Washington (CNN) – Se prevé que las repercusiones de la pandemia del covid-19 fracturen sociedades de todo el mundo, aumenten la inestabilidad en todo el planeta y reconfiguren las realidades políticas y económicas durante los próximos años, advirtió la comunidad de inteligencia estadounidense en un duro informe en el que se exponen los principales problemas de seguridad a los que se enfrenta el país.
“Es probable que las consecuencias económicas de la pandemia creen o empeoren la inestabilidad en al menos unos cuantos países, y tal vez en muchos, a medida que la gente se desespera más ante las múltiples presiones que incluyen recesiones económicas persistentes, pérdidas de empleo y cadenas de suministro interrumpidas”, advierte el informe.
Este panorama económico tan sombrío incrementa el riesgo de conflictos internos, el aumento de la migración entre países e incluso el colapso de los gobiernos nacionales, advierten las autoridades.
El informe, conocido como Evaluación Anual de Amenazas, suele hacerse público anualmente. Pero las amargas disputas entre la administración de Trump y el Congreso mantuvieron bloqueado el informe de 2020, lo que hace que la publicación del martes sea uno de los primeros vistazos públicos a la evaluación de la comunidad de inteligencia sobre los impactos a largo plazo de la pandemia del covid-19.
También ofrece sombrías advertencias sobre los operativos de influencia encubiertos de Rusia y China, y una primera evaluación de las ambiciones nucleares de Irán desde que el presidente Joe Biden asumió el cargo y en su intento de renegociar una versión actualizada del acuerdo nuclear de 2015 que el expresidente Donald Trump abandonó en 2018.
Impacto de la pandemia de covid-19
El panorama no es nada agradable. Los funcionarios advierten que, además de las obvias preocupaciones humanitarias asociadas con la pandemia, como la escasez de alimentos y el acceso desigual a la medicina, el virus también está reconfigurando el cálculo de seguridad de naciones como Rusia y China, que están tratando de aprovechar la crisis para aumentar su influencia geopolítica. Ambos intentan obtener una ventaja a través de la diplomacia de las vacunas. El informe señala que Beijing también está utilizando sus esfuerzos de asistencia sanitaria mundial para exportar sus herramientas y tecnologías de vigilancia.
El informe también sostiene que todavía no podemos respirar tranquilos a pesar de los rápidos avances en el desarrollo de vacunas. El virus seguirá siendo una amenaza “para las poblaciones de todo el mundo hasta que se distribuyan ampliamente las vacunas y los tratamientos”, advierte. Y el rebrote de las infecciones a principios de este año “puede tener un impacto económico aún mayor, pues los negocios en dificultades de los sectores más afectados, como el turismo y los restaurantes, se cierran y los gobiernos se enfrentan a crecientes tensiones presupuestarias”.
En un silencioso eco de la historia reciente, la Evaluación de Amenazas de 2019 advirtió previsoramente de una pandemia. Entonces evaluó que “Estados Unidos y el mundo seguirán siendo vulnerables a la próxima pandemia de gripe o brote a gran escala de una enfermedad contagiosa que podría conducir a tasas masivas de muerte y discapacidad, afectar gravemente a la economía mundial, desgastar los recursos internacionales y aumentar las peticiones de apoyo a Estados Unidos”.
Rusia y China
El informe también emite una advertencia inequívoca sobre la actividad rusa, diciendo que Moscú “presenta una de las amenazas de inteligencia más graves para Estados Unidos”. Confirma las operaciones de influencia contra las elecciones de 2020, señalando que Moscú “casi con toda seguridad ve las elecciones de Estados Unidos como una oportunidad para tratar de socavar la posición global de Estados Unidos, sembrar la discordia dentro de Estados Unidos, influir en la toma de decisiones de Estados Unidos e influir en los votantes de Estados Unidos”.
Que esta conclusión apareciera en una evaluación anual de la amenaza sin hacer ruido demuestra un alejamiento inmediato de la batalla sobre las evaluaciones de inteligencia bajo la administración de Trump, cuando los funcionarios se enfrentaron a las inevitables represalias de Trump cada vez que hicieron pública la información sobre la interferencia electoral rusa.
China, advierten los líderes de inteligencia, también “presenta una creciente amenaza de influencia” en Estados Unidos. Esta afirmación puede dar cierta cobertura política a los antiguos funcionarios de la administración de Trump que trataron de presentar a China como la mayor amenaza de contrainteligencia durante las elecciones de 2020. Los documentos desclasificados más tarde mostraron que China “consideró pero no desplegó esfuerzos de influencia destinados a cambiar el resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos”.
