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Animales

Siguen apareciendo pequeños pingüinos azules muertos en las costas de Nueva Zelandia. Los expertos señalan al cambio climático como el posible responsable

Por Kathleen Magramo, Charlie Fong

(CNN) -- Los cuerpos de cientos de pingüinos azules han llegado a las playas de la costa norte de Nueva Zelandia en las últimas semanas, según sus conservacionistas, quienes temen que el cambio climático este haciendo que los pingüinos mueran de inanición.

Los kororā, también conocidos como pequeños pingüinos azules, son nativos de Nueva Zelandia, pero están en "riesgo" de declive, según el Departamento de Conservación del país. Se enfrentan a la amenaza de los perros y los hurones, pero también son susceptibles de morir en las carreteras y en las urbanizaciones costeras.

Los conservacionistas llevan intentando averiguar por qué los pingüinos están muriendo en masa desde principios de mayo, cuando los residentes vieron por primera vez las aves muertas en las playas.

Graeme Taylor, asesor científico principal que estudia las aves marinas en el Departamento de Conservación de Nueva Zelandia, dijo que, según los primeros resultados de laboratorio, la desnutrición puede ser la causa de la muerte de entre 200 y 500 de las aves.

"La causa de la mortandad parece deberse a que no han encontrado suficiente comida en el mar y han muerto de inanición", dijo Taylor a CNN.

Una ola de calor marino en las aguas del norte del país, unida a las condiciones naturales del ciclo meteorológico de La Niña, han dificultado que los pequeños pingüinos azules encuentren alimento, dijo Taylor.

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Estas pequeñas y ruidosas aves de plumas azul pálido o añil suelen comer anchoas y sardinas, y suelen sumergirse a profundidades de hasta 30 metros para capturar sus presas. Pero el aumento de la temperatura del agua hace que los pequeños peces se desplacen a aguas más frías, demasiado profundas para que las aves puedan alcanzarlas, dijo Taylor.

Los resultados iniciales de un estudio de necropsia del Ministerio de Industrias Primarias mostraron que las aves habían perdido su almohadilla de grasa abdominal, por lo que estaban en mal estado de salud antes de llegar a la orilla.

Nueva Zelandia vivió en 2021 el año más cálido de su historia, con temperaturas anuales entre 0,5 y 1,2 grados centígrados por encima de lo normal, según el Instituto Nacional de Investigación del Agua y la Atmósfera.

Las aguas que rodean el país "han estado pulsando hasta 3 °C recientemente", dijo en enero el investigador principal adjunto del Instituto de Investigación del Cambio Climático de Nueva Zelandia, Nathanael Melia, a Radio New Zealand, afiliada de CNN.

La Niña es un fenómeno oceánico y atmosférico regular que se refiere al enfriamiento periódico de las temperaturas oceánicas en el Pacífico ecuatorial central y oriental. La fase actual del ciclo está trayendo agua más cálida al norte de Nueva Zelandia, lo que dificulta el acceso de los pingüinos azules a la comida, según Taylor.

No es un problema nuevo en Nueva Zelandia, pero está empeorando

Dave Houston, ecologista del Departamento de Conservación, afirma que no es la primera vez que las aves mueren en gran número.

“En los años setenta, ochenta y noventa, la mortandad masiva de aves llegó a alcanzar los 5.000 ejemplares", explica Houston. "Comparado con eventos anteriores, esto es relativamente pequeño".

Hasta ahora, las muertes de pingüinos se han registrado en la Isla Norte del país, donde se han dado casos en el pasado, y no se ha señalado ninguna en la Isla Sur.

Aunque Houston dijo que el fenómeno forma parte de un ciclo natural, admitió que el cambio climático ha exacerbado sus efectos negativos.

"Sabemos que [los pingüinos azules] pueden sobrevivir en aguas más cálidas, pero les ha dificultado la vida", dijo.

Bruce McKinley, presidente de Birds New Zealand, dijo que el cambio climático y la contaminación podrían empeorar las cosas en el futuro.

"El evento en sí es natural y ha ocurrido antes, podría estar cambiando en el patrón o la intensidad debido al calentamiento de los océanos por el cambio climático inducido por el hombre. Pero no lo sabemos", dijo McKinley.