Beijing (CNN) – En sus declaraciones públicas y en las cumbres internacionales, los funcionarios de China han intentado adoptar una posición aparentemente neutral sobre la guerra de Ucrania, sin condenar las acciones rusas ni descartar la posibilidad de que Beijing pueda actuar como mediador en la búsqueda de la paz.
Pero mientras que su mensaje a la comunidad internacional ha generado dudas sobre las verdaderas intenciones de Beijing, gran parte de la cobertura mediática nacional de la invasión rusa cuenta una historia totalmente diferente.
Para los 1.400 millones de habitantes de China, la invasión no es más que una “operación militar especial”, según la cadena nacional CCTV; Estados Unidos podría estar financiando un programa de armas biológicas en Ucrania, y el presidente de Rusia, Vladimir Putin, es una víctima que defiende a una Rusia asediada.
Para contar esa historia, los principales medios de comunicación estatales que dominan el espacio mediático altamente censurado de China han retomado en gran medida las historias de los medios estatales rusos o de la información de los funcionarios de Rusia.
Un análisis de CNN revisó casi 5.000 publicaciones en las redes sociales de 14 medios de comunicación estatales chinos durante los primeros ocho días de la invasión rusa, publicadas en Weibo, una plataforma china similar a Twitter. El análisis descubrió que de las más de 300 publicaciones más compartidas sobre los acontecimientos en Ucrania, compartidas más de 1.000 veces cada una, casi la mitad, unas 140, eran lo que CNN clasificó como claramente prorrusas, a menudo con información atribuida a un funcionario ruso o recogida directamente de los medios de comunicación estatales de Rusia.
El análisis, que se centró en las historias que tuvieron mayor repercusión en las redes sociales, puede no ser representativo de todas las publicaciones compartidas por los medios de comunicación estatales en Weibo. Pero proporciona un vistazo a la información producida por los medios estatales que es más visible para los más de 500 millones de usuarios mensuales de la popular plataforma.
No está claro hasta qué punto estas publicaciones pueden ser explícitamente el resultado de una campaña de propaganda coordinada entre los dos países, pero es coherente con un patrón continuo en el que los medios de comunicación rusos y chinos han amplificado y reforzado sus puntos de discusión, a menudo intercambiables, sobre cuestiones como el trato a los disidentes rusos, las protestas prodemocráticas de Hong Kong, los orígenes de la pandemia de covid-19 o el supuesto papel de Estados Unidos en el fomento de “revoluciones de color” contra los regímenes autoritarios.
Este apoyo mutuo también incluye a las extensas operaciones de propaganda en el extranjero y en inglés que ambos países han construido para promover sus puntos de vista a nivel mundial, una ruta que se ha hecho más importante con los medios de comunicación estatales de Rusia que están prohibidos en el aire y en línea en algunas partes de Occidente.
En el entorno de los medios de comunicación chinos, controlados por el Gobierno desde arriba, todos los contenidos afiliados al Estado son examinados y emitidos de acuerdo con las directivas del Gobierno. El hecho de que China haya optado por seguir el ejemplo de Rusia, tergiversando deliberadamente la guerra, solo sirve para subrayar la cercanía de Beijing a Moscú, y prácticamente ridiculiza la autoproclamada imparcialidad de China a la hora de colaborar con Rusia y poner fin a la violencia.
El manual de estrategias
Las garantías rusas de que no atacarán a sitios civiles, a pesar de las numerosas pruebas de lo contrario, las descripciones de soldados ucranianos que utilizan tácticas “nazis” y la desinformación sobre el paradero del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, son todas historias que han sido canalizadas desde fuentes rusas al ecosistema cerrado de medios de China, donde muchos medios de comunicación occidentales están bloqueados.
Esa dinámica se puso en juego el lunes por la mañana, cuando la cadena estatal china CCTV publicó un reportaje en su noticiero matutino que destacaba la afirmación errónea de Moscú de que Washington había financiado el desarrollo de armas biológicas en laboratorios ucranianos. Esa insinuación se utiliza para apoyar la narrativa de que Ucrania, caracterizada por Moscú como un Estado títere estadounidense, amenaza a Rusia, y no al revés.
¿La fuente? El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, quien el domingo dijo que las fuerzas rusas descubrieron “pruebas” de las “medidas apresuradas para ocultar cualquier rastro del programa biológico militar financiado por el Departamento de Defensa de Estados Unidos”, y se refirió a documentos que, según él, detallaban la destrucción de patógenos peligrosos en esas instalaciones por orden del Ministerio de Sanidad de Ucrania.
