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Medio Oriente

Los enfrentamientos en la frontera de Líbano e Israel disparan el temor sobre una guerra más amplia

Por Tamara Qiblawi

(CNN) –– A primera vista, el fuego cruzado en la frontera del Líbano con Israel parece marginal, eclipsado por la escala e intensidad de la guerra entre Hamas e Israel más al sur.

Los enfrentamientos se han desarrollado en un radio de aproximadamente 4 kilómetros a ambos lados de la línea de demarcación y menos de 13 personas han muerto en el lugar desde el sábado pasado.

Sin embargo, esta franja de terreno montañoso apenas poblada podría ser el punto de partida de una guerra regional, que involucre múltiples actores, entre ellos Irán y Estados Unidos.

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Hezbollah —un grupo armado respaldado por Irán que además es una fuerza regional por derecho propio— domina el sur del Líbano. También opera junto al Cuerpo de la Guardia Revolucionaria de Irán, una fuerza élite en Siria, donde los Altos del Golán ocupados por Israel separan a esta nación de los combatientes alineados con Teherán.

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El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Amir Abdollahian, planteó este lunes la magnitud que tendría una ampliación de los combates después de conversar con sus homólogos en Túnez, Malasia y Pakistán.

"Subrayamos la necesidad de detener inmediatamente los crímenes y asesinatos sionistas en Gaza, y de enviar ayuda humanitaria", escribió en X, antes conocido como Twitter.

“Hice hincapié en que se está acabando el tiempo para las soluciones políticas: la probable extensión de la guerra a otros frentes se acerca a una etapa inevitable”, añadió.

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Soldados israelíes patrullan una carretera cerca de la frontera con el Líbano el lunes, en medio de la amenaza de un conflicto regional entre Israel y Hezbollah, respaldada por Irán. (Crédito: Francisco Seco/AP)

Se trata de un escenario que ha ganado más popularidad en un mundo árabe y musulmán intranquilo, a medida que las imágenes de civiles palestinos muertos, incluidos más de 500 niños, aparecen en las pantallas de televisión y en las publicaciones de redes sociales, reflejando un número de muertos civiles que aumenta rápidamente a un ritmo nunca antes visto en décadas.

Mientras tanto, Estados Unidos ha desplegado dos de sus mayores portaaviones —incluido el USS Gerald Ford, de propulsión nuclear— en el Mediterráneo oriental. Es una señal amenazante de lo que puede suceder si la situación en la frontera entre el Líbano e Israel desemboca en una guerra a gran escala.

Las escaramuzas se intensifican a enfrentamientos graves

Durante la mayor parte de la semana pasada, las escaramuzas fueron un leve intercambio de disparos entre combatientes en el Líbano y fuerzas israelíes.

Combatientes palestinos dispararon los primeros tiros desde el Líbano, horas después del ataque sorpresa de Hamas del 7 de octubre, lanzando cohetes que fueron interceptados sobre Israel. Israel respondió disparando contra territorio libanés, incluidas posiciones de Hezbollah. Entonces, el grupo extremista lanzó misiles hacia el territorio más septentrional de Israel. Ese ciclo se repitió durante varios días.

Para la mañana del viernes, tres soldados israelíes y tres combatientes de Hezbollah habían muerto en los intercambios al otro lado de la frontera.

Pero luego el ojo por ojo se intensificó. Alrededor de las 5 p.m., hora local, del viernes, el periodista de Reuters Issam Abdallah, que también era nativo del sur del Líbano, murió en un ataque israelí que dejó heridos al menos a otros seis periodistas internacionales.

El análisis que hizo CNN de un video encontró que los periodistas vestían chalecos claramente marcados como prensa.

Un helicóptero Apache israelí estaba sobrevolando su ubicación, según una fuente de seguridad libanesa y un video visto por CNN, cuando fueron atacados por lo que el Ejército libanés y declaraciones israelíes indican que era artillería.

