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Política

Una cosa muy fea

Por Camilo Egaña

(CNN Español) -- Barack Obama recortó el poder de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA). Es el organismo que por espiar, lo ha hecho incluso contra los que no debía, los propios aliados de EE.UU.

El presidente intenta la cuadratura del círculo con la Ley de la Libertad: satisfacer a los que no soportan a los espías del Gobierno y los que los ven como un mal necesario para garantizar eso que los políticos llaman ‘’la seguridad nacional’’.

A partir de ahora, para acceder a los archivos telefónicos se necesitará una orden judicial —como siempre debió haber sido— y la NSA pierde su capacidad de almacenar nuestras vidas y milagros sin límite alguno.

Por primera vez en 14 años, a los espías del Gobierno de EE.UU. les atan las manos y los ciudadanos están más atentos a los fisgones.

Quien apoye la que, para los expertos, es la mayor reforma de los servicios secretos de este país en muchos años, que se lo agradezca a los pilares democráticos sobre los que descansa esta nación y a Edward Snowden, el larguirucho analista de la NSA que nos enseñó todo aquello de los metadatos y lo vulnerables que somos ante ciertos microchips.

En la película Sexo, pudor y lágrimas, de 1999, un personaje le dice a otro: “Espiar es una cosa muy fea. ¡El que busca encuentra!”. Y aunque no haya nada que ocultar, sigue siendo una cosa muy fea.

Las opiniones expresadas en este comentario son exclusivas del autor