes para este año. Estaba por cumplir 53 en abril y quería enfocarse en sí misma después de pasar las últimas tres décadas trabajando sin descanso y criando a sus dos hijas entre las ciudades de Bucha e Irpin, en los suburbios de Kyiv, la capital de Ucrania.
Filkina se anotó a un curso de cosmética a principios de 2022 con la maquillista local Anastasia Subacheva y adquirió su primer juego de rubor, delineador de ojos y base, mismos que planeaba estrenar en un concierto próximo.
Incluso se hizo una manicura roja para el Día de San Valentín, con un dibujo de “un corazón en el dedo porque había comenzado a amarse a sí misma”, dijo Subacheva a CNN.
Pero sus planes se detuvieron a finales de febrero, cuando Rusia invadió Ucrania. Sus hijas decidieron cruzar la frontera hacia Polonia, pero Filkina se quedó para ayudar a la gente. Ella pasó una semana en el centro comercial Epicenter de Bucha, alimentando a las personas que se refugiaron allí y cocinando para el Ejército de Ucrania, según relata su hija.
El 5 de marzo, Filkina intentó salir en uno de los autos que estaban evacuando a la gente del centro comercial pero, al no encontrar lugar, decidió ir en bicicleta a casa.
Una de las hijas de Filkina, Olga Shchyruk de 26 años, dijo que le rogó no regresar a casa en bici ese día. Ella le pidió que saliera de la ciudad en el próximo tren.
“Le dije que no era seguro allí. Rusia había ocupado todo el pueblo, mataron a gente”, dijo Shchyruk a CNN.
“Olga, ¿acaso no conoces a tu madre? ¡Puedo mover montañas!”, le contestó Filkina, según Shchyruk, una psicóloga infantil que estaba en Polonia en ese momento, ayudando a otros refugiados ucranianos.
Fue la última conversación que tuvieron. Filkina nunca llegó a casa ese día.
Una grabación escalofriante compartida esta semana parece haber captado el momento de la muerte de Filkina. Un video de dron tomado antes del 10 de marzo muestra a una persona empujando una bicicleta negra hacia la calle Yablunska en Bucha antes de recibir disparos de los soldados rusos. Se pueden distinguir al menos cuatro detonaciones provenientes de un vehículo militar ruso después de que el ciclista da la vuelta en la esquina.
Un segundo video de la misma calle, publicado en Twitter y geolocalizado por CNN, muestra el cuerpo de una mujer con una chaqueta azul y pantalones de color claro tendido junto a una bicicleta negra cerca de un poste de electricidad caído. Una de sus piernas está destrozada. Su brazo yace a un lado. Los autos quemados y abandonados se encuentran en la calle junto a la ceniza y los escombros.
Otras imágenes de la escena, tomadas por Reuters, muestran una vista más cercana de la mujer de la chaqueta azul. Una mano enroscada se asoma por la manga, con las uñas pintadas de rojo cereza y un motivo de corazón en un dedo, que destaca entre la mugre y la suciedad.
Cuando la imagen de esa mano se hizo viral en las redes sociales esta semana, tanto Shchyruk como Subacheva reconocieron inmediatamente de quién era: Filkina. “¿Cómo podría una persona no reconocer el cuerpo de su madre?” dijo Shchyruk.
Subacheva comenzó a comparar las fotos que tomó de Filkina con la fotografía de Reuters. “Esta foto de su cuerpo y mis propias (fotos) de su manicura… Me di cuenta de que era la misma persona y me puse a llorar”, dijo Subacheva, quien añadió que la última vez que la vio fue un día antes de que comenzara la invasión. “Tenemos que darnos cuenta de que detrás de esta foto de su mano hay una gran mujer”.
Conocida como “Mamá Ira” por todos los amigos de sus hijas, la gente adoraba la propensión de Filkina a cuidar a quienes la rodeaban.
Cuando Filkina vio el mar por primera vez en su vida, hace dos años, en un viaje familiar a Egipto, “todo el mundo en el hotel se enamoró de ella. Dijeron: ‘Mamá Ira, vuelve’”, cuenta Shchyruk.
“Toda su vida, se entregó a los demás, dio su vida a las ambiciones de otras personas”, dijo Shchyruk. Fue después de ese viaje a Egipto cuando su madre decidió que “quería seguir sus propias pasiones”, añadió.
Por ello, Shchyruk se negó a creer que su madre estuviera muerta, a pesar de que el Ejército de Ucrania le informara a la familia el 5 de marzo que había muerto. Los militares dijeron que sería imposible recuperar su cuerpo, ya que un tanque ruso estaba posicionado cerca.
CNN contactó con el Ministerio de Defensa de Rusia para obtener comentarios.
Shchyruk creía que su madre solo estaba herida. Pasó todo el mes de marzo preguntando a los blogueros e intentando ponerse en contacto con los vecinos, a pesar del corte de electricidad en Bucha, si habían oído algo. “Me imaginé que estaba escondida en un sótano, que había visto a los ocupantes y que se había quedado en algún lugar a esperar”, dijo a CNN, con la voz quebrada.
En realidad, su madre yacía sola en la calle Yablunska, donde se encuentran al menos otros 20 cuerpos de civiles asesinados durante el mes de ocupación rusa de Bucha. En abril, las imágenes de la calle que surgieron tras la precipitada retirada rusa confirmaron el peor temor de Shchyruk.
“Cuando supe por segunda vez que habían matado a mi madre, tuve la sensación de que se me había roto la columna vertebral. Me acosté, llorando de impotencia”, dijo.
Shchyruk no sabe cuándo podrá ver el cuerpo de su madre. Los funcionarios locales han pasado la última semana limpiando los muertos y desminando la ciudad. El alcalde de Bucha calcula que hasta 300 personas murieron bajo la ocupación rusa, donde los relatos de ejecuciones sumarias, brutalidad y bombardeos indiscriminados han provocado una protesta mundial y nuevas sanciones contra Moscú.
Shchyruk dijo que su madre no querría que se autocompadezca. Canalizando el espíritu de su madre, creará una fundación en nombre de Filkina para ayudar a los jóvenes ucranianos afectados por la guerra.
“Quiero que la imagen de su mano sea un símbolo de nuevos comienzos”, dijo. “Este símbolo dice a los ocupantes que pueden hacernos cualquier cosa, pero que no pueden llevarse lo principal: el amor. El amor a la gente, que ellos no tienen”.
– Tara John, de CNN, informó y escribió desde Lviv, Ucrania. Oleksandra Ochman informó desde Lviv. Eoin McSweeney informó desde Abu Dhabi y Gianluca Mezzofiore informó desde Londres.