En una declaración en Twitter, el miércoles, la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, rebatió las “falsas afirmaciones de Rusia sobre supuestos laboratorios de armas biológicas y desarrollo de armas químicas de EE.UU. en Ucrania” y señaló el “eco” de esas “teorías de conspiración” por parte de funcionarios de China.
“Esto es absurdo. Es el tipo de operación de desinformación que hemos visto repetidamente por parte de los rusos a lo largo de los años en Ucrania y en otros países, que han sido desmentidas, y un ejemplo de los tipos de pretextos falsos que hemos estado advirtiendo que los rusos inventarían”, dijo Psaki, añadiendo que Estados Unidos estaba “en pleno cumplimiento” de sus obligaciones en virtud de la Convención sobre Armas Químicas y la Convención sobre Armas Biológicas y “no desarrolla ni posee tales armas en ninguna parte”.
“Ahora que Rusia hizo estas falsas afirmaciones, y que China aparentemente respalda esta propaganda, todos deberíamos estar atentos a la posibilidad de que Rusia utilice armas químicas o biológicas en Ucrania, o cree una operación de falsa bandera utilizándolas. Es un patrón claro”, dijo Psaki.
El tema también se planteó en una audiencia en el Senado el martes, cuando la subsecretaria de Estado de Asuntos Políticos, Victoria Nuland, dijo que Ucrania tiene instalaciones de investigación biológica, que a EE.UU. le preocupaba que las fuerzas rusas pudieran estar tratando de controlar.
“Estamos trabajando con los ucranianos sobre cómo pueden evitar que cualquiera de esos materiales de investigación caiga en manos de las fuerzas rusas, en caso de que se acerquen”, dijo Nuland.
Minutos después de la emisión del reportaje de la CCTV, un medio de comunicación afiliado hizo una publicación en línea repitiendo las afirmaciones del Ministerio de Defensa de Rusia e inició un hashtag relacionado en Weibo, que comenzó a ser tendencia. El hashtag fue visto más de 45 millones de veces en un período de horas ese día.
Al día siguiente, después de que Rusia redoblara las afirmaciones sobre las armas biológicas con nuevas declaraciones, sin pruebas, la CCTV emitió un nuevo segmento de televisión, que fue de nuevo compartido por destacados medios de comunicación estatales en Weibo, ganando más tracción.
La historia se trasladó entonces a la narrativa de los funcionarios chinos cuando un reportero de los medios de comunicación estatales, en una rueda de prensa habitual del Ministerio de Relaciones Exteriores, hizo una pregunta sobre los laboratorios, lo que provocó que el portavoz leyera una larga respuesta preparada que repetía la desinformación rusa.
“Instamos una vez más a Estados Unidos a que aclare completamente sus actividades de militarización biológica tanto dentro como fuera de sus fronteras y acepte la verificación multilateral”, dijo el portavoz Zhao Lijian.
En pocas horas, al menos 17 medios de comunicación estatales, entre ellos CCTV, Xinhua y el Diario del Pueblo, publicaron la respuesta de Zhao en Weibo, donde el tema acumuló más de 210 millones de visitas. Un hashtag relacionado se convirtió en el principal tema de tendencia en Weibo en la tarde del día siguiente.
Este patrón es apenas un ejemplo del manual de estrategias que permite a China cubrir la guerra a través de la retórica y la desinformación rusas. Otros ejemplos incluyen historias, como las repetidas afirmaciones falsas de que Zelensky huyó de la capital ucraniana, Kyiv, con origen en un solo legislador ruso, que fueron recogidas y amplificadas por los medios de comunicación estatales chinos y rusos en sus plataformas nacionales e internacionales.
Un análisis de CNN trató de entender el papel que desempeñan estas historias en el ecosistema mediático de China, fuertemente controlado, primero examinando casi 5.000 publicaciones en las redes sociales de las cuentas de Weibo de 14 de los medios de comunicación estatales más influyentes de China, centrándose en los primeros ocho días de la invasión y en las noticias sobre los acontecimientos en Ucrania.
A continuación, CNN analizó cuáles de esas publicaciones eran las que más se compartían, identificando más de 300 publicaciones que fueron compartidas en Weibo más de 1.000 veces. De esas más de 300 publicaciones, el análisis reveló que casi la mitad mostraba a Rusia de forma positiva, una categoría que CNN definió como noticias procedentes únicamente de funcionarios rusos o de medios de comunicación rusos, contenido que describe a Ucrania de forma negativa, información errónea sobre Zelensky o cobertura a favor de Putin.
Mientras que unos 140 mensajes mostraban a Rusia de forma positiva, el análisis identificó menos de 15 mensajes que describían a Ucrania de forma positiva.
