(CNN) – Se teme que cientos de personas hayan muerto después de que el potente ciclón Mocha azotara Myanmar el domingo, y los grupos de rescate advirtieron de “una pérdida de vidas a gran escala” tras una de las tormentas más fuertes en la historia del país.
El ciclón Mocha devastó la costa de Myanmar el domingo, derrumbando casas y árboles, derribando postes telefónicos y comprometiendo gravemente las líneas de comunicación en el conflictivo estado de Rakhine, hogar de cientos de miles de desplazados.
El gobierno en la sombra de Myanmar afirmó este martes que al menos 400 personas han fallecido y que un número indeterminado de personas siguen desaparecidas. CNN no puede verificar de forma independiente esa cifra, que contrasta con un informe anterior de la televisión Myawaddy de la junta militar, según el cual el número oficial de víctimas mortales es de tres personas, y otras 13 han resultado heridas.
Pero fuentes que hablaron con CNN dijeron que muchos de los cuerpos de las víctimas rohingya, que son musulmanes, ya fueron enterrados siguiendo “costumbres religiosas”.
“No puedo controlar mis lágrimas”, dijo Aung Zaw Hein, un residente de Sittwe, la capital del estado de Rakhine, que declaró a CNN haber visto cadáveres de menores, ancianos y mujeres embarazadas tendidos en el suelo tras el paso del ciclón.
“La gente la está pasando muy mal… porque no tienen comida, no tienen dónde dormir”, añadió. “La gente se queda sin hogar, sin cobijo, algunas personas incluso se quedan sin energía. La misma situación se ha repetido de nuevo en nuestra vida para los rohingya”.
Aung Zaw Hein también dijo que había realizado oraciones fúnebres islámicas por ocho víctimas.
El líder de la junta militar de Myanmar, Min Aung Hlaing, visitó Sittwe para evaluar los daños y entregar donativos a sus residentes, informó este lunes el medio estatal MRTV.
Pérdida de vidas a gran escala en los campos
Empobrecida y aislada en gran medida, Rakhine ha sido escenario en los últimos años de una violencia política generalizada.
Casi un millón de apátridas rohingya, miembros de la minoría musulmana perseguida, han cruzado a la vecina Bangladesh desde 2017, huyendo de la brutal y sangrienta represión de la Junta de Myanmar.
Cientos de miles de rohingya permanecen en Rakhine, en su mayoría confinados en campamentos donde las autoridades imponen estrictos controles a sus movimientos.
Es en estos campamentos mal construidos donde las agencias de ayuda temen que el ciclón Mocha haya golpeado con mayor dureza.
Ha habido “una pérdida de vidas a gran escala en los campamentos”, dijo Brad Hazlett, presidente de la organización no gubernamental Partners Relief and Development.
“No podemos decir un número exacto, pero sabemos de una pequeña aldea con la que hemos conectado hoy y a la que hemos proporcionado aseos y bombas de agua manuales en el último año. Ese pueblo quedó totalmente destruido por el ciclón y al menos 20 personas perdieron la vida allí”, dijo.
Hazlett añadió que las cifras de víctimas mortales compartidas en línea varían significativamente y que su organización no podía dar un desglose preciso por ahora, pero esperan que el número de víctimas aumente.
“Durante este tiempo, la red telefónica sigue siendo inestable, las carreteras están bloqueadas y al menos un puente de concreto fue arrastrado por las aguas, por lo que confirmar las cifras es difícil”, dijo Hazlett. “Hemos oído que muchas personas siguen desaparecidas o pueden estar bajo los refugios destruidos”.
Las personas que vivían en campos de refugiados en Sittwe se ahogaron en las inundaciones desatadas por el ciclón, escribió el Gobierno de Unidad Nacional (NUG, por sus siglas en inglés) en un informe de situación este martes, y el asesor rohingya del NUG, Aung Kyaw Moe, tuiteó que el número de muertos solo en Sittwe ascendía a 400.
El NUG está formado por un grupo de legisladores destituidos, opositores al golpe y representantes de minorías étnicas que pretende ser reconocido como el gobierno legítimo de Myanmar. Opera de forma encubierta o a través de miembros radicados en el extranjero.
Otro grupo, la Arakan Civil Society Organization Network (o Arakan CSO Network), dijo a CNN que había emprendido labores de rescate en el norte del estado de Rakhine, y que unas 400 personas habían muerto en un campamento “musulmán” de Sittwe, entre ellas muchos menores.
Los videos mostraron ráfagas de viento de más de 200 kilómetros por hora arrasando Sittwe, aplastando casas en algunas zonas y dejando bambú y otros restos de madera esparcidos peligrosamente por las aldeas.
Más devastación
Además, las lluvias torrenciales provocaron deslizamientos de tierra en pueblos del estado de Chin, al oeste de Myanmar, causando la destrucción de edificios y viviendas, según el NUG.
El NUG también dijo que las comunicaciones se han interrumpido o están caídas en las zonas afectadas por el ciclón y que es “muy probable que aumente el número de víctimas”.
Asimismo, el NUG informó que se necesita material de techado, especialmente lonas, para unos 500.000 hogares, y que se necesitan urgentemente alimentos de emergencia y agua potable para cerca de un millón de personas en el norte del estado de Rakhine.
“Es crucial proporcionar ayuda humanitaria en las zonas más devastadas, como el estado de Rakhine, Sagaing, Magway y el estado de Chin, lo antes posible”, escribió en el informe, que incluía imágenes satelitales del antes y el después de las zonas más afectadas.
El gobierno en la sombra también dijo que unas 13.000 hectáreas de tierras de cultivo están inundadas, con una amplia destrucción de cultivos en ciudades de Sagaing y en Magway.
“Se estima que más del 90% ha sido destruido en (11) municipios de todo el estado de Rakhine por el ciclón”.
Persecución gubernamental
Mientras el ciclón Mocha cobraba fuerza en el golfo de Bengala la semana pasada, la oficina humanitaria de la ONU (OCHA) advirtió que unos 6 millones de personas de la región necesitaban ya ayuda humanitaria, entre ellas 1,2 millones de desplazados internos por el conflicto étnico, informó Reuters.
Los militares de Myanmar, que tomaron el poder en un golpe de Estado en 2022, consideran a los rohingya inmigrantes ilegales procedentes de Bangladesh. Los rohingya replican que han vivido en Rakhine durante generaciones.
Se calcula que un millón de rohingya viven ahora en lo que muchos consideran el mayor campo de refugiados del mundo, en Bangladesh, tras huir de una brutal campaña de asesinatos e incendios provocados por el ejército de Myanmar.
En un momento dado se predijo que el ciclón Mocha azotaría el campo, pero se salvó de un impacto directo, ya que la tormenta tocó tierra más abajo en la costa.
Se calcula que 600.000 rohingya permanecen en Rakhine, según Human Rights Watch, y son “objeto de persecución y violencia por parte del gobierno, confinados en campos y aldeas sin libertad de movimiento y sin acceso a alimentos, atención sanitaria, educación y medios de subsistencia adecuados”.
La última tormenta que tocó tierra en Myanmar con una fuerza similar fue el ciclón Giri, en octubre de 2010. Giri causó más de 150 víctimas mortales y destruyó aproximadamente el 70% de la ciudad de Kyaukphyu. Según la ONU, unas 15.000 viviendas quedaron destruidas en el estado de Rakhine durante esa tormenta.
En 2008, el ciclón Nargis arrasó el delta del Irrawaddy, una zona baja de Myanmar, y terminó con la vida de casi 140.000 personas.