Sin embargo, “Beijing ha intensificado los esfuerzos para moldear el ambiente político en Estados Unidos para promover sus preferencias políticas, moldear el discurso público, presionar a las figuras políticas que Beijing cree que se oponen a sus intereses y amortiguar las críticas a China en temas como la libertad religiosa y la supresión de la democracia en Hong Kong”, dice el informe.
Irán
El informe señala que la comunidad de inteligencia cree que Irán no está dando actualmente los pasos que considera necesarios para construir un arma nuclear, pero ha reanudado algunas actividades que violan los términos del acuerdo de 2015 firmado por ambos países.
“Seguimos evaluando que Irán no está llevando a cabo actualmente las actividades clave de desarrollo de armas nucleares que juzgamos que serían necesarias para producir un dispositivo nuclear. Sin embargo, tras la retirada de Estados Unidos del Plan de Acción Integral Conjunto (JCPOA, por sus siglas en inglés) en mayo de 2018, los funcionarios de Irán han abandonado algunos de los compromisos asumidos por Irán y han reanudado algunas actividades nucleares que exceden los límites del JCPOA”, dice el informe.
El informe de la comunidad de inteligencia también ofreció una clara advertencia a Biden, en tanto se enfrenta a la presión de no reducir las sanciones a Irán a favor de un acuerdo más amplio. “Los líderes del régimen probablemente serán reacios a entablar conversaciones diplomáticas con Estados Unidos a corto plazo sin sanciones o alivio humanitario o sin que Estados Unidos se reincorpore al JCPOA”, dijeron.
“Irán sigue comprometido a contrarrestar la presión de Estados Unidos, aunque Teherán también es cauteloso de involucrarse de lleno en un conflicto”, añade el informe.
En 2018, el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se retiró del acuerdo, desatando olas de sanciones paralizantes sobre Irán. Un año después, Teherán comenzó a retirarse gradualmente de sus compromisos con el acuerdo nuclear, reanudando partes de su programa de enriquecimiento de uranio.
Pero Biden ha prometido volver al JCPOA. Durante meses, Teherán y Washington han estado en desacuerdo sobre quién debe volver primero al histórico acuerdo: Irán dice que no frenará el enriquecimiento antes de que Estados Unidos levante todas las sanciones, y Estados Unidos ha acusado a Irán de intransigencia.
Extremismo a nivel nacional
La comunidad de inteligencia estadounidense advierte que los extremistas nacionales que no están conectados o inspirados por organizaciones terroristas extranjeras como Al-Qaeda e ISIS “representan una amenaza elevada” para Estados Unidos, según el informe.
Los extremistas internos están motivados por una serie de ideologías que “reflejan un panorama de amenazas cada vez más complejo, que incluye amenazas por motivos raciales o étnicos y amenazas antigubernamentales o antiautoritarias”, dice el informe.
“De ellos, los extremistas violentos que abrazan una mezcla a menudo superpuesta de creencias de supremacismo blanco, neonazismo y nacionalismo cultural excluyente son los que tienen las conexiones transnacionales más persistentes a través de comunidades en línea, a menudo poco sólidas, con individuos y grupos afines en Occidente. La amenaza de este movimiento tan difuso ha tenido altibajos durante décadas, pero ha aumentado desde 2015”, añade.
Los supremacistas blancos han sido responsables “de al menos 26 atentados mortales en los que murieron más de 141 personas y de docenas de atentados frustrados en occidente desde 2015”, dice el informe.
“Aunque estos extremistas suelen considerarse a sí mismos como parte de un movimiento global más amplio, la mayoría de los ataques han sido llevados a cabo por individuos o pequeñas células independientes”, añade. “Australia, Alemania, Noruega y el Reino Unido consideran que los extremistas violentos con motivación racial o étnica blanca, incluidos los grupos neonazis, son la amenaza terrorista de mayor crecimiento a la que se enfrentan”.
CNN informó el mes pasado que el resumen de una nueva evaluación conjunta de los servicios de inteligencia de EE.UU. decía que “las narrativas de fraude en las recientes elecciones generales” y “el impacto alentador de la irrupción violenta en el Capitolio de EE.UU.” alentarán “casi con toda seguridad” a los extremistas nacionales a tratar de participar en nuevos actos de violencia este año.
Ese resumen se publicó el mismo día en que el secretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dijo a los legisladores que el extremismo violento interno es la “mayor amenaza” para Estados Unidos, un claro recordatorio de que los funcionarios federales siguen muy preocupados por la posibilidad de que haya más violencia en los próximos meses.
“Los acontecimientos sociopolíticos más recientes, como las narrativas de fraude en las recientes elecciones generales, el impacto de la irrupción violenta en el Capitolio de EE.UU., las condiciones relacionadas con la pandemia del covid-19, y las teorías de conspiración que promueven la violencia casi seguramente incitarán a algunos (extremistas violentos internos) a tratar de participar en la violencia este año”, dice el resumen no clasificado.