Lo que debes saber de Hezbollah, el poderoso grupo apoyado por Irán en la frontera con Israel
(CNN) -- Hezbollah es un movimiento islamista respaldado por Irán que cuenta con una de las fuerzas paramilitares más poderosas de Medio Oriente. La base principal del grupo está en la frontera entre Israel y el Líbano, donde las consecuencias de la guerra entre Israel y Hamas han sido palpables. Hezbollah e Israel han estado involucrados en escaramuzas desde que comenzó la guerra, poniendo a toda la región en una situación crítica con temores de que pueda desencadenar un conflicto regional más amplio.
El conflicto que comenzó con los mortíferos ataques de Hamas contra Israel, en los que, según las autoridades israelíes, murieron 1.400 personas, ya ha tenido amplias ramificaciones en el Medio Oriente y ha desencadenado desavenencias diplomáticas y protestas en todo el mundo.
Tras los ataques del 7 de octubre, más de 40.000 personas han muerto en Gaza por los ataques israelíes, según las autoridades sanitarias palestinas.
Las consecuencias son palpables en la frontera entre Líbano e Israel, donde Hezbollah e Israel han mantenido enfrentamientos de creciente intensidad desde el comienzo de la guerra, poniendo a toda la región en el filo de la navaja.
Esto es lo que hay que saber sobre Hezbollah.
Los orígenes del grupo
Hezbollah surgió de las cenizas de la invasión israelí del Líbano en 1982, cuando las fuerzas israelíes tomaron casi la mitad del territorio libanés. Esto incluía Beirut, donde las fuerzas israelíes, junto con las milicias cristianas libanesas de derecha aliadas de Israel, sitiaron la parte occidental de la capital para expulsar a los militantes palestinos.
La operación israelí causó más de 17.000 muertos, según informes del momento, y una investigación israelí sobre una masacre en el campo de refugiados de Beirut de Sabra y Shatila, uno de los sucesos más sangrientos de la historia reciente de la región. La investigación, conocida como Comisión de Investigación Kahan, responsabilizó indirectamente a Israel de la masacre, perpetrada por combatientes libaneses cristianos de derecha.
Las estimaciones sobre el número de muertos en Sabra y Shatila varían entre 700 y 3.000.
Mientras hordas de combatientes palestinos abandonaban Líbano, una banda de combatientes islamistas chiitas entrenados por la naciente República Islámica de Irán irrumpió en el díscolo panorama político libanés. El grupo tuvo un impacto violento y desproporcionado. En 1983, dos terroristas suicidas vinculados a la facción atacaron un cuartel de la Marina estadounidense en Beirut, matando a casi 300 soldados estadounidenses y franceses, y a algunos civiles.
Un año después, combatientes vinculados a Irán bombardearon la embajada estadounidense en Beirut, matando a 23 personas. En 1985, esos combatientes se unieron más formalmente en torno a una organización recién fundada: Hezbollah.
El grupo no ocultaba su lealtad ideológica a Teherán y recibía un flujo constante de fondos de la República Islámica. Esto contribuyó a impulsar a Hezbollah al primer plano. Participó en la guerra civil libanesa, que terminó en 1990, y lideró la lucha contra las fuerzas israelíes que ocupaban el sur de Líbano, expulsándolas finalmente en 2000.
Designación de terrorista
En Líbano, Hezbollah se considera oficialmente un grupo de "resistencia" encargado de enfrentarse a Israel, que Beirut clasifica como Estado enemigo. Sin embargo, gran parte del mundo occidental ha designado a Hezbollah como organización terrorista, en gran parte desde que Argentina culpó al grupo del atentado de 1992 contra la embajada israelí en Buenos Aires, en el que murieron 29 personas, y del atentado de 1994 contra un centro comunitario judío, en el que murieron 85 personas, también en la capital.
Tanto Irán como Hezbollah negaron su responsabilidad en esos atentados.
En 2011, las protestas prodemocráticas de la Primavera Árabe se convirtieron en guerras de poder que se extendieron por gran parte del Medio Oriente. Hezbollah participó activamente, luchando junto a fuerzas alineadas con Irán en Siria e Iraq. Poco después, varios países árabes la designaron organización terrorista.
