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Corea

Por qué los maestros de Corea del Sur le tienen miedo a sus alumnos... y a sus padres

Por Paula Hancocks, Yoonjung Seo

(CNN) -- Cuando comenzó una pelea en el aula de la escuela primaria de Kang Hyeon-joo, su corazón latía tan rápido que no podía respirar y su visión se nubló.

“Estaban lanzando puñetazos y patadas en la cara, arrojando sillas y mesas”, recordó, y añadió que se lastimó al intentar intervenir.

Durante dos años, Kang luchó por disciplinar a sus alumnos o por hacer frente a la reacción de los padres cuando lo hacía. Afirma que su director no hizo nada para ayudarla y simplemente le decía que “se tomara una semana libre”.

El estrés cobró un precio alto. Kang dice que empezó a sentir la necesidad de saltar delante de un autobús. “Si al menos saltara, sentiría algo de alivio. Si simplemente saltara de un edificio alto, al menos eso me daría algo de paz”.

Kang se encuentra actualmente de baja por enfermedad, pero no está sola en sus experiencias.

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Decenas de miles de docentes han estado protestando en los últimos meses, pidiendo mayor protección de los estudiantes y sus padres. En una protesta en Seúl el mes pasado, se reunieron 200.000 personas, de acuerdo con los organizadores, lo que obligó al gobierno a tomar nota y actuar.

Kang Hyeon-joo se encuentra actualmente de baja por enfermedad.

Kang Hyeon-joo se encuentra actualmente de baja por enfermedad.

El catalizador

La postura unificada del personal docente del país se produce después del suicidio de una maestra de primer grado, de poco más de 20 años, en julio. Fue encontrada muerta en su salón de clases en Seúl. La policía mencionó la presión de un estudiante problemático y de sus padres mientras discutía su caso, pero no dio una razón definitiva para su suicidio.

Varios profesores más se han quitado la vida desde julio y, según informes, algunos de estos casos han estado relacionados con estrés escolar, según colegas de los fallecidos y de las familias afligidas.

Los datos del gobierno muestran que 100 maestros de escuelas públicas se suicidaron entre enero de 2018 y junio de 2023, 11 de ellos en los primeros seis meses de este año, pero no especifica qué factores contribuyeron a sus muertes.

Sung Youl-kwan, profesor de educación en la Universidad Kyung Hee, dice que la velocidad y el tamaño de las protestas tomaron a muchos por sorpresa. "Creo que ha habido un sentimiento compartido de: esto también me puede pasar a mí", aseguró.

Los maestros señalan una ley sobre abuso infantil de 2014, destinada a proteger a los niños, como una de las principales razones por las que se sienten incapaces de disciplinar a los estudiantes. Dicen que temen ser demandados, acusados por un pequeño porcentaje de padres de causar angustia emocional a sus hijos y ser arrastrados ante los tribunales.

“La escuela es la última barrera para que los estudiantes sepan qué está bien y qué no en la sociedad. Pero no podemos hacer nada, si les enseñamos, podríamos ser acusados”, dijo Ahn Ji-hye, una maestra de escuela primaria que ayudó a organizar protestas anteriores.

Ahn dice que los padres han llamado a su teléfono móvil algunos días desde las 6 a.m. hasta las 11 p.m., queriendo hablar sobre sus hijos o quejarse.

¿Es esta la solución?

El ministro de Educación de Corea del Sur, Lee Ju-ho, inicialmente advirtió a los docentes que una huelga masiva sería un acto ilegal. Esa posición se revirtió rápidamente y, el 21 de septiembre, la Asamblea Nacional aprobó una serie de revisiones legales, una ley rápida.

Uno de los cambios clave es brindar a los maestros cierta protección contra ser demandados por abuso infantil si su disciplina se considera una actividad educativa legítima. Además, la responsabilidad de manejar las quejas escolares y las demandas presentadas por los padres ahora recae en el director.

"Hasta ahora tenemos una cultura en la que el director de la escuela tiende a traspasar esas responsabilidades a los profesores", dijo el profesor Sung.