Un examen de otras caracterizaciones mostró que solo unos 90 de estos mensajes eran neutrales, por ejemplo, informes puramente factuales de fuentes fiables, noticias sobre ayuda humanitaria o actualizaciones sobre la evacuación de ciudadanos chinos de Ucrania.
Poco más de un tercio pertenecían a la categoría antioccidental o antiestadounidense, por ejemplo: historias que difundían la opinión de que Rusia había sido empujada a actuar en Ucrania por la expansión de la OTAN, o que criticaban la cobertura de la crisis por parte de los medios de comunicación occidentales.
Los periodistas de CNN clasificaron algunos mensajes en más de una categoría. Una mirada a la distribución muestra que las publicaciones que describían a Rusia de forma positiva eran más frecuentes que cualquier otra categoría.
Dado que CNN solo estudió las publicaciones con un alto grado de interacción, los resultados pueden no ser representativos de todas las publicaciones producidas por los medios de comunicación estatales.
En respuesta a la solicitud de comentarios de CNN, el Ministerio de Relaciones Exteriores de China dijo este jueves que el país es víctima de la desinformación.
“Algunas fuerzas y medios de comunicación contrarios a China han fabricado demasiadas mentiras, rumores y desinformación sobre China en temas que incluyen la situación en Ucrania”, dijo en un comunicado. “Han desprestigiado la imagen de China, han envenenado el entorno mediático y han engañado al público de todo el mundo. Estas acciones son hipócritas y despreciables”.
El trasfondo
Los resultados contrastan con el aparente punto medio en el que China ha intentado situar su diplomacia internacional.
Si bien Beijing se ha mantenido al margen de la respuesta occidental a la invasión rusa, y sus diplomáticos se han negado a condenar la invasión, o incluso a calificarla como tal, y han censurado las sanciones occidentales, también ha repetido con frecuencia que deben atenderse “las legítimas preocupaciones de seguridad de todos los países”.
En una cumbre virtual con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y el canciller de Alemania, Olaf Scholz, este martes, el líder de China, Xi Jinping, pidió negociaciones para lograr “resultados pacíficos” y destacó las promesas de China de contribuir con ayuda humanitaria a Ucrania.
“Hay una diferencia entre la forma en que China habla a la audiencia internacional y la forma en que habla a la audiencia interna… para la audiencia interna, es importante preservar esta asociación con Rusia, porque es una prioridad política para Xi”, dijo Alexander Gabuev, investigador principal y presidente del Programa de Rusia en Asia-Pacífico en el Centro Carnegie de Moscú.
Gabuev señala la relación cada vez más cercana entre China y Rusia en los últimos años, una asociación estratégica reforzada, en parte, por la fricción compartida con Occidente.
“Así pues, [los dirigentes chinos] tienen que dar forma a las percepciones del público al respecto, y explicar por qué tratar con Rusia está moralmente justificado o es lo correcto, y [la cobertura mediática de China] sirve para este propósito”, dijo.
Un vistazo a cómo China puede tratar de controlar su cobertura se dio en los días previos a la invasión, cuando una directiva interna, que aparentemente se compartió accidentalmente en las redes sociales, mostró que el medio de comunicación estatal chino Beijing News ordenó a sus empleados no publicar noticias que fueran “negativas sobre Rusia o pro-occidentales”. Beijing News no respondió a las solicitudes de comentarios.
Maria Repnikova, directora del Centro de Estudios de Información Global de la Universidad Estatal de Georgia, dijo que la cobertura a favor de Rusia concuerda con los precedentes históricos: “Las historias que son críticas de Rusia o que retratan a Rusia de forma desfavorable suelen ser censuradas”, dijo.
“Como resultado de ello, es conveniente utilizar las fuentes de los medios de comunicación estatales rusos porque son los que retratan el conflicto (de Ucrania) con una mirada más favorable o una visión desde la perspectiva rusa”, dijo.
Otra muestra de ello es qué voces han podido prosperar en las plataformas de medios sociales de China, fuertemente censuradas, tras la invasión. En ellas han dominado las voces nacionalistas prorrusas y antioccidentales, mientras que se han suprimido los mensajes proucranianos o antiguerra en las plataformas y en todo el panorama mediático.
Un ejemplo flagrante se produjo el viernes, cuando la CCTV transmitió un discurso del presidente del Comité Paralímpico Internacional, Andrew Parsons, en la ceremonia de apertura de los Juegos Paralímpicos de Beijing, en el que muchas partes del discurso fueron silenciadas y no se tradujeron.
¿El contexto ofensivo? El “mensaje de paz” de Parsons, en el que no nombró a Rusia ni a Ucrania, pero dijo estar “horrorizado por lo que está ocurriendo en el mundo”.
