Por Alejandro Bermúdez, especial para CNN

Nota del Editor: Alejandro Bermúdez es director de la Agencia Católica Aciprensa, autor del libro “Francisco, Nuestro Hermano, nuestro Amigo” y productor ejecutivo del Documental, “Francisco, el Papa del Nuevo Mundo”.

El último documento oficial del Papa Francisco, la Exhortación Apostólica “Evangelii Gaudium” (latín para “La Alegría del Evangelio”), confirma que el primer Pontífice de las Américas está decidido a impulsar a la Iglesia católica por un camino a la vez compasivo y audaz en medio del mundo contemporáneo.

Lo primero que sorprende al leer el nuevo documento, presentado oficialmente este martes en el Vaticano, es el lenguaje. Sus 222 páginas –es decir, más larga que su primera encíclica, Donum Fidei- se leen no sólo con facilidad sino con voracidad, porque la habitual formalidad de los documentos pontificios ha sido reemplazada por un discurso sencillo, existencial, estimulante y exigente: uno se siente más escuchando una apasionada homilía que leyendo un texto doctrinal.

Al leerlo, uno se siente constantemente animado a seguir con la lectura rica en frases como: “hay cristianos cuya opción parece ser la de una Cuaresma sin Pascua”; “hay que permitir que la alegría de la fe comience a despertarse, como una secreta pero firme confianza”; “los gozos más bellos  que he visto en mis años de vida son los de personas muy pobres que tienen poco a qué aferrarse”.

Pero tal vez lo más importante es lo paradójico del documento en lo que significa para la vida de los católicos de a pie en el mundo. Por un lado, Francisco señala, con sorprendente candor, que los documentos de la Iglesia pueden ser, a veces difíciles de leer y que “no es conveniente que el Papa reemplace a los episcopados locales en el discernimiento de todas las problemáticas que se plantean en sus territorios”.

Pero por otro lado, el objetivo del documento es uno de los más ambiciosos –si no el más ambicioso- que recuerdo de un documento pontificio: renovar a fondo la manera como  los católicos presentamos el mensaje ante el mundo.

El documento, en consecuencia, tiene mucho más que palabras de entusiasmo o de sabia advertencia: aborda siete áreas específicas que el Papa Francisco presenta desde el inicio, y que incluye desafíos prácticos que afectan la manera como los católicos presentamos el mensaje del Evangelio ante el mundo.

El elenco de temas abordados va desde la preparación de las homilías de parte de los sacerdotes –un área de frecuente frustración para los fieles- hasta la inclusión de los pobres y marginados en la misión evangelizadora de la Iglesia, pasando por la correcta disposición que deben tener los laicos que trabajan en parroquias para atraer en vez de repeler a los que están en búsqueda.

Este espíritu renovador, sin embargo, es impulsado con palabras y ejemplos de sus predecesores: en el documento, Francisco cita frecuentemente a Benedicto XVI y especialmente a Juan Pablo II, el gran “Papa de la Nueva Evangelización”, que él mismo canonizará el 2014.

Para cualquiera que desee conocer mejor la mente orgánica del Papa Francisco, la “Evangelii Gaudium” es un excelente lugar donde comenzar.

Y para los católicos de habla hispana, el documento será no sólo un texto inspirador y entusiasmante, sino también un manual bastante práctico que permitirá llevar adelante el ambicioso objetivo que Francisco  plantea: “Todos tienen el derecho de recibir el Evangelio.

Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una nueva obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia no crece por proselitismo sino «por atracción»”.

(Las opiniones expresadas en este artículo corresponden exclusivamente a Alejandro Bermúdez)