Pero eso apenas mermó el poder del grupo. Durante los años que duraron las batallas por el poder, experimentó un ascenso meteórico, pasando de ser una guerrilla insurgente a una fuerza de combate regional.
Relación entre Hezbollah y Hamas
Hezbollah y Hamas no siempre han estado de acuerdo. Los dos grupos islamistas lucharon en bandos opuestos de la revuelta siria, convertida en guerra civil: Hezbollah luchaba a favor del dictador sirio Bashar al-Assad, mientras que los combatientes de Hamas apoyaban a la oposición predominantemente suní.
Hezbollah es un grupo de la rama chiita del Islam, mientras que Hamas es sunita.
Cuando la guerra siria llegó a su fin en la mayor parte del país a finales de la década pasada, Hamas y Hezbollah dejaron de lado sus diferencias. El jefe de Hezbollah, Hassan Nasrallah, ha elogiado en repetidas ocasiones la creciente alianza entre ambos grupos.
Los dirigentes de Hamas se han reunido con Nasrallah en varias ocasiones durante el último año, y son ampliamente conocidas las crecientes conexiones del grupo con base en Gaza con Teherán.
Una creciente potencia regional aislada en casa
Mientras Hezbollah libraba batallas más allá de sus fronteras, en Líbano empezaban a surgir problemas en su propio territorio. Los repetidos ciclos de crisis económicas y políticas de las dos últimas décadas han asestado un duro golpe a la popularidad del grupo fuera de su base de apoyo chiita.
El grupo se vio asediado por problemas económicos de mayor envergadura que fue impotente de resolver. Actuó como baluarte contra las protestas libanesas que exigían un cambio de una élite política ampliamente acusada de corrupción, e incluso envió a sus partidarios a golpear a manifestantes pacíficos.
Hezbollah también ha logrado en gran medida sofocar una investigación judicial sobre la explosión del puerto de Beirut que arrasó amplias zonas de la ciudad en agosto de 2020.
Pero esto puede resultar irrelevante para los objetivos del grupo. Podría decirse que Hezbollah es el socio no estatal más eficaz de Irán. Y mientras su influencia regional se expande, puede convertirse en una némesis más formidable para su viejo enemigo, Israel.
Por qué Hezbollah podría verse envuelto en la guerra entre Hamas e Israel
Aún no está claro si Hezbollah intervendrá en la guerra entre Hamas e Israel en nombre de los palestinos. Por un lado, comparte el objetivo último de Hamas de destruir el Estado judío. Por otro lado, Hezbollah tiene todas las de perder.
Israel sigue siendo, por mucho, el ejército más sofisticado del Medio Oriente y cuenta con algunas de las armas más avanzadas del mundo, con el apoyo de Estados Unidos. Además, su guerra contra Gaza es un ejemplo de advertencia.
En respuesta al ataque terrorista sorpresa de Hamas, letal y a gran escala, Israel ha matado a más gazatíes que en cualquier otra guerra con el territorio costero. Esto ha enviado un mensaje escalofriante a Líbano, que aún se tambalea por la devastadora crisis económica de 2019, que ha dejado gran parte de la nación en ruinas.
Israel también puede dudar en probar suerte con el grupo respaldado por Irán. Una guerra con Hezbollah en el norte de Israel podría encender un tercer frente en los Altos del Golán ocupados por Israel, que separa a Israel de las fuerzas alineadas con Irán, incluido el Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, un ala de élite del ejército iraní.
Aunque el arsenal de Hezbollah no puede compararse con el de Israel, sí dispone de misiles guiados de precisión, mucho más sofisticados que los cohetes de mala calidad de la era soviética que utilizó en su último conflicto con Israel en 2006. Nasrallah afirma que sus fuerzas constan de más de 100.000 unidades, entre combatientes activos y reservistas.
Si Hezbollah se involucra en la guerra, se abriría un conflicto en varios frentes, lo que impulsaría al Medio Oriente a un territorio inexplorado de consecuencias impredecibles.