Simpatizantes del presidente de Turquía Recep Tayyip Erdogan participan en un mitin antes de las elecciones presidenciales y parlamentarias del 14 de mayo, en Ankara, Turquía, el 30 de abril. Crédito: Cagla Gurdogan/Reuters

(CNN) – El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, se enfrenta a un desafío sin precedentes que podría poner fin a sus dos décadas de gobierno en las elecciones presidenciales y parlamentarias de Turquía de este domingo.

Los votantes decidirán el destino de la democracia turca menos de tres meses después de que el terremoto del 6 de febrero cobrara la vida de más de 50.000 personas y desplazara a más de 5,9 millones en el sur de Turquía y el norte de Siria.

Las elecciones también se celebran en medio de una grave crisis económica y de lo que los analistas consideran una erosión democrática bajo el Gobierno de Erdogan.

Los analistas pronostican una participación récord este año, y una contienda reñida entre Erdogan y el principal candidato de la oposición, Kemal Kilicdaroglu, líder del Partido Republicano del Pueblo (CHP) y candidato presidencial por el bloque de seis partidos Alianza Nacional.

Más de 1,8 millones de votantes residentes en el extranjero ya emitieron su voto el 17 de abril, según informó este miércoles el periódico turco Daily Sabah, citando al viceministro de Relaciones Exteriores del país.

También se espera que influya la demografía de Turquía. La mayoría de las provincias afectadas por el terremoto de febrero eran bastiones de Erdogan y su partido AK. Pero el jefe del Consejo Supremo Electoral (YSK), Ahmet Yener, declaró el mes pasado que se espera que al menos un millón de votantes de las zonas afectadas por el terremoto no voten este año debido a los desplazamientos.

E incluso si Kilicdaroglu gana las elecciones, algunos analistas afirman que Erdogan podría no ceder el poder a su sucesor sin una lucha.

Esto es lo que hay que saber sobre unas elecciones que podrían convertirse en un momento crucial de la historia moderna de Turquía:

Cómo funcionan las elecciones en Turquía

Turquía celebra elecciones cada cinco años. Los candidatos presidenciales pueden ser propuestos por partidos que hayan superado el umbral del 5% de votantes en las últimas elecciones parlamentarias, o por aquellos que hayan reunido al menos 100.000 firmas de apoyo a su candidatura.

El candidato que recibe más del 50% de los votos en la primera vuelta es elegido presidente, pero si ningún candidato obtiene la mayoría de votos, la elección pasa a una segunda vuelta entre los dos candidatos que recibieron el mayor número de votos en la primera vuelta.

Las elecciones parlamentarias se celebran al mismo tiempo que las presidenciales. Turquía sigue un sistema de representación proporcional en el Parlamento, según el cual el número de escaños que obtiene un partido en la legislatura de 600 escaños es directamente proporcional a los votos que obtiene.

Los partidos deben obtener no menos del 7% de los votos —en solitario o en alianza con otros partidos— para entrar en el Parlamento.

La votación tendrá lugar el domingo, y los candidatos depositarán sus papeletas para ambas elecciones al mismo tiempo. La segunda votación presidencial, si se celebra, tendrá lugar el 28 de mayo.

Las urnas se abren a las 8.00 a.m. hora local (1.00 a.m., hora de Miami) y se cierran a las 5 p.m., hora local (10.00 a.m., hora de Miami). Los resultados se esperan a partir de las 9 p.m., hora local (2 p.m., hora de Miami).

¿Quiénes son los contendientes?

La lista de candidatos a las elecciones presidenciales de este año se redujo a tres este jueves, cuando Muharrem Ince se retiró de la carrera.

Además de Erdogan y Kilicdaroglu, también se presenta el candidato de la Alianza Ancestral, el derechista Sinan Ogan.

El líder del centrista Partido de la Patria, Ince, declaró que se retiraba tras una “campaña de difamación” contra él. Ince se ha enfrentado durante semanas a escabrosas acusaciones en las redes sociales en Turquía, y la fiscalía de Ankara declaró el jueves que había abierto una investigación sobre un posible chantaje.

No obstante, su partido, Patria, seguirá en la carrera parlamentaria.

De 59 años, se presentó a las elecciones presidenciales de 2018, pero perdió frente a Erdogan. En marzo de este año, se separó del CHP de Kilicdaroglu y se unió a la carrera presidencial. Inicialmente rechazó los llamamientos de su antiguo partido para que se retirara ante la preocupación de que restara votos al rival de Erdogan.

Ince no apoyó a ninguno de los candidatos restantes, y su nombre también permanecerá en la papeleta. Su retirada supone un impulso potencial para Kilicdaroglu.

Kilicdaroglu, de 74 años, legislador del CHP desde 2002, el mismo año en que el Partido AK de Erdogan subió al poder, fue escalando posiciones hasta convertirse en 2010 en el séptimo presidente de su partido.

Nacido en la provincia oriental de Tunceli, de mayoría kurda, el líder del partido se presentó a las elecciones generales de Turquía de 2011, pero perdió, quedando segundo tras Erdogan y su Partido AK.

Kilicdaroglu representa al partido fundado hace 100 años por Mustafa Kemal Ataturk, padre fundador de la Turquía moderna y laico convencido. Contrasta con el partido de raíz islamista de Erdogan y su base conservadora.

Sin embargo, a pesar de sus inclinaciones laicas, el candidato de la oposición y su alianza han prometido representar a todas las facciones de la sociedad turca, lo que, según los analistas, ha quedado demostrado en su variada coalición.

