(CNNMoney) – Es un hombre joven y talentoso en busca del sueño americano: un auto, una casa y tener algún día su propia familia. Y acaba de conseguir un trabajo de ensueño como ingeniero en General Electric con un buen sueldo.
Solo que este ingeniero no está en Estados Unidos. Está en México.
Carlos cuenta con una educación universitaria, es un ingeniero de manufactura que gana 1.500 dólares al mes trabajando en la línea de producción de una planta de GE en México.
Le encanta GE y ve futuro ahí. Su sueldo es de alrededor de 75 dólares al día.
“Me gusta mucho mi trabajo”, le dijo Carlos a CNNMoney. “Tengo que seguir trabajando duro y ahorrando dinero y así podré conseguir una mejor posición”. (Carlos no es su verdadero nombre. Para proteger su empleo, CNNMoney decidió no revelarlo).
Las aspiraciones de Carlos y su motivación podrían reflejar las de cualquier estadounidense de 24 años con habilidades similares. Pero su empleo está en México, donde GE tiene 17 plantas manufactureras y 10.000 empleados.
Un típico ingeniero de manufactura que trabaja para GE en Estados Unidos gana cerca de 75.000 dólares al año, de acuerdo con un análisis de salarios realizado por Glassdor.
Eso representa más o menos 312 dólares al día… o cuatro veces más el salario de Carlos.
Esa brecha salarial fácilmente explica por qué muchos empleos de manufactura han salido de Estados Unidos. Desde el 2000, Estados Unidos ha perdido alrededor de 5 millones de empleos en manufactura.
Esto se ha convertido en un tema delicado en el período de campaña de 2016, donde Donald Trump promete a los estadounidenses indignados que él “recuperará los trabajos que se han ido a México”.
Carlos está en desacuerdo.
“En realidad no creo que Donald Trump pueda robarse los trabajos de aquí y llevárselos a Estados Unidos”, sostiene Carlos, un acérrimo aficionado al fútbol y ávido televidente de ESPN. “Muchas instalaciones de Estados Unidos están viniendo a México porque el trabajo aquí es más barato”.
Los expertos concuerdan con Carlos: la manufactura ha cruzado el Rubicón —o Río Grande— y es difícil pensar que estos empleos vayan a regresar a Estados Unidos.
“Esta promesa de que podemos revertirlo todo de un momento a otro es una falsa sirena”, dice el economista Charles Ballard, de la Universidad Estatal de Michigan.
Robert Scott, del Economic Policy Institute, calcula que Estados Unidos perdió aproximadamente 800.000 empleos ante México entre 1997 y 2013. Él menciona el TLCAN —Tratado de Libre Comercio de América del Norte, firmado en 1993— como el principal impulsor de la pérdida de empleos.
Antes del TLCAN, el gobierno de México tenía restricciones sobre las compañías extranjeras y sobre quiénes podían contratar. El TLCAN anuló esas reglas y el déficit de comercio de Estados Unidos con México ha aumentado, lo que significa que estamos trayendo más productos de México que los que estamos enviando hacia allá. Eso es bueno para los consumidores estadounidenses, pero malo para quienes trabajan en la manufactura.
“El acuerdo es un fracaso”, dice Scott. “Firmamos acuerdos comerciales que animan a las empresas manufactureras a externalizar los empleos a otros países”.
Una mano de obra más económica, menores estándares ambientales y bajos impuestos a las exportaciones —o aranceles— hacen que México sea un sitio atractivo a donde trasladar las operaciones, sin mencionar que es vecino de Estados Unidos. Si incorporas el TLCAN —cuyo éxito es discutible— podrás entender por qué tantas compañías estadounidenses cruzaron la frontera. Casi todos los principales fabricantes estadounidenses, desde Ford y General Motors hasta Procter & Gamble y Caterpillar tienen centros de producción en México.
GE no quiso hacer comentarios sobre los salarios de los empleados en México o Estados Unidos, pero un vocero dijo que los sueldos varían según el país, el nivel de habilidad y otros índices de referencia. GE señaló que tenía operaciones en México desde 1896.
A Carlos en realidad le está yendo mucho mejor que al trabajador promedio en México.
Los trabajadores de la industria de la manufactura en México ganan un promedio de 13 dólares al día, según el análisis de CNNMoney de las estadísticas del gobierno mexicano. El típico trabajador de una línea de ensamblaje en Estados Unidos gana 25 dólares por hora, según datos del Departamento de Trabajo.
La solución de Trump para recuperar los empleos que se han ido a México es aumentar los impuestos —o aranceles— en un 35% en los productos que provengan de México, lo que haría que fueran más costosos para los compradores estadounidenses.
“Esto sería un desastre”, dice Alan Deardorff, un economista de la Facultad Gerald R. Ford de Política Pública de la Universidad de Michigan. “Perderíamos una cantidad enorme de otros empleos”.
El plan arancelario de Trump no es original. Estados Unidos aumentó los aranceles a los países extranjeros en 1930. No funcionó muy bien. Otros países elevaron sus aranceles a Estados Unidos como represalia, lo que inició una guerra comercial. El aumento de aranceles fue una de las causas de la Gran Depresión.
¿Cómo puede Estados Unidos crear más empleos en la manufactura? Invirtiendo en México, sostienen los expertos. Si Estados Unidos pudiera ayudar a elevar los salarios en México, eso incrementaría la clase media del país y entonces los mexicanos podrían permitirse pagar productos más caros fabricados en m Estados Unidos.
“Tendríamos que hacer grandes inversiones en México”, afirma Scott. “Va a haber empleos que se trasladen a México…(pero) es posible que pudiéramos exportar otras cosas a México si ellos tuvieran más riqueza”.
Después de todo, cuando Carlos gana suficiente dinero, ¿adivina a dónde le gusta ir de compras? A Texas.