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Historia

20 años de la guerra en Iraq: ¿quiénes apoyaron la invasión y quiénes no?

Por CNN Español

(CNN Español) -- "Compatriotas, en este momento, fuerzas estadounidenses y de la coalición se encuentran en las primeras fases de las operaciones militares para desarmar a Iraq, liberar a su pueblo y defender al mundo de un grave peligro", declaró el entonces presidente de EE.UU., George W. Bush, el 20 de marzo de 2003, en el inicio de la invasión al país de Medio Oriente.

Sin embargo, el "mundo" al que se refería estaba lejos de un consenso sobre el uso de la fuerza para derrocar al régimen de Saddam Hussein: la guerra comenzaba sin luz verde de la ONU –lo que llevó al entonces secretario general, Kofi Annan, a decir que la decisión de Estados Unidos fue ilegal– ni el apoyo de aliados históricos de la talla de Francia y Alemania.

Una teniente coronel puertorriqueña cuenta su experiencia en la guerra de Iraq 3:39

En resumen, el rechazo de la ONU ocurrió de la siguiente manera: Colin Powell, secretario de Estado de EE.UU. con Bush, presentó ante la ONU el caso de la invasión a Iraq el 5 de febrero de 2003, seis semanas antes de llevarla a cabo. El funcionario estadounidense afirmó en ese momento que Hussein contaba con un programa activo de armas de destrucción y que estaba aliado con al Qaeda.

No obstante, unos días más tarde, el 14 de febrero, Hans Blix, quien era inspector jefe de Armamento de la ONU, informó al Consejo de Seguridad del organismo internacional que su equipo no había encontrado armas de destrucción masiva en Iraq. Pese a ello, casi un mes después, EE.UU. y aliados comenzaron la invasión. (Luego de la ocupación de Estados Unidos, de igual forma se reveló que Hussein no tenía un programa de armas de destrucción ni una alianza con al Qaeda).

La controversia, que había comenzado mucho antes de que los soldados pusieran los pies sobre el territorio de Iraq, continuaría durante la invasión de la mano de un creciente rechazo público a la decisión del mandatario republicano.

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Los aliados de Bush

"Las Naciones Unidas se mostraron reacias a respaldar la acción militar directa de Estados Unidos. Sin esta autorización, varios aliados cercanos se negaron a participar en la operación", explica una publicación del Centro de Historia Militar del Ejército de Estados Unidos.

Entonces, el presidente Bush hizo un llamado a crear una coalición ("coalition of the willing") en la que, según la publicación, llegaron a participar unos 70 países.

"Aunque algunos de estos países proporcionaron poco más que ayuda nominal, 37 de ellos aportaron un total de unos 150.000 efectivos terrestres [en distintos momentos que fueron] desde el principio hasta julio de 2009. Estas tropas llevaron a cabo operaciones de seguridad, proporcionaron ayuda para la reconstrucción, operaron cuarteles generales de mando y control y [o] combatieron", dice el texto.

Para marzo de 2003, la lista de países de la coalición contenía 49 nombres, que se redujeron a 48 hacia finales de año a petición de Costa Rica. Este cambio, según EE.UU., "reflejaba una importante oposición internacional a la acción militar contra Iraq y presagiaba lo difícil que sería mantener unido a un grupo tan grande y difuso".

Lo cierto es que a la invasión inicial solo cuatro países mandaron tropas: Estados Unidos, el Reino Unido, Australia y Polonia. Pocos después, en el correr de marzo a abril, se sumarían soldados de España, Albania, República Checa, República Dominicana, El Salvador, Corea del Sur, Ucrania y Mongolia. La España de José María Aznar fue, junto con el Reino Unido, un actor europeo clave a favor.

La lista de 37 países que mandaron efectivos a la zona, para combates y/o en tareas humanitarias, se completó con Armenia, Azerbaiyán, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Dinamarca, Estonia, Georgia, Honduras, Hungría, Italia, Kazajstán, Letonia, Lituania, Macedonia, Moldova, Países Bajos, Nueva Zelandia, Noruega, Filipinas, Portugal, Rumania, Eslovaquia, Tailandia y Tonga.

El papel de España

España tuvo injerencia en la invasión a Iraq desde su comienzo, aunque en el inicio el país asumió un rol de apoyo y no de acciones directas en el terreno.

El Centro de Historia Militar de EE.UU. menciona que el contingente original de España era de 900 tropas, "se centró en misiones humanitarias, y los soldados eran generalmente personal médico, ingenieros y unidades logísticas".

Sin embargo, agrega el Centro, el gobierno español decidió incrementar su número de soldados en Iraq tras la primera rotación de personal. Entonces, la fuerza de España aumentó a 1.300 soldados, en los que se incluían "contingentes de legionarios españoles (2ª Brigada de la Legión Española) y fuerzas de operaciones especiales".