¿Qué significaría un cambio de liderazgo para los lazos de Turquía con Rusia?

En reacción a la retirada de Ince de la carrera electoral, Kilicdaroglu acusó este viernes a Rusia de interferir en la campaña electoral.

“Queridos amigos rusos, están detrás de los montajes, conspiraciones, contenidos falsos profundos y cintas que se expusieron ayer en este país”, dijo en Twitter. “Si quieren la continuación de nuestra amistad después del 15 de mayo, saquen sus manos del Estado turco. Seguimos estando a favor de la cooperación y la amistad”.

El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, rechazó la acusación en una rueda de prensa y calificó de “mentirosos” a quienes difunden esos rumores.

“Rusia no interfiere en los asuntos internos ni en los procesos electorales de otros países”, dijo Peskov. “Damos un gran valor a nuestras relaciones bilaterales con la parte turca, porque la República de Turquía ha adoptado hasta ahora una posición soberana muy responsable y bien pensada sobre toda una serie de problemas regionales y mundiales a los que nos enfrentamos”.

Turquía, miembro de la OTAN que tiene el segundo ejército más grande de la alianza, ha fortalecido sus lazos con Rusia en los últimos años. En 2019, incluso compró armas al país desafiando a Estados Unidos.

Erdogan ha producido rechazo en Occidente al seguir manteniendo estrechos lazos con Rusia mientras continúa su embestida contra Ucrania, y ha causado dificultades a los planes de expansión de la OTAN al paralizar el ingreso de Finlandia y Suecia.

Cuando el embajador estadounidense en Ankara, Jeff Flake, visitó en marzo a Kilicdaroglu, Erdogan arremetió contra él, calificando de “vergüenza” la visita del diplomático estadounidense y advirtiendo de que Turquía tiene que “dar una lección a Estados Unidos en estas elecciones”.

Los analistas han afirmado que, aunque Erdogan sea derrocado en las urnas, no es seguro que Turquía dé un giro de 180 grados en política exterior. Mientras que figuras cercanas a la oposición han indicado que, de resultar vencedor, reorientaría a Turquía de nuevo hacia Occidente, otros afirman que es probable que las cuestiones fundamentales de política exterior no cambien.

Sin embargo, Turquía también ha sido útil a sus aliados occidentales bajo el mandato de Erdogan. El año pasado, Ankara ayudó a mediar en un histórico acuerdo de exportación de cereales entre Ucrania y Rusia, e incluso proporcionó a Ucrania drones que desempeñaron un papel en la lucha contra los ataques rusos.

¿Cuáles son las principales preocupaciones de los votantes?

El estado de la economía y los daños causados por el terremoto encabezan la lista de preocupaciones de los votantes. Incluso antes de la catástrofe de febrero, Turquía luchaba contra la subida de los precios y una crisis monetaria que en octubre hizo que la inflación alcanzara el 85%.

Ello afectó al poder adquisitivo de la población y es “fundamentalmente la razón por la que la popularidad de Erdogan se ha erosionado”, afirmó Sinan Ulgen, exdiplomático turco y presidente del grupo de reflexión EDAM, con sede en Estambul. “Ese va a ser el principal obstáculo para Erdogan”, afirmó.

Los votantes también están emitiendo su voto en función de a quién ven más capaz de gestionar las secuelas del terremoto, así como de proteger al país de futuras catástrofes, afirman los analistas, que añaden que la popularidad de Erdogan no ha tenido el impacto político esperado.

“Existe un debate sobre qué plataforma electoral ofrece la solución adecuada para abordar estas vulnerabilidades y mejorar la resiliencia de Turquía ante estos desastres nacionales”, afirmó Ulgen.

Aparte de la economía y de la gestión gubernamental de las frecuentes catástrofes naturales de Turquía, es probable que a los votantes les preocupe el alejamiento de Erdogan de la democracia, algo que la oposición ha hecho campaña para revertir.

¿Qué ocurrirá si Erdogan pierde?

Algunos analistas afirman que si Erdogan pierde la votación por un margen pequeño, se abre la posibilidad de que impugne los resultados.

Y si la experiencia pasada es un indicador, entonces el presidente y su Partido AK podrían no tomarse con calma una derrota.

En las elecciones a las alcaldías de Estambul y Ankara de 2019, el Partido AK perdió el control del centro financiero y de la capital del país, lo que llevó a los responsables del partido de ambas ciudades a rechazar los resultados, alegando irregularidades en la votación.

La ventaja del CHP en Estambul fue especialmente escasa, y acabó provocando que el Consejo Supremo Electoral (YSK) se pronunciara a favor de una repetición de los comicios a la que la oposición se opuso enérgicamente.

El candidato del CHP a la alcaldía de Estambul, Ekrem Imamoglu, ganó la repetición de las elecciones, asestando un duro golpe a Erdogan.

Ulgen puso en duda la independencia del YSK, afirmando que podría ceder a posibles demandas de recuento. El organismo será el árbitro final de la contienda, afirmó.

Un informe de Freedom House de 2023 afirmaba que los jueces del YSK, que supervisan todos los procedimientos de votación, “son nombrados por órganos judiciales dominados por el AKP y a menudo se remiten al AKP en sus decisiones”. El “dominio institucional” del Partido AK en los medios de comunicación y otras ramas de la sociedad también “inclina el campo de juego electoral” a favor de Erdogan, afirmó el grupo de defensa con sede en Washington.

– Isil Sariyuce contribuyó con este reportaje desde Estambul.