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Series

El problema del mundo real que "House of the Dragon" muestra en su ficción: partos forzados y libertad de las mujeres [spoilers]

Por Brian Lowry

Nota del editor: Esta nota contiene spoilers sobre el episodio de estreno de "House of the Dragon".

(CNN) -- La medicina medieval obviamente tenía sus límites. Pero un momento crucial en el estreno de "House of the Dragon" probablemente resonará para muchos de una manera que va más allá del reino de la fantasía y toca las preocupaciones del mundo real sobre los derechos reproductivos de las mujeres.

En el capítulo inicial de la serie de HBO, la reina, Aemma Targaryen (Sian Brooke), se encuentra en medio de un parto difícil. Su marido, el rey Viserys Targaryen (Paddy Considine), está desesperado por tener un hijo para asegurarse un heredero masculino al trono, según la tradición.

Los asesores médicos le dicen que el rey se enfrenta a una terrible elección, que requerirá perder al bebé o sacrificar la vida de la madre para intentar salvarlo.

Después de agonizar durante un tiempo, el rey elige lo segundo, y la pérdida de sangre del espantoso procedimiento termina con la vida de la reina.

Al principio del episodio, Aemma se refiere a las mujeres que dan a luz como "nuestro campo de batalla", y gracias a las limitadas herramientas de la época, eso es especialmente cierto en la realidad de la serie. Como dijo James Hibberd de Hollywood Reporter, "la primera temporada hace por el parto lo que 'Game of Thrones' hizo por las bodas".

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Aunque la serie se presenta como una fantasía de ficción, es imposible distanciarla por completo de la discusión sobre el aborto desde que la Corte Suprema revirtió el caso Roe vs. Wade en junio, alimentando un intenso debate sobre las cuestiones de los partos forzados y la libertad de las mujeres para tomar sus propias decisiones sanitarias.

En este caso, es el marido (y no por casualidad, el jefe de Estado) quien decide en última instancia por ella, con las consecuencias más nefastas.

El hecho de que el bebé muera más tarde no cambia las acciones de Viserys, aunque finalmente le lleva a designar a su hija, la princesa Rhaenyra (Milly Alcock), como su heredera, a pesar de la ruptura con la tradición que eso supone, y de la expectativa de que un futuro hijo, nacido de una nueva reina, lo lleve a suplantarla.

En el fondo, como han reconocido los productores, la primera temporada de "House of the Dragon" gira en torno a cuestiones asociadas a una sociedad patriarcal, en la que se prefiere a los hijos varones por la presión de asegurar el linaje real, y en la que el caos y la discordia pueden sobrevenir sin esas líneas claras de sucesión.

Abordando estos temas, el productor ejecutivo Miguel Sapochnik ha dicho que una tensión fundamental dentro de la serie es "la percepción que el patriarcado tiene de las mujeres", señalando que explorar ese material, incluyendo la decisión de anclar la historia alrededor de sus personajes femeninos, "hizo que esta serie se sintiera más contemporánea".

Aunque la misión principal es presentar un capítulo anterior de las luchas del autor George R.R. Martin por el Trono de Hierro, los productores tuvieron claramente en cuenta las primeras críticas a "Game of Thrones". Esto incluye la incorporación de personas de color en el reparto de la nueva serie y, como señaló Salon, el empleo de un enfoque más controlado sobre cómo se representa la violencia sexual.

Obviamente, la escala y el escenario de "House of the Dragon" sugieren que busca atraer a una variedad de audiencias en diferentes niveles, incluyendo el espectáculo, el escapismo y su relación con la mitología contenida en la escritura de Martin y la serie anterior. Pero el drama tiene una forma de tocar asuntos relevantes para nuestras vidas, incluso cuando está ambientado en el pasado, en el futuro o en alguna versión alternativa de la realidad.

Así que, en lo que se refiere a descartar la serie como pura fantasía, como sugiere el estreno y reforzarán los episodios futuros, no hay que dejarse engañar por los dragones.