Israel dijo que investiga el incidente. Una declaración militar de Israel, publicada en el momento del ataque, informó que estaba bombardeando territorio libanés con fuego de artillería en respuesta a una explosión en una valla fronteriza en Hanita, Israel, cerca de donde Abdallah fue asesinado.

La situación en la frontera se agravó aún más al día siguiente.

El sábado, Hezbollah lanzó una serie de ataques contra objetivos israelíes en las disputadas granjas de Shebaa, a los cuales Israel respondió con una ráfaga de fuego de artillería. El domingo, los combatientes libaneses dispararon contra varios lugares israelíes en la frontera, matando a un civil y un soldado. Ese mismo día, Israel convirtió el área de 4 kilómetros cerca de su frontera en una zona militar cerrada.

En las declaraciones de Hezbollah de este domingo, el grupo dijo que sus ataques transfronterizos respondían al asesinato de Abdallah y al asesinato de dos civiles ancianos en los ataques israelíes del domingo en la región fronteriza.

A diferencia de los cohetes de baja tecnología que dispararon combatientes palestinos en el Líbano (y en su mayoría interceptados por Israel), Hezbollah utiliza misiles guiados antitanques rusos conocidos como Kornets.

Luego de cada ataque de Hezbollah durante la última semana el grupo publicó un video, en lo que demostró precisión. Fueron ataques directos que parecieron tomar por sorpresa a las tropas israelíes que se observan en las imágenes.

Estos videos son clave para la guerra psicológica que apuntala este estallido. Muestra claramente cuánto se ha sofisticado el arsenal del grupo desde su último conflicto con Israel en 2006, cuando dependía en gran medida de imprecisos cohetes Katyusha de la era soviética.

En aquel entonces, la guerra entre Líbano e Israel terminó sin un claro vencedor ni vencido. En ese momento, muchas partes del Líbano quedaron devastadas, pero Hezbollah frustró el plan final de Israel para desmantelar el grupo, asestando un golpe al aura de invencibilidad de Israel.

En los años que han transcurrido desde entonces, Hezbollah ha aumentado espectacularmente su arsenal y sus combatientes tienen mucha más experiencia en la guerra urbana. Están curtidos por luchar en Siria contra ISIS, el Frente Nusra afiliado a Al Qaeda y los grupos armados de oposición que intentaron derrocar al presidente sirio Bashar al-Assad.

El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha evocado repetidamente un escenario hipotético en el que sus combatientes llevarían a cabo una incursión en el norte de Israel en caso de que estallara nuevamente la guerra entre el Líbano e Israel. Funcionarios israelíes y estadounidenses han expresado repetidamente su alarma por los misiles guiados con precisión de Hezbollah, que fueron utilizados contra Israel por primera vez este mes.

Nasrallah también ha dicho que su grupo cuenta con más de 100.000 combatientes y reservistas. Históricamente, los funcionarios israelíes y estadounidenses se han mostrado reacios a desestimar las afirmaciones del líder paramilitar, quien supervisó un aumento en el tamaño y el poder del grupo durante los 32 años de su liderazgo.

Sin embargo, Nasrallah, conocido por sus encendidos discursos televisados, ha guardado un notable silencio desde el 7 de octubre. Los observadores no saben qué pensar de esto. En los discursos que pronunció en los últimos meses, Nasrallah elogió la creciente alianza entre su grupo y Hamas, aunque estaban en lados opuestos de la sangrienta guerra civil de Siria.

También ha indicado que las reglas laxas de compromiso entre Hezbollah e Israel podrían cambiar pronto, y que el grupo con sede en el Líbano posiblemente intervenga en nombre de los palestinos.

Esto ha llevado a muchos observadores a especular que Hezbollah podría ampliar su lucha contra Israel en caso de la tan esperada invasión terrestre israelí a Gaza finalmente ocurra.

Sin embargo, lo que sucederá a partir de ahora es una incógnita. Los líderes mundiales seguirán observando esta frontera con gran expectativa.

Ben Wedeman, Sarah El Sirgany y Charbel Mallo, todos de CNN, contribuyeron con reportajes desde el sur del Líbano.