Aviación

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El desastre de la industria de la aviación se está convirtiendo en una mala noticia para el planeta

(CNN) -- Air New Zeland abandonó un objetivo clave para reducir sus emisiones de carbono antes de 2030, alegando retrasos en las entregas de nuevos aviones de bajo consumo y los costosos combustibles para aviones con bajas emisiones de carbono.

La aerolínea dijo en un comunicado este martes que se había visto obstaculizada en los últimos meses por "la disponibilidad de nuevos aviones (y) la asequibilidad y disponibilidad de combustibles alternativos para aviones".

"Es posible que la aerolínea tenga que mantener su flota actual durante más tiempo del previsto debido a problemas globales de fabricación y de la cadena de suministro que podrían ralentizar la introducción en la flota de aviones más nuevos y más eficientes en el consumo de combustible", dijo Greg Foran, director ejecutivo de la aerolínea, en el comunicado.

Air Nueva Zeland espera ocho Boeing 787 Dreamliner y cinco Airbus A320neo y A3201neo, según su página web.

Boeing se ha enfrentado en los últimos meses a una serie de problemas de seguridad y producción que provocaron retrasos en las entregas de sus aviones a las aerolíneas. Airbus, por su parte, achacó el mes pasado a problemas "persistentes" en su cadena de suministro un recorte en el número de entregas previstas para este año.

Boeing no respondió inmediatamente a una petición de comentarios. Un portavoz de Airbus dijo a CNN que la compañía no "revela calendarios de entrega a clientes".

Air New Zeland, que realiza cerca de 3.400 vuelos semanales a 49 destinos nacionales e internacionales, se fijó en 2022 el objetivo de reducir sus emisiones de carbono en un 28,9% para finales de la década si se comparan con los niveles de 2019.

Aun así, la decisión de Air Nueva Zeland de abandonar su objetivo es un disparo de advertencia para un sector que intenta cumplir sus objetivos climáticos mediante cambios en el diseño de los aviones y un mayor uso de combustibles más limpios, como el combustible de aviación sostenible (SAF).

El SAF tiene una huella de carbono menor que el combustible de aviación tradicional porque se fabrica a partir de productos de desecho, donde el carbono ya se ha emitido; o de plantas que absorben CO2 a medida que crecen. Pero en la actualidad, la demanda es mucho mayor que la oferta de SAF.

Es mucho mayor que el objetivo de reducción del 5% de las emisiones de la aviación internacional para 2030, acordado por 193 países en una conferencia respaldada por Naciones Unidas el pasado noviembre.

El sector de la aviación representó el 2% de las emisiones mundiales de carbono relacionadas con la energía en 2022, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE). Sin embargo, ese porcentaje podría aumentar rápidamente si no se adoptan con suficiente rapidez medidas como la transición al SAE, la reducción de vuelos y diseños de aviones más eficientes.

"La capacidad de producción prevista de combustibles sostenibles para la aviación proporcionará solo una pequeña fracción de la demanda de combustible para aviones en 2027", señala la AIE en su página web.

En su declaración, Air Nueva Zeland dijo que estaba considerando introducir "un nuevo objetivo a corto plazo" que "podría reflejar mejor los retos relacionados con la disponibilidad de aviones y combustibles alternativos para reactores dentro de la industria". Además, la aerolínea no ha modificado su ambición de alcanzar el objetivo de cero emisiones netas en 2050, es decir, no emitir a la atmósfera más carbono del que elimina.

Un documento de debate del gobierno de Nueva Zelandia publicado en junio mostraba que el país podría incumplir su objetivo de reducción de CO2 para 2035 debido a un cambio en las políticas climáticas desde que su gobierno de centro-derecha llegó al poder el año pasado, informó Reuters. Nueva Zelandia es uno de los muchos países que se están desviando del camino para alcanzar sus objetivos en la década de 2030.

-- Angela Dewan colaboró en la elaboración del informe.