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Logros y problemas durante la presidencia de Nayib Bukele en El Salvador
(CNN Español) -- El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, se presenta a las elecciones presidenciales del domingo en busca de un segundo mandato, con el combate a la delincuencia como su principal bandera.
En las calles, los salvadoreños reconocen la mejora en la seguridad. Roberto González, quien ofrece servicios de transporte a través de plataformas digitales, le dijo a CNN que ahora trabaja sin miedo y que ya entra en lugares donde antes no iba por temor a ser asesinado.
“[En] La Campanera misma, me ha tocado ir a recoger usuarios al Pino, que eran lugares santuarios años atrás”, dice González sobre esas colonias que eran controladas por las pandillas, pero que tras la implementación del régimen de excepción el 27 de marzo de 2022 han experimentado un cambio.
El régimen de excepción, que sigue vigente con prórrogas de 30 días cada una, fue en respuesta a un repunte de la violencia, que se produjo mientras funcionarios del Gobierno negociaban una tregua con las pandillas, según una acusación desclasificada y que fue presentada a inicios de 2023 en una corte federal del Distrito Este de Nueva York contra 13 pandilleros de alto rango de la pandilla Mara Salvatrucha.
Las autoridades reportan haber detenido a más de 75.000 personas hasta inicios de enero de 2024 por supuestos vínculos con las pandillas. “Antes no podía uno estar libremente en algún lugar, cualquiera”, explica Juan Alvarado, residente de San Salvador, a CNN.
“Ahora ya venimos nosotros tranquilamente a sentarnos. Ya no venimos con miedo, pero antes yo ni venía al parque”, agrega Mabel Meléndez, otra residente de la capital del país.
Sin embargo, la política de seguridad también ha provocado críticas de organismos internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, que consideran que viola los derechos humanos. Además, sostienen que mantiene en prisión a personas que no pertenecen a pandillas y han pedido, sin éxito, la derogatoria del régimen de excepción.
Familiares de detenidos han denunciado en reiteradas ocasiones lo que consideran capturas arbitrarias, porque, según dicen, se realizan sin orden judicial, sin investigación previa e, incluso, a raíz de denuncias anónimas. El Gobierno responde que es el sistema judicial el que decide si hay pruebas para que continúen detenidos.
La Fundación para el Debido Proceso, que tiene su sede en Washington y se dedica a promover los derechos humanos, dice que cada vez son más los gobiernos y candidatos políticos que tienen como referente a Bukele, y que buscan implementar medidas de seguridad similares, como Honduras, donde la presidenta Xiomara Castro implementó un régimen de excepción parcial en varias regiones.
El presidente Bukele pronuncia un discurso durante la inauguración de la Central Hidroeléctrica en San Luis de la Reina, El Salvador. (Crédito: MARVIN RECINOS/AFP via Getty Images)
“Ya no en uno, dos o tres, sino en muchos países se habla del modelo Bukele, del fenómeno Bukele, como esta forma de gobernar que permite acabar con la inseguridad en los países. Y esto… bueno, es un error”, dice a CNN Katya Salazar, directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso.
Bukele, actualmente con licencia aprobada por la Asamblea Legislativa (controlada por su partido, Nuevas Ideas) para realizar la campaña para su reelección, ya ha advertido a sus homólogos que no es fácil obtener los mismos resultados. Bukele designó a su secretaria privada para ejerza las funciones de la Presidencia mientras dura su licencia.
Mayor seguridad, mayores precios de las viviendas
La seguridad ha generado un nuevo problema para El Salvador: un alarmante incremento en el precio de las viviendas, sobre todo en barrios y colonias que antes eran controladas por las pandillas.
Eso ha llevado a muchos salvadoreños a expresar su preocupación: “Han recuperado las casas que antes consideraban perdidas, han invertido más para mejorarlas y ahora se quiere el precio de la casa, se quiere la ganancia de la inversión y se quiere una ganancia extra por la vivienda”, dice a CNN Stanley Arévalo, una joven que ha visto frustrada sus intenciones de comprar una casa en Soyapango, municipio ubicado a unos 10 kilómetros de la capital.
El 3 de enero, durante una transmisión en vivo en X (antes Twitter) Bukele admitió que la mejora en los niveles de seguridad ha hecho que aumente el precio de las viviendas, especialmente en lugares que antes eran controlados por las pandillas.
“Había literalmente viviendas de US$ 3.000… claro, vivir ahí era imposible porque el día siguiente iba a amanecer muerto”, dijo durante la transmisión, en respuesta a una de las asistentes al foro virtual que expuso su preocupación por este fenómeno.
Bukele reconoció que hay una “burbuja inmobiliaria” y que hay gente que se está aprovechando de la situación, debido a que en El Salvador no existe el control de precios. Aclaró que su gobierno no está pensando en implementar una medida de ese tipo y que, a su juicio, el problema inmobiliario se debe resolver con oferta.
En este momento, de acuerdo con Bukele, hay más demanda que oferta porque, entre otras cosas, hay salvadoreños que viven en el exterior que están comprando propiedades para preparar su retorno al país. “Lo que tenemos que hacer es generar que se construyan más viviendas y entonces, al haber más oferta bajan los precios, porque entonces la gente ya no se puede aprovechar y los precios se vuelven justos”, expresó Bukele a inicios de enero.
El estilo Bukele
El estilo de gobierno de Bukele tiene seguidores, pero también detractores, que advierten que las medidas requieren de recursos que el país no tiene y que, por lo tanto, no serían sostenibles en el tiempo.
“Creo yo que no van a resolver el fondo del problema, dan un maquillaje. Por este momento están resolviendo el problema, pero en algún momento esta caja de Pandora se va a reventar, se va a abrir y va a explotar en la cara de todos los salvadoreños”, advierte Katya Salazar, directora ejecutiva de la Fundación para el Debido Proceso.
Bukele ha ignorado recomendaciones de organismos internacionales como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional en materia económica, y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en materia de seguridad.
A juicio del mandatario, el rumbo del país es el correcto, y para crecer se debe hacer lo que hacen las potencias mundiales, y no lo que dicen que deben hacer los países en vías de desarrollo.