Aquellas voces que desde dentro de China han tratado de alzar la voz, incluyendo a cinco profesores de Historia que escribieron una carta abierta expresando su fuerte oposición a “la guerra de Rusia contra Ucrania” han visto sus publicaciones rápidamente borradas o sus cuentas sociales suspendidas.
“Hemos visto voces alternativas y críticas, algunas críticas sutiles o intentos de presentar escenas de la zona de guerra y hablar de humanidad y empatía hacia Ucrania, pero muchos de estos mensajes han sido censurados”, dijo Repnikova.
Las redes sociales en China han tomado medidas contra las voces nacionalistas en las últimas semanas. Sina Weibo “castigó” a alrededor de 75 cuentas y bloqueó más de 1.500 mensajes y la plataforma de streaming de video Douyin eliminó más de 6.000 videos ilegales, según el periódico estatal Global Times. Sin embargo, las voces nacionalistas que han dominado las plataformas de medios sociales se alinean con lo que Repnikova describe como “un repunte significativo del nacionalismo digital, [con] Estados Unidos y Occidente [como] el objetivo clave de este sentimiento nacionalista”.
Romper con el monopolio
Ese sentimiento nacionalista, alimentado por una profunda desconfianza hacia Estados Unidos y la preocupación por su papel como primera potencia mundial, es una parte fundamental del pegamento que ha afianzado la relación entre Rusia y China en los últimos años.
También se ha filtrado en los tipos de cobertura mediática que cada uno ha compartido en el extranjero, ya que tanto Rusia como China han tratado de profundizar en sus esfuerzos propagandísticos, lanzando marcas de noticias en inglés y en otros idiomas que se adaptan a las redes sociales, como la cadena china CGTN y RT (antes Russia Today).
Aunque los expertos afirman que no está claro si los altos cargos de los medios de comunicación de ambos países discuten la cobertura informativa a nivel operativo y qué parte de la coordinación oficial tiene un carácter más bien simbólico, en los últimos años se ha producido un creciente impulso para la alineación y el intercambio de contenidos.
Los medios de comunicación chinos y rusos tienen una serie de acuerdos para compartir contenidos, y la visión conjunta es clara: estos medios unidos pueden “romper el monopolio de los medios de comunicación occidentales”, como decía un informe del Global Times sobre un foro de medios de comunicación chino-ruso en 2015.
Si avanzamos hasta la crisis de Ucrania, las ventajas de esta colaboración, al menos para uno de los socios, son evidentes.
En la Unión Europea, los medios de comunicación respaldados por el Kremlin, RT y Sputnik, quedaron prohibidos oficialmente el pasado miércoles, y empresas como Meta, matriz de Facebook e Instagram, y YouTube, de Google, intervinieron para bloquear sus contenidos.
Pero, en los canales chinos, como CGTN y Global Times, que siguen funcionando, los temas de conversación rusos se siguen publicando.
Ya esta semana, los mensajes de esas cuentas han sugerido que Ucrania y Estados Unidos tienen inclinaciones pronazi, han repetido la desinformación rusa sobre los laboratorios y han citado a Rusia negando que planee derrocar al Gobierno existente en su “operación militar especial” en Ucrania.
– Cómo informó CNN esta noticia:
Dado que la información internacional es una industria muy controlada y regulada en China, solo un número selecto de organizaciones de medios de comunicación estatales, como Xinhua y CCTV, tienen permiso para informar sobre noticias internacionales. Para este reportaje, seleccionamos 14 cuentas de medios de comunicación chinos con casi o más de 10 millones de seguidores en Weibo, una plataforma similar a Twitter que llega a más de 500 millones de usuarios mensuales y es popular en China.
Entre estas cuentas se encontraban importantes medios de comunicación como Xinhua, China News Service, CCTV, Diario del Pueblo y Global Times. Recopilamos todos los mensajes relacionados con Rusia o Ucrania mediante una búsqueda de palabras clave publicados por estas cuentas entre el 24 de febrero y el 3 de marzo, los primeros ocho días de la invasión rusa de Ucrania.
A continuación, examinamos las publicaciones que se compartieron más de 1.000 veces y evaluamos cada una de ellas, más de 300, sobre su preferencia política. Los reporteros clasificaron las publicaciones como neutrales, prorrusas, proucranianas, antiestadounidenses/occidentales y prochinas. En ocasiones, los mensajes se clasificaron en varias categorías, como prorrusas y antioccidentales. Analizamos la fuente y la redacción de las noticias para determinar sus categorías.
Debido a que el análisis se centró en las historias que obtuvieron mayor interacción en la plataforma de medios sociales altamente controlada, los resultados de CNN pueden no ser representativos de todas las publicaciones compartidas por los medios de comunicación estatales en Weibo.