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Ucrania

Tras un año armando a Ucrania, EE.UU. y sus aliados se enfrentarán a retos aún mayores

(CNN) -- El pasado octubre, un aluvión de misiles rusos y drones kamikaze destruyeron durante una semana casi un tercio de las centrales eléctricas ucranianas, sumiendo a millones de ucranianos en la oscuridad antes del invierno y dando muestras de un importante cambio táctico ruso para atacar infraestructuras civiles.

En Washington, los ataques cambiaron las reglas del juego. El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, estaba tan indignado por la amenaza a la población civil que ordenó al Pentágono que encontrara la forma de conseguir para Ucrania el sistema de defensa antimisiles más avanzado de Estados Unidos, el Patriot, una medida que su Gobierno había descartado anteriormente.

Esa instrucción, descrita a CNN por tres funcionarios del Gobierno, puso en marcha un esfuerzo en el Pentágono para identificar y entregar una batería de misiles Patriot de la que Estados Unidos pudiera prescindir. Nuevos datos de inteligencia, según los cuales Irán podría estar preparando la venta de misiles balísticos a Rusia, hicieron que la cuestión se volviera aún más urgente y, dos meses después, el Pentágono anunció que una batería Patriot estaría de camino a Kyiv.

El episodio constituyó uno de los puntos de inflexión en el esfuerzo de ayuda a la seguridad que se ha prolongado durante un año y que se ha caracterizado por el suministro por parte de Estados Unidos a Ucrania de armamento cada vez más sofisticado, potente y de mayor alcance -desde misiles Javelin, que pueden ser disparados desde el hombro hasta lanzacohetes HIMARS y tanques M-1 Abrams-, incluso cuando las peticiones de Kyiv de ese mismo armamento habían sido denegadas con anterioridad.

Se trata de un proceso que, según los funcionarios estadounidenses, se ha visto impulsado por la evolución de las capacidades militares ucranianas, por sus necesidades en el campo de batalla y por la evolución de las tácticas rusas. Las consideraciones diplomáticas, incluido el objetivo general de Biden de mantener la unidad de la coalición aliada, también han sido un sello distintivo.

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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (izquierda), camina con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, durante una visita sorpresa en Kyiv, Ucrania, el lunes 20 de febrero de 2023. (Crédito: Evan Vucci/AP)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (izquierda), camina con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, durante una visita sorpresa en Kyiv, Ucrania, el lunes 20 de febrero de 2023. (Crédito: Evan Vucci/AP)

Sin embargo, a pesar de todos los cálculos y consideraciones, para la postura de la Casa Blanca hacia Ucrania es fundamental una promesa de consecuencias claramente definidas que Biden hizo directamente al presidente de Rusia, Vladimir Putin, durante una videoconferencia protegida de dos horas el 7 de diciembre de 2021, más de dos meses antes de la invasión.

EE.UU. no solo aplicaría sanciones radicales, sino que Biden también detalló su intención de proporcionar más ayuda en materia de seguridad que cualquier otra ayuda proporcionada a Ucrania desde la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, en 2014. Biden dejó la promesa "muy clara", recordó un alto funcionario del Gobierno.

Los funcionarios estadounidenses reconocen que la magnitud de la ayuda durante el primer año de la guerra supera con creces todo lo que habían planeado. También reconocen lo difícil que será el próximo año. Estados Unidos y sus aliados no solo tienen que mantener la ayuda ante la disminución de las reservas occidentales, sino que también están animando a Ucrania a cambiar sus tácticas en el campo de batalla.

La esperanza es que Ucrania pueda utilizar su arsenal de armas sofisticadas para pasar del tipo de batalla campal de desgaste, que ha dominado gran parte de los combates, a un estilo de guerra de maniobras mecanizadas que utiliza movimientos rápidos e imprevistos contra Rusia, dijeron fuentes familiarizadas con sus discusiones. El objetivo es lograr avances decisivos en el campo de batalla que sitúen a Ucrania en una posición fuerte para negociar la paz, sin perder de vista los limitados arsenales de municiones con tácticas de combate menos intensivas en artillería.

Al mismo tiempo, Ucrania ha seguido presionando para conseguir armas más nuevas y sofisticadas, incluyendo sistemas de misiles de mayor alcance y aviones de combate, peticiones que Estados Unidos ha negado anteriormente. Durante la espectacular y sorpresiva visita de Biden a Kyiv, este lunes, Zelensky lo presionó sobre ambos temas, con la esperanza de que un llamado personal lo convenciera finalmente.