La nueva ley también protegerá la información personal de los docentes, como sus números de teléfono, y exigirá que los padres se comuniquen con la escuela si tienen inquietudes o quejas, en lugar de hacerlo directamente con el docente.

En el pasado, Ahn dijo: “Si no podía darles mi número de teléfono personal, a veces algunos padres venían al estacionamiento y tomaban nota de mi número de teléfono en mi auto, para luego enviarme mensajes de texto." Es costumbre que los coreanos muestren su número de teléfono en la esquina inferior del parabrisas.

Ahn considera que los cambios legales son “significativos”, pero insiste en que también es necesario revisar las leyes de nivel superior, como la Ley de Bienestar Infantil y la Ley de Castigo del Abuso Infantil. “De acuerdo con estas leyes, todavía es posible denunciar a los docentes basándose únicamente en sospechas”, afirmó.

Ella dice que, al menos por ahora, las protestas continuarán.

Una está previsto para el 28 de octubre fuera de la Asamblea Nacional. Ahn dice que le gustaría ver sanciones para los padres que hacen acusaciones infundadas contra los maestros o medidas prácticas implementadas para que se puedan adoptar cambios obligatorios en las aulas, como expulsar a un estudiante problemático.

El profesor Sung cree que las revisiones ayudarán a corto plazo, pero advierte que la ley debe verse como una red de seguridad y no como una solución.

Personas depositan flores frente a un altar a un maestro de escuela primaria que murió en un aparente suicidio en julio en una escuela primaria en Seúl, el 4 de septiembre de 2023. (Jung Yeon-je/AFP/Getty Images)

Personas depositan flores frente a un altar a un maestro de escuela primaria que murió en un aparente suicidio en julio en una escuela primaria en Seúl, el 4 de septiembre de 2023. (Jung Yeon-je/AFP/Getty Images)

¿Un problema legal o cultural?

Los críticos dicen que la sociedad surcoreana otorga un nivel desproporcionado de importancia al éxito académico, por lo que no debería sorprender que los padres pongan a los maestros —y al sistema educativo en general— bajo tanta presión.

Es norma que los estudiantes asistan a una escuela intensiva, llamada hagwon, después de su horario escolar habitual, no como un extra sino como un requisito básico y costoso para tener éxito.

El día del examen nacional de ingreso a la universidad, conocido como Suneung en coreano, los aviones permanecen en tierra y los horarios de viaje se ajustan para garantizar que no se moleste a los estudiantes que toman los exámenes.

"Tenemos una cultura en la que los padres suelen tener un solo hijo y están dispuestos a invertir todos los recursos y oportunidades financieras en ese niño", dijo Sung.

“Esta presión u obsesión con la educación, a veces con una puntuación alta, con una mentalidad de un alto rendimiento, no es un buen ambiente para los profesores (porque) están soportando la presión de los padres”.

Los docentes surcoreanos se manifiestan frente a la Asamblea Nacional en Seúl el 4 de septiembre. (Chung Sung-Jun/Getty Images)

Los docentes surcoreanos se manifiestan frente a la Asamblea Nacional en Seúl el 4 de septiembre. (Chung Sung-Jun/Getty Images)

Sung dice que los días en que un maestro era respetado quedaron atrás, no sólo en Corea del Sur sino en otras partes del mundo, y la dinámica entre maestros y padres es irreconciliable desde hace una década o dos.

"En las políticas educativas, los padres son considerados consumidores, con soberanía del consumidor; y la escuela y los profesores son considerados proveedores de servicios", afirmó, añadiendo que los padres creen que "tienen derecho a exigir muchas cosas a las escuelas".

En un país donde la educación se considera fundamental para el éxito, la satisfacción de los docentes es baja. Una encuesta realizada por la Federación de Sindicatos de Maestros en abril encontró que el 26,5% de los docentes encuestados dijeron que habían recibido asesoramiento o tratamiento por problemas psicológicos debido a su trabajo. Alrededor del 87% dijo que había considerado cambiar de trabajo o renunciar durante el último año.