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ANÁLISIS | Video de la caída del dron estadounidense subraya los riesgos de un enfrentamiento directo entre EE.UU. y Rusia

Washington (CNN) -- El impresionante video aéreo de un avión ruso zumbando y luego aparentemente impactando un dron estadounidense sobre el mar Negro muestra vívidamente cómo la guerra en Ucrania podría salirse de control.

Pero, si hay algo reconfortante que sacar de este drama, es que parece que las dos potencias nucleares están decididas a evitar que se produzca el peor escenario del conflicto.

Está claro que el enfrentamiento, que ha dado lugar a una enfurecida retórica entre Washington y Moscú, pero nada más, habría sido mucho peor si el dron estadounidense Reaper que fue forzado a descender hubiera sido un avión tripulado.

El hecho de que se tratara de un dron ha permitido a ambas partes calibrar su lenguaje para evitar una escalada.

También ha demostrado el valor de los contactos militares entre Rusia y Estados Unidos. El secretario de Defensa, Lloyd Austin, reveló este miércoles que había hablado con su homólogo en Moscú. Y el general Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto, dijo que tenía previstos contactos similares. En otra región de operaciones, el Pacífico, donde aviones y buques estadounidenses y chinos suelen entrar en contacto estrecho, ese diálogo entre militares se ha suspendido en varios momentos, y el incidente sobre Ucrania lo vuelve un escenario altamente peligroso.

Es probable que las tensiones entre Rusia y Occidente, agravadas por el incidente del dron, aumenten aún más con la noticia de que Polonia enviará a Ucrania cuatro aviones MiG-29 que estuvieron en el inventario de la antigua Alemania Oriental en el pacto de Varsovia de la época de la Guerra Fría. Esta decisión marca un hito importante en la ayuda de Occidente a Kyiv y responde a una antigua petición del gobierno ucraniano. Pero no es tan incendiaria como lo habría sido la decisión de enviar aviones F-16 de fabricación estadounidense más avanzados a petición de Ucrania.

Hasta ahora, Estados Unidos y sus aliados no han dado su visto bueno a tal medida.

Milley dijo este miércoles que el incidente del dron era el último de un patrón de comportamiento cada vez más agresivo por parte de los pilotos rusos sobre el que Estados Unidos tenía que pedir aclaraciones. Y es probable que las repercusiones del incidente del dron tengan consecuencias prolongadas.

"Cuando una misión no tripulada como ésta se ve afectada, el impacto no es tan grande como si se tratara de un avión con tripulación", declaró este jueves el general de brigada retirado Cedric Leighton en "CNN Newsroom". Pero añadió que las imágenes de video del incidente dejaban clara una cuestión importante. "Cada vez que ocurre algo así (...) es muy importante que todo el mundo que esté viendo esto entienda realmente que cuando Rusia se pronuncia, te está dando una verdad a medias o ninguna verdad".

Uno de los aspectos más alarmantes de esta colisión es que tuvo lugar en el espacio aéreo internacional —no sobre territorio ruso ni sobre el campo de batalla— y subraya así cómo las fuerzas estadounidenses y rusas pueden entrar en contacto incluso fuera de la zona de guerra.

Imágenes impactantes

A primera vista, las imágenes publicadas por Estados Unidos este jueves, en las que se ve cómo un avión de combate ruso se abalanza sobre el dron para arrojarle combustible, parecen refutar la versión de Moscú de que no hubo contacto en pleno vuelo. Aunque el momento del encuentro no está claro en la cinta estadounidense, el video parece pixelado, lo que sugiere un golpe cuando el avión pasa por delante del dron a gran velocidad. También hay imágenes de la hélice trasera del avión dañada.

El video es el más reciente episodio del conflicto de Ucrania en el que Estados Unidos y sus aliados han utilizado material desclasificado para refutar las afirmaciones de Rusia y librar una guerra de información con el Kremlin. En este caso, parece probar los argumentos del Pentágono de que la conducta de los pilotos rusos fue "poco profesional".