El papel de España se volvió más relevante en julio de 2003, pues fue cuando comenzó a liderar la Brigada Plus Ultra, también conocida como Brigada Hispanoamericana, que estaba conformada por el contingente español y por soldados de República Dominicana, El Salvador, Honduras y Nicaragua.

"Los países centroamericanos aportaron 1.200 soldados, por lo que en total la Brigada Plus Ultra contaba con unos 2.500 efectivos en su punto máximo (gracias a los 1.300 soldados españoles)", señala el Centro de Historia Militar.

La Brigada Hispanoamericana tenía cinco bases operacionales en Iraq:

  • Base España: estaba ubicada en la ciudad de Diwaniya (provincia de Cadisia) y era el puesto de comando de toda la Brigada. Albergaba a la mayoría de soldados de los contingentes de España y Nicaragua.
  • Base Santo Domingo: también se ubicaba en Diwaniya y era el sitio de los soldados de la República Dominicana.
  • Base El Salvador: se encontraba en la ciudad de Nayaf (provincia de Nayaf) y era el sitio de los soldados salvadoreños.
  • Base Tegucigalpa: ubicada en Nayaf, era el punto de los soldados de Honduras.
  • Base Al Andalus: se localizaba también en Nayaf, y era el puesto de mando alternativo de la Brigada Hispanoamericana y de la Autoridad Provisional de la Coalición en la provincia.

En cuanto a sus operaciones, la Brigada Plus Utra era responsable de las provincias de Cadisia y Nayaf, dos regiones con aproximadamente un millón de habitantes cada una en ese momento y que eran de población mayoritariamente chií.

En tiempos de la Brigada, el contingente español se dedicaba principalmente a "proporcionar ayuda humanitaria, asistencia médica, reparación de infraestructuras, divulgación comunitaria y seguridad en el centro-sur de Iraq", indica el Centro.

"Durante su despliegue, los cinco campamentos de la Brigada sufrieron ataques con mortero y otras armas ligeras. En una emboscada el 11 de noviembre de 2003, cinco soldados españoles murieron en combate", agrega.

En abril de 2004, la Brigada Hispanoamericana se disolvió. En ese mes, José Luis Rodríguez Zapatero inició su cargo como presidente de España y su gobierno ordenó el regreso a casa lo antes posible de las tropas nacionales, "en respuesta a la falta de apoyo público y tras el atentado al tren de Madrid en marzo de 2004".

Los otros países de la Brigada se retiraron de Iraq en las mismas fechas que España, excepto El Salvador, que siguió con sus operaciones de combate en el país de Medio Oriente hasta 2009.

"Guerra siempre significa fracaso": Francia y otros actores clave en contra de la invasión a Iraq

Uno de los actores más vocales contra la invasión de Iraq fue el entonces presidente de Francia, Jacques Chirac.

"Guerra siempre significa fracaso", dijo en enero, poco antes de la decisión de Estados Unidos. "Debe hacerse todo para evitar la guerra". Alemania, otro de los grandes aliados de la OTAN, acompañaba esa posición.

Meses después, cuando los hechos estaban consumados, Chirac criticó con dureza la decisión de Bush de proceder sin el apoyo de la ONU, una decisión que "sacudió el sistema multilateral". "Las Naciones Unidas acaban de atravesar una de las crisis más graves de su historia", dijo. Y agregó también: "En un mundo abierto, nadie puede vivir aislado, nadie puede actuar solo en nombre de todos y nadie puede aceptar la anarquía de una sociedad sin reglas".

(La ONU no había aprobado la invasión, pero en mayo de 2003 el Consejo de Seguridad sí aprobó una resolución que reconocía el derecho de Estados Unidos y el Reino Unido a ocupar Iraq y el organismo fue uno de los que llamó a apoyar la reconstrucción del país).

La negativa de actores como Francia, Alemania y Rusia a apoyar la invasión estuvo en sintonía con la opinión pública en Europa y en el Medio Oriente, que se manifestó "abrumadoramente en contra de la guerra", tal como recuerda la Enciclopedia Britannica. "Muchos en Medio Oriente la vieron como una nueva forma de imperialismo antiárabe y antislámico, y la mayoría de los líderes árabes condenaron la ocupación de un país árabe por parte de tropas extranjeras", dice la enciclopedia.

¿Y la OTAN?

La OTAN, como tal, no tuvo parte en la decisión de iniciar la campaña militar contra Iraq, ya que había divisiones en el seno de la organización, como las había en la ONU.

Lo que sí hizo fue brindar apoyo a Polonia, que lo solicitó luego de los combates de marzo y en el marco de que se iba a hacer cargo de un sector en la alianza participante en Iraq. El apoyo incluyó logística, movimientos y generación de electricidad, entre otros aspectos, para ese país que estuvo en la coalición hasta octubre de 2008. De todas maneras, indica la organización, como tal "no tuvo ninguna presencia permanente el Iraq".