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Análisis

ANÁLISIS | Yulia Navalnaya alimenta la esperanza de una oposición rusa renovada pero enfrentará grandes retos

Por Clare Sebastian

(CNN) -- En un documental de 2022 de CNN Films, Alexey Navalny lanzó un mensaje al pueblo ruso. Si lo matan, dijo, "no está permitido rendirse". La tarea que se impuso Navalny, de oponerse y sacar a la luz los males del régimen de Putin, queda ahora en manos de la dispar, desunida y parcialmente desmantelada oposición rusa, con un nuevo líder: Yulia, la viuda de Navalny.


El lunes, apenas tres días después de la muerte de su marido, Yulia Navalnaya se rebautizó a sí misma como fuerza política, prometiendo continuar donde lo dejó su marido. "No tengo derecho a rendirme", dijo en un video de ocho minutos publicado en las redes sociales de su difunto marido. "Les pido que compartan conmigo la rabia".

Esta es la primera vez para Navalnaya. Siempre ha estado al lado de su marido, a través de campañas, protestas y encarcelamientos, pero hasta ahora nunca había intentado reclamar el protagonismo, un punto que enfatizó al comienzo de su grabación. "No debería haber estado en este lugar, no debería haber grabado este video".

Y sin embargo, tras bambalinas, demostró ser una operadora eficaz. Tras el envenenamiento de su marido en 2020, fue Navalnaya quien tomó el primer vuelo disponible a la ciudad siberiana de Tomsk, donde había aterrizado su avión, y escribió un llamamiento directo al presidente Putin para que permitiera su evacuación a Alemania. Incluso después de eso, su determinación de permanecer a su lado se mantuvo inquebrantable. Menos de dos meses después declaró al periodista ruso y estrella de Youtube Yuri Dud: "Apoyo absolutamente lo que hace Alexey. Estoy siendo completamente sincera. Y dejarlo a medias no está bien".

¿Qué futuro tiene la oposición rusa ahora tras la muerte de Navalny? 2:55

Algunos sostienen que si Navalnaya quiere asegurarse de que el movimiento de su marido no se desvanezca, ahora es su momento. Según Boris Bondarev, exdiplomático ruso que dimitió en 2022 en protesta por la invasión de Ucrania, el peso de la emoción pública por la muerte de su marido y la atención internacional son vientos favorables significativos.

Su decisión de dirigirse a los líderes mundiales en la Conferencia de Seguridad de Múnich pocas horas después de que el servicio penitenciario ruso informara por primera vez de la muerte de su marido, y de reunirse después con los ministros de Relaciones Exteriores europeos en Bruselas, la sitúa en una "posición poderosa", dijo Bondarev a CNN.

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Sin embargo, si Navalnaya quiere hacer algo más que continuar el trabajo de la Fundación Anticorrupción de Navalny, si se trata de crear una oposición que funcione en Rusia, puede que necesite un enfoque diferente al de su marido. La gran prueba será si puede convertirse en una fuerza unificadora para quienes se oponen a Putin.

"Si ofrece una amplia participación de todas las fuerzas de la oposición en pie de igualdad, la situación cambiará", afirma Bondarev. Si no lo hace, cree que con el