El siguiente punto de posible tensión derivado del incidente se producirá si Rusia consigue recuperar restos del dron en su intento de dar un golpe de inteligencia. Varios funcionarios estadounidenses han dicho públicamente que los pilotos estadounidenses eliminaron a distancia la información sensible del dron antes de estrellarlo en el mar. El Pentágono dijo este miércoles que el dron yacía a entre 1.200 y 1.500 metros de profundidad y que probablemente estaba en trozos pequeños. Sin embargo, Rusia está segura de que utilizará cualquier resto de la nave con fines propagandísticos, incluso si no aportan ninguna información de inteligencia útil.

Dado el estado fracturado de la política estadounidense y la disposición de los oponentes de Joe Biden a utilizar los incidentes de seguridad nacional para presentar al presidente como débil, esto podría crear algunos momentos incómodos para la Casa Blanca. Un movimiento de este tipo por parte de Rusia, así como la impactante claridad del video del Pentágono, también podría inflamar aún más un debate sobre Ucrania en la carrera presidencial republicana, con actores clave como el gobernador de Florida, Ron DeSantis, un posible candidato, argumentando que EE.UU. no tiene ningún interés nacional vital en verse arrastrado aún más en lo que él dice que es una disputa territorial entre Rusia y Ucrania.

Ambas partes parecen querer pasar página

Uno de los aspectos más preocupantes de una guerra en la que Estados Unidos y sus aliados están invirtiendo miles de millones de dólares en munición y armas sofisticadas para utilizarlas contra las fuerzas rusas es la posibilidad de que se produzca un error de cálculo o un incidente que provoque un choque directo entre los medios rusos y los de la OTAN.

En cierto modo, esto es lo que ocurrió sobre el mar Negro esta semana. Natasha Bertrand y Kylie Atwood de CNN informaron este miércoles que altos funcionarios de defensa rusos aprobaron el acoso del dron, según dos funcionarios estadounidenses familiarizados con la inteligencia sobre el incidente. Así que es plausible que esta escalada haya sido una decisión deliberada de Moscú para enviar un mensaje a Estados Unidos o para tratar de disuadir a los servicios de inteligencia estadounidenses de que se reúnan cerca de Ucrania. Tras el choque en pleno vuelo, funcionarios rusos dijeron que las relaciones entre los dos antiguos rivales de la Guerra Fría estaban en su "punto más bajo".

Pero tras ser convocado al Departamento de Estado, el tono del embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoly Antonov, no fue incendiario. La conversación fue "muy tranquila" y "respetuosa", y "negué categóricamente todas las acusaciones contra las fuerzas armadas rusas", dijo Antonov. "Nadie golpeó la mesa con un zapato, amenazando con algo", añadió.

Y Milley y Austin, aunque fueron mordaces con la conducta de Rusia en la guerra, también indicaron que Washington no deseaba llevar el incidente más allá.

"Nos tomamos muy en serio cualquier posibilidad de escalada y por eso creo que es importante mantener abiertas las líneas de comunicación. Creo que es realmente clave que podamos tomar el teléfono y dialogar. Y creo que eso ayudará a evitar errores de cálculo en el futuro", dijo Austin. Milley, por su parte, se negó a calificar el choque en pleno vuelo como un acto de guerra y añadió: "Los incidentes ocurren y, evidentemente, no buscamos un conflicto armado con Rusia. Y creo que en este momento debemos investigar este incidente y seguir adelante a partir de ahí. Pero seguiremos ejerciendo nuestros derechos en el espacio aéreo internacional".

Rusia se ha quejado de que el dron estadounidense infringió sus autoproclamadas normas aéreas sobre el mar Negro. Pero se trata de una postura irrisoria, dada su propia violación descomunal del derecho internacional con una invasión no provocada de un Estado soberano.

Pero las imágenes del choque aéreo a alta velocidad demuestran que mientras la guerra de Ucrania continúe, y Occidente esté implicado, aunque sea indirectamente, la posibilidad de una escalada que podría ampliar el conflicto de forma desastrosa será una constante. Y será necesaria una gestión cuidadosa tanto en Washington como en Moscú para reducir el riesgo.