(CNN Español) – “Última hora: Leo Messi no seguirá ligado al FC Barcelona”. El título, frío, seco, que apareció en las redes sociales del club catalán hace exactamente un año impactaba al mundo entero. El ídolo máximo de la institución, el hombre que había pulverizado todos los récords con la camiseta blaugrana y había cosechado todos los títulos que se le pusieron en el camino no renovaría su contrato. Lionel Messi, el “pequeño gigante” argentino, empezaba a formar parte del pasado culé.
Horas antes del anuncio, a pesar de que todo indicaba que la renovación de Messi con el Barcelona sería solo un trámite, los rumores comenzaron a surgir alertando de dificultades que podrían entorpecer la negociación. Todo, incluso, a pesar de que el conjunto catalán había cambiado recientemente autoridades y el nuevo presidente, Joan Laporta, mantenía una gran relación con el futbolista, ya que había estado al frente de la institución en los primeros años del argentino en el club.
Lo que vendría después serían las explicaciones del propio Laporta, que adjudicaba la no renovación de Messi a la situación económica del Barcelona y a la reglamentación de la Liga española que impone un tope salarial total para cada club, y las lágrimas del argentino, que quedaron marcados a fuego entre las imágenes más conmovedoras en el mundo del fútbol de los últimos años.
Atrás quedaban los 778 partidos jugados por Messi con la camiseta del Barcelona, en los que anotó 672 goles y dio 288 asistencias. Atrás quedaba, también, el tremendo palmarés que “la Pulga” cosechó con el club catalán: 10 ligas de España; 4 Champions League; 3 Mundiales de Clubes; 3 Supercopas europeas, 7 Copas del Rey y 8 Supercopas de España.
Un año pasó desde aquel 5 de agosto de 2021 en el que los caminos de Messi y Barcelona se bifurcaron. El argentino llegó al Paris Saint Germain de los dólares y las estrellas para volver a compartir equipo con su amigo Neymar y con otras figuras de la talla de Mbappé, Sergio Ramos, Di María y Marquinhos.
El Barça, en tanto, afrontó la nueva temporada con un muy cuestionado Ronald Koeman al frente del plantel, pero fue cesado a mediados de octubre ante los magros resultados, tanto en la Liga como en la Champions. Su sucesor fue nada menos que Xavi Hernández, otro de los hijos pródigos de la generación dorada, compañero de Lionel Messi en aquellos gloriosos equipos que armó Pep Guardiola.
Pero, ¿a quién le fue mejor? ¿A Messi o a Barcelona? Mira el recorrido de cada uno.
Lionel Messi, las luces de París y una temporada con sabor agridulce
Tras las lágrimas y las despedidas de “su ciudad”, Lionel Messi no perdió mucho tiempo y, apenas cinco días después de su salida del Barcelona, se confirmó su llegada al Paris Saint Germain. El conjunto de la capital francesa estaba conformando un verdadero “Dream Team” con un solo objetivo: ganar por primera vez la Champions League.
A la presencia de estrellas de la talla de Kylian Mbappé, Neymar y Ángel Di María en el plantel que conducía Mauricio Pochettino se sumaron, entre otros, además de Messi, Sergio Ramos, el histórico defensor del Real Madrid, el arquero italiano Gianluigi Donnarumma, que llegaba del Milan, y el mediocampista neerlandés Georginio Wijnaldum, procedente del Liverpool.
Las expectativas eran totales entre los hinchas parisinos, pero el nivel de Lionel Messi no fue el mejor en el arranque de la temporada. El argentino había sido campeón de la Copa América con la selección argentina a comienzos de julio, cuando aún se creía que la renovación con el Barcelona sería un trámite. El tardío comienzo de las prácticas afectaron su condición física, lo que provocó una merma en su rendimiento.
Si bien en la liga local el andar del equipo era satisfactorio en cuanto a los resultados, el funcionamiento nunca convenció a los hinchas. Y eso quedó en evidencia en la Champions League. El equipo parisino terminó segundo de su grupo, detrás del Manchester City, y el sorteo lo emparejó nada menos que con el Real Madrid en octavos de final.
La serie ante quienes serían campeones del torneo fue, tal vez, el punto más alto en cuanto a rendimiento para el equipo de Mauricio Pochettino, aunque Lionel Messi estuvo lejos de su nivel. Un triunfo por 1 a 0 como locales llevaron al PSG a buscar la clasificación en el Santiago Bernabéu. Allí, el gol en el primer tiempo de Mbappé ponía a los parisinos en los cuartos de final, pero una ráfaga de Karim Benzemá (anotó tres goles entre los minutos 61 y 78) sepultó las ilusiones de los de la capital francesa y del argentino, que buscaba levantar el trofeo siete años después de su última conquista.
Lo que vino para Messi y compañía fueron duras críticas de los seguidores del PSG, que ni el título en la Ligue 1 pudieron aplacar.
En total, el argentino jugó 33 partidos en la temporada 21/22 con el PSG, en la que anotó 11 goles, dio 14 asistencias y ganó un título.
Para la nueva temporada, el club reemplazó a Mauricio Pochettino y contrató al entrenador Christophe Gaultier, con la intención de dar un giro al juego del equipo. El inicio no pudo ser mejor: el PSG goleó 4 a 0 al Nantes en la final de la Supercopa de Francia, Messi marcó el primer gol del equipo y mostró un nivel esperanzador, a poco más de 100 días del inicio de lo que, seguramente, será su último Mundial.
El Barcelona, en busca de la reconstrucción
Si la temporada de Lionel Messi estuvo lejos de sus mejores momentos, lo del Barcelona fue bastante peor. A la salida del argentino se le sumó un equipo con un muy bajo rendimiento, derrotas que lo alejaron rápidamente de los primeros lugares de la Liga española e, incluso, la eliminación en primera ronda de la Champions League por primera vez en 20 años.
Antes del final de la primera fase de Champions League, el club despidió al entrenador Ronald Koeman y contrató nada menos que a Xavi Hernández, hijo pródigo de la cantera culé e integrante de la generación dorada. Pero con un plantel con pocas figuras, poco pudo hacer el campeón en el Mundial 2010 con la selección española.
Por si fuera poco para los hinchas catalanes, el equipo ni siquiera pudo avanzar demasiado en la Europa League, el segundo torneo en importante en Europa, donde fue eliminado en cuartos de final por el Eintracht Franfurt de Alemania, que lo venció por 3 a 2 en el Camp Nou, lo que provocó la ira de los aficionados.
Finalmente, Xavi logró darle cierta forma al equipo y, sobre el final de la temporada, consiguió buenos resultados que finalmente le alcanzaron para terminar segundos en la Liga y clasificar a la Champions League, aunque quedó muy lejos del campeón Real Madrid, a 13 puntos.
Para la nueva temporada, el club busca la reconstrucción y, para eso, dio uno de los golpes del mercado de pases: fichó al delantero polaco Robert Lewandowsky, del Bayern Munich. Además llegaron el extremo Rapinha, del Leeds; los defensores centrales Jules Koundé y Andreas Christenses; y el mediocentro Franck Kessié. El objetivo, claro, es recuperar el brillo de años anteriores.
Lo cierto es que, a un año del “divorcio”, Lionel Messi y el Barcelona vivieron un año que estuvo lejos de sus mejores épocas, aunque todo parece indicar que en la temporada que comienzan ambos buscarán recuperar el brillo y volver a ser competitivos a nivel internacional, con la Champions League (para ambos) y el Mundial de Qatar (para Messi) como principales objetivos.