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Juegos Olímpicos

Eileen Gu (nacida en EE.UU.) es el símbolo de una nueva clase de atletas chinos, pero un paso en falso podría hacerla caer

Por Jessie Yeung

Hong Kong (CNN) -- En los Juegos Olímpicos de Invierno de Beijing 2022, el rostro de los sueños deportivos de China es innegablemente estadounidense.

El ascenso de la esquiadora de estilo libre Eileen Gu a la cima ha sido meteórico, y su popularidad en China se ha disparado en el período previo a los Juegos. "La princesa de la nieve Gu Ailing está lista para brillar en los Juegos Olímpicos de su país", decía un titular del medio estatal Xinhua, refiriéndose a Gu por su nombre chino.

Pero Gu, de 18 años, tiene otro hogar: Estados Unidos, donde nació de madre china y padre estadounidense, y donde descubrió su amor por este deporte. En 2015, apenas unos meses después de subir a su primer podio en la Copa del Mundo, la oriunda de San Francisco anunció su decisión de competir por China en lugar de por Estados Unidos, una decisión controvertida que la situó firmemente en el punto de mira.

"Fue una decisión increíblemente difícil de tomar", escribió entonces en una publicación de Instagram. "Estoy orgullosa de mi herencia, e igualmente orgullosa de mi educación estadounidense".

Eileen Gu

Un repartidor pasa por delante de un anuncio que muestra a Eileen Gu, en una parada de autobús en Beijing, el 11 de enero.

Desde entonces se ha convertido en un nombre muy conocido en China. Al caminar por las calles, se puede ver su rostro en las vallas publicitarias y portadas de revistas. Los videos promocionales de los Juegos Olímpicos muestran a Gu haciendo trucos en el aire y corriendo por la Gran Muralla. Tiene casi dos millones de seguidores en la plataforma china de redes sociales Weibo, así como múltiples patrocinadores chinos, acuerdos con marcas y equipos de documentalistas que siguen todos sus movimientos.

Pero detrás de su éxito está la fuerte presión de ser tanto china como estadounidense en un momento de intensas tensiones geopolíticas; de representar a la patria de su madre, un país criticado en occidente por supuestas violaciones de los derechos humanos; y de intentar ser una atleta y nada más durante unos de los Juegos Olímpicos más controvertidos de la historia reciente.

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No es la única que camina por esta cuerda floja: los Juegos Olímpicos de Beijing cuentan con un número sin precedentes de atletas nacidos en el extranjero que compiten por China, muchos de ellos procedentes de Estados Unidos. Entre ellos, Gu se ha convertido en la imagen de una China ambiciosa, deseosa de demostrar que tiene el poder de atraer talentos extranjeros y de moldear un nuevo tipo de atleta chino en la escena mundial.

Pero estos atletas, especialmente los de origen chino, se enfrentan a un acto de equilibrio imposible al estar entre dos países y navegar por las complejidades de una identidad doble ante la opinión pública.

Una posición imposible

Más de una docena de atletas que representan a China en los Juegos Olímpicos nacieron en el extranjero, y la mayoría de ellos forman parte del equipo masculino de hockey, en el que solo seis de los 25 miembros son nacionales.

En realidad, el cambio de nacionalidad por el deporte es bastante común a nivel internacional, solo que China llegó tarde al juego, dijo Susan Brownell, experta en deportes chinos de la Universidad de Missouri-St. El cambio es especialmente inusual, ya que China es un país muy homogéneo y cuenta con algunas de las normas de inmigración más estrictas del mundo. "China nunca había hecho algo así", añadió Brownell.

Hay muchos rostros caucásicos involucrados, sin etnia china ni vínculo evidente con el país, como los exjugadores de la NHL Jake Chelios y Jeremy Smith. Pero son los atletas de ascendencia china los que están bajo mayor escrutinio, como el jugador de hockey nacido en Canadá Brandon Yip y la patinadora sobre hielo nacida en Estados Unidos Zhu Yi, antes conocida como Beverly Zhu.

El decepcionante debut olímpico de Zhu sirvió para ilustrar las presiones únicas a las que se enfrentan estos atletas. Después de que cayera en el hielo y quedara en último lugar en la prueba por equipos del programa corto femenino, las redes sociales chinas estallaron en desprecio hacia la patinadora de 19 años.

En Weibo, el hashtag "Zhu Yi cayó" obtuvo 200 millones de visitas en unas pocas horas. Muchos se preguntaban por qué habían elegido a Zhu para el equipo en lugar de a una atleta nacida en China, mientras que otros criticaban su titubeante mandarín. "Esto es una vergüenza", decía un comentario con 11.000 votos.

Gu y Zhu son imágenes especulares en muchos sentidos, ambas nacieron en California y solo las separa un año de edad, pero Gu ha cautivado al público con su mandarín fluido y su familiaridad con la cultura china, y ha recibido poco del escepticismo chino que persigue a Zhu.

El lunes, Gu pasó a la final de Big Air en su primera prueba clasificatoria, después de que el locutor la presentara como la "favorita" y provocara el clamor del público. Pero no está claro si esa adulación continuará si Gu no consigue las medallas de oro que se esperan de ella.

Y la fama de Gu conlleva sus propios retos. Fox News la ha calificado de "hija desagradecida de Estados Unidos", un sentimiento que se encuentra con frecuencia en sus publicaciones en las redes sociales, así como en las de jugadores de hockey como Chelios.

"Es bueno ver que te llevas todos tus éxitos y logros de EE.UU. a China y no representas al lugar donde naciste y creciste", escribió un comentarista bajo una de las publicaciones de Gu en Instagram la semana pasada.

Algunos la han acusado de anteponer las ganancias y el prestigio a la toma de posición en materia de derechos humanos, y los críticos apuntan especialmente a los patrocinios de alto nivel que ha conseguido en China. Estados Unidos está liderando un boicot diplomático a los Juegos, citando las supuestas violaciones de los derechos humanos de los musulmanes uigures en la región occidental china de Xinjiang, sobre las que Gu ha guardado silencio.

A pesar de todo, Gu ha tratado de mantenerse en un camino intermedio. Crea contenidos en las redes sociales tanto en inglés como en chino, publica fotos desde Shanghái y California, hace bromas para el público estadounidense en TikTok mientras protagoniza documentales en chino en la China continental.

"Cuando estoy en China, soy china. Cuando estoy en Estados Unidos, soy estadounidense", dijo Gu a Olympic Channel en los Juegos Olímpicos de la Juventud de Invierno de Lausana 2020.

La semana pasada, aludió a esta doble identidad en un pie de foto en Instagram. "Habiendo sido introducida en el deporte al crecer en Estados Unidos, quería animar a los esquiadores chinos de la misma manera que mis modelos estadounidenses me inspiraron", escribió.

Pero por mucho que quiera expresar ambas partes de su herencia y mantenerse alejada de la política, parece que el mundo no se lo permite.

Y la manera en que China ha aceptado a Gu también refleja su inflexible visión de la nacionalidad, que se ha vuelto más insular y contundente bajo el mandato del presidente Xi Jinping: o eres chino o no lo eres.

El debate sobre la ciudadanía

La cuestión de la ciudadanía pende sobre Gu, y sobre muchos de los atletas nacidos en el extranjero.

China no permite la doble nacionalidad, y en los últimos años el gobierno ha tomado medidas enérgicas y ha animado a la población a denunciar a las personas que tienen dos pasaportes en secreto. Hay muy pocas excepciones a la prohibición, y es muy poco probable que alguna de estas circunstancias excepcionales se aplique a los atletas en cuestión, dijo Donald Clarke, profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington especializado en derecho chino.

"La única forma en que los jugadores de hockey podrían convertirse en ciudadanos chinos es naturalizándose, y según la ley de nacionalidad de China, tienen que renunciar a su ciudadanía extranjera", dijo Clarke a CNN. Lo mismo sucede con Gu.

Eileen Gu

Eileen Gu después de quedar primera en la prueba de estilo libre halfpipe femenino en el Toyota U.S. Grand Prix el 8 de enero de 2022 en Mammoth, California.

Pero no está claro si eso se ha cumplido. Gu nunca ha compartido públicamente si renunció a su ciudadanía estadounidense para competir por China, y las especulaciones aumentaron después de que solicitara el Programa de Becas Presidenciales de Estados Unidos en 2021, que solo está abierto a ciudadanos estadounidenses o residentes permanentes. El sitio oficial de los Juegos Olímpicos pareció confirmar su estatus en un artículo de enero que hacía referencia a la "doble nacionalidad" de Gu.

Tanto Clarke como Brownell afirmaron que lo más probable es que China haya hecho una excepción a sus propias reglas para permitir a los atletas nacidos en el extranjero mantener dos pasaportes, con la esperanza de reforzar su medallero olímpico, que el gobierno de China lleva tiempo promocionando como signo de fortaleza nacional.

Esta estrategia podría ser "un experimento de los dirigentes, que juzgarán la reacción del público antes de decidir si siguen adelante con la práctica a mayor escala y permiten la doble nacionalidad a los atletas", dijo Brownell.

Las autoridades de China han evitado cuidadosamente la cuestión de la nacionalidad de Gu, haciendo hincapié en su herencia china. Ella es lo que el gobierno suele denominar "chinos de ultramar", es decir, ciudadanos extranjeros de ascendencia china, a los que se les da esa etiqueta independientemente de su ciudadanía o de cuántas generaciones de su familia hayan vivido en el extranjero.

Desde que Xi asumió el cargo, ha afirmado repetidamente que los chinos de ultramar también pertenecen a la nación, y ha prometido repetidamente "unir a los chinos de ultramar" con sus familiares en China como parte del "sueño chino".

Parece que Gu forma parte de ese sueño chino, ya que el gobierno y su maquinaria de propaganda se apresuran para presentarla como propia.

"Tengo raíces muy profundas en China", dijo Gu a la cadena estatal CCTV, según el tabloide nacionalista estatal Global Times. Añadió que había estado en China cuando se anunció que los Juegos de Invierno se celebrarían en Beijing, y ahí fue cuando "empecé a pensar en competir por China".

En un artículo, Xinhua señaló que Gu visitaba Beijing todos los veranos en su infancia, que vio los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 desde las gradas y que le encanta el pato pekinés y los dumplings.

Gu "debería ser un ídolo para todo el mundo", declaró un aficionado chino al Global Times. "Antes la gente quería ser estadounidense, ¿por qué no aceptar que la gente quiera ser china ahora?".