El presidente de Polonia, Andrzej Duda (a la izquierda), recibe al presidente Joe Biden en el Palacio Presidencial de Varsovia, el martes 21 de febrero de 2023. (Crédito: Czarek Sokolowski/AP)

El presidente de Polonia, Andrzej Duda (a la izquierda), recibe al presidente de EE.UU., Joe Biden, en el Palacio Presidencial de Varsovia, el martes 21 de febrero de 2023. (Crédito: Czarek Sokolowski/AP)

"No debe haber ninguna duda: nuestro apoyo a Ucrania no se tambaleará, la OTAN no se dividirá y no nos cansaremos", declaró Biden durante un discurso pronunciado este martes en Varsovia. "Las cobardes ansias de tierra y poder del presidente Putin fracasarán, y el amor del pueblo ucraniano por su país prevalecerá".

¿Cómo pide Ucrania sus armas?

El proceso por el que Ucrania solicita armas a Estados Unidos ha avanzado mucho desde los agitados primeros días de la invasión rusa, cuando el Gobierno ucraniano suplicaba cualquier cosa que pudiera conseguir y a Estados Unidos le preocupaba la posibilidad de que Rusia ocupara todo el país y se llevara valioso material estadounidense. Ahora existen múltiples canales regulares y todos se filtran a través del Pentágono.

Además de los contactos militares de bajo nivel, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan; el secretario de Defensa, Lloyd Austin, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, el general Mark Milley, hablan directamente con sus homólogos varias veces a la semana.

Sullivan y Milley también mantienen llamadas conjuntas periódicas con el principal asesor de Zelensky, Andriy Yermak, y con el general Valery Zaluzhny, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas. Estas llamadas brindan a Sullivan y Milley la oportunidad de recibir los últimos informes del campo de batalla y evaluar las necesidades del Ejército ucraniano.

Kuzia, comandante de la unidad, muestra los cohetes del vehículo HIMARS en el este de Ucrania, el 1 de julio de 2022. (Crédito: Anastasia Vlasova/The Washington Post/Getty Images)

Kuzia, comandante de la unidad, muestra los cohetes del vehículo HIMARS en el este de Ucrania, el 1 de julio de 2022. (Crédito: Anastasia Vlasova/The Washington Post/Getty Images)

Las peticiones ucranianas a través de estos diversos canales se remiten después al Pentágono, donde los funcionarios llevan a cabo un riguroso análisis de las peticiones para evaluar el impacto que tendrán en el campo de batalla, la rapidez con la que los ucranianos pueden entrenarse e integrar las nuevas armas, y el impacto de la transferencia de las armas en la preparación militar de Estados Unidos.

A pesar de que el proceso se ha vuelto más organizado, ya que el material estadounidense suele llegar a Ucrania pocos días después de que Biden aprueba un paquete de seguridad, la urgencia persiste.

Un alto funcionario del Departamento de Estado dijo que "nunca había visto esta burocracia trabajar tan rápido como lo está haciendo", pero añadió: "Todos tenemos que hacer más, más rápido."

"Estamos haciendo mucho; estamos haciendo todo lo que podemos tan rápido como podemos", dijo el funcionario a CNN. "¿Es suficiente? Probablemente no".

Al igual que con la decisión de Biden de proporcionar un sistema de defensa antimisiles Patriot, a menudo ha hecho falta una escalada dramática o un cambio en las condiciones del campo de batalla para que Estados Unidos haga más.

Hasta entonces, los funcionarios estadounidenses habían argumentado que el sistema Patriot era demasiado complejo y escaso para dárselo a Ucrania. La campaña de Rusia contra infraestructuras civiles echó por tierra esos argumentos.

"Obviamente, el presidente estaba indignado, como todos nosotros, y presionó a nuestros equipos, especialmente al Pentágono, para que estudiaran qué podíamos hacer por nuestra parte para ayudarles a defenderse de este problema", declaró un alto funcionario del Gobierno.

A Biden también le preocupaba que la campaña de Rusia contra las infraestructuras civiles dejara las defensas aéreas ucranianas demasiado dispersas, obligando a Kyiv a tomar una decisión imposible: desplegar sus limitados recursos de defensa aérea para proteger a sus tropas en primera línea o a sus ciudades.

Biden no solo ordenó a sus asesores de Seguridad Nacional que se esforzaran por hacer llegar a Ucrania una batería Patriot, sino que instó a los funcionarios a intensificar los esfuerzos para dotar a Kyiv de más capacidades de defensa antiaérea.

En la Casa Blanca, donde Sullivan organiza una reunión diaria de los principales funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional para coordinar los esfuerzos de todo el Gobierno en apoyo de Ucrania, se puso en marcha una iniciativa para conseguir que los aliados de Estados Unidos también proporcionaran a Ucrania más capacidades de defensa antiaérea.

Durante las semanas siguientes, funcionarios estadounidenses trabajaron con aliados europeos para conseguir sistemas defensivos adicionales y piezas para ayudar a Ucrania a construir lo que un alto funcionario del Gobierno describió como un "mosaico" de defensas aéreas, algunas de las cuales incluyen el uso de equipos más antiguos de la era soviética.

Un soldado del Ejército de Ucrania coloca un misil Javelin de fabricación estadounidense en una posición de combate en la línea del frente el 20 de mayo de 2022 en Járkiv Oblast, Ucrania. (Crédito: John Moore/Getty Images)

Un soldado del Ejército de Ucrania coloca un misil Javelin de fabricación estadounidense en una posición de combate, en la línea del frente el 20 de mayo de 2022, en Járkiv, Ucrania. (Crédito: John Moore/Getty Images)

"Realmente dimos la vuelta al mundo y encontramos para ellos no solo sistemas adicionales que otros países tenían y les persuadimos para que los transfirieran, sino piezas", dijo el funcionario, lo que permitió a Ucrania volver a poner en línea sistemas S-300 no operativos.

La decisión de Biden de proporcionar una batería de misiles Patriot también motivó a otros países a actuar: Alemania hizo lo propio comprometiéndose a transferir una batería Patriot, y Países Bajos prometió componentes y misiles Patriot.

En los puntos de inflexión clave –desde la decisión de proporcionar obuses, en abril; lanzacohetes múltiples HIMARS, en junio, y tanques, el mes pasado–, la intensificación de la ayuda estadounidense en materia de seguridad ha sido igualada o complementada por los aliados.

En cada ocasión, los responsables estadounidenses afirmaron que la decisión de ir más allá se debía a la evolución de las condiciones del campo de batalla y a las capacidades de los ucranianos.

"En cada fase del conflicto, nos hemos adaptado para asegurarnos de que los ucranianos tuvieran lo que necesitaban para tener éxito, y así ha sido", declaró un alto funcionario del Gobierno de EE.UU. "Nos hemos adaptado, ellos se han adaptado".

Los retos del segundo año

Quizás el mayor desafío al que se enfrenta Occidente en su apoyo a Ucrania, cuando la guerra entra en su segundo año, es la mera logística, y mantener el ritmo de los suministros de armas y municiones a Ucrania a medida que disminuyen las reservas.

"Muchas de las existencias de munición se han agotado en Europa", declaró a CNN el secretario permanente del Ministerio de Defensa de Estonia, Kusti Salm, y las capacidades industriales actuales de Europa son limitadas en cuanto a la rapidez con la que se puede fabricar la munición.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, declaró a principios de este mes que Europa y la capacidad de producción de la OTAN deben aumentar para que Occidente pueda satisfacer las necesidades de Ucrania.

"Esto se ha convertido en una guerra de desgaste y, por tanto, es también una batalla logística", declaró Stoltenberg. "La guerra en Ucrania está consumiendo una enorme cantidad de municiones y agotando las reservas de los aliados. El ritmo actual de gasto de munición de Ucrania es muchas veces superior a nuestro ritmo actual de producción".

Stoltenberg dijo que el tiempo de espera para la munición de gran calibre ha aumentado de 12 a 28 meses.

Un nuevo lote de cartuchos de artillería se moldea en el interior de una planta de municiones en Scranton, Pensilvania. (Crédito: CNN)

Un nuevo lote de cartuchos de artillería se moldea en el interior de una planta de municiones en Scranton, Pensilvania. (Crédito: CNN)

Un alto funcionario europeo declaró la semana pasada que la Comisión Europea espera tener lista para marzo una propuesta sobre cómo aumentar la producción de munición en todo el bloque. El funcionario señaló que se trata de un problema complejo, porque la producción de munición es cara y exigirá que la industria de defensa modernice sus instalaciones.

Estados Unidos ya se ha embarcado en un esfuerzo masivo de rearme, que incluye planes de las Fuerzas Armadas para aumentar la producción de proyectiles de artillería en un 500 %.

Un estilo de combate diferente

El Ejército de Ucrania ha querido instintivamente librar una guerra de artillería, dicen funcionarios estadounidenses, que consiste en disparar una cantidad aplastante de artillería pesada contra las líneas defensivas del enemigo.

Es una estrategia sacada directamente del manual de tácticas ruso. Con su lento avance y sus líneas defensivas, Rusia ha tratado de arrastrar a Ucrania a este tipo de guerra prolongada, creyendo que puede aguantar más que los ucranianos, dijeron los funcionarios.

Miembros de una unidad de artillería ucraniana disparan contra posiciones de mortero rusas en los alrededores de Vuhledar, el 19 de diciembre de 2022 en Donetsk. (Crédito: Chris McGrath/Getty Images)

Miembros de una unidad de artillería ucraniana disparan contra posiciones de mortero rusas en los alrededores de Vuhledar, el 19 de diciembre de 2022, en Donetsk. (Crédito: Chris McGrath/Getty Images)

Funcionarios estadounidenses han instado a Ucrania a cambiar a un estilo de combate de guerra de maniobras utilizado por Estados Unidos y otros ejércitos modernos, es decir, combates que utilizan movimientos rápidos e imprevistos y una combinación de diferentes armas de combate en lugar de depender demasiado de la artillería.

Estados Unidos comenzó a entrenar a las fuerzas ucranianas en una estrategia de combate moderna y de armas combinadas después de que Rusia invadiera Crimea, en 2014. Aunque la invasión rusa de Ucrania puso en pausa los esfuerzos el año pasado, se han reiniciado con un nuevo sentido de urgencia. A finales de diciembre, Estados Unidos anunció que ampliaría drásticamente el número de soldados que están siendo entrenados en tácticas más sofisticadas en el campo de batalla, incluida la coordinación de maniobras de infantería con apoyo de artillería.

El primer grupo de 635 ucranianos entrenados en este estilo de combate terminó su curso en el Área de Entrenamiento de Grafenwoehr (Alemania) la semana pasada, según el secretario de Prensa del Pentágono, el general de brigada Pat Ryder. El segundo grupo de más de 700 soldados ya ha comenzado el curso de entrenamiento de cinco semanas.

¿Perspectivas de paz?

A petición de Zelensky, funcionarios estadounidenses aportaron su contribución a un plan de paz de 10 puntos que el presidente ucraniano lleva presentando desde noviembre, según declaró la semana pasada John Kirby, funcionario del Consejo de Seguridad Nacional.

El plan incluye el restablecimiento de las fronteras estatales de Ucrania con Rusia y la retirada de las tropas rusas, un tribunal especial para juzgar los crímenes de guerra rusos y la liberación de todos los prisioneros de guerra ucranianos.

Funcionarios dijeron a CNN que el plan no es necesariamente un punto de partida para las negociaciones con Rusia. Más bien, representa la visión de Kyiv de un orden de posguerra ideal, que se espera pueda convencer a los aliados de Ucrania para que mantengan su apoyo durante el tiempo necesario para llegar a ese punto.

Los puntos del plan "pretenden ser los principios básicos de una paz", declaró a CNN un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU.

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (a la derecha), camina junto al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, a su llegada para una visita en Kyiv el 20 de febrero de 2023. (Crédito: Dimitar Dilkoff/AFP/Getty Images)

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden (a la derecha), camina junto al presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, a su llegada para una visita en Kyiv, el 20 de febrero de 2023. (Crédito: Dimitar Dilkoff/AFP/Getty Images)

"Creo que estratégicamente los aliados se están dando cuenta de que esta va a ser una guerra más larga", dijo Salm, el secretario de Defensa de Estonia. "Va a ser una guerra extremadamente costosa y, para gestionar esta estrategia, es necesario tener un objetivo final".

Sin embargo, el margen de maniobra de Zelensky en cuanto a lo que está dispuesto a aceptar "se ha reducido un poco" a medida que han aumentado las atrocidades de Rusia, dijo el alto funcionario del Departamento de Estado.

Zelensky ha descartado en repetidas ocasiones ceder territorio alguno a Rusia para intentar que se retire. Una victoria ucraniana decisiva, con ayuda occidental, es la única solución, declaró a BBC a principios de este mes; de lo contrario, Rusia "seguirá volviendo", afirmó.

"Por supuesto, las armas modernas aceleran la paz", añadió. "Las armas son el único lenguaje que Rusia entiende".

El alto funcionario del Departamento de Estado dijo que Estados Unidos entiende esta postura. Un objetivo final "tiene que ser algo que cualquier líder democráticamente elegido en Ucrania pueda vender a su público", dijo el funcionario. "Pero creo que está comprometido a llegar allí".

El resultado final, sin embargo, es que Putin todavía no ha mostrado ninguna voluntad de negociar el fin de la guerra, dicen los funcionarios estadounidenses y occidentales, ni siquiera que estaría dispuesto a aceptar algo menos que un derrocamiento total de Kyiv.

"No hay indicios de que los objetivos bélicos de Putin hayan cambiado" desde febrero del año pasado, declaró el alto funcionario europeo.

Katie Bo Lillis, de CNN, contribuyó a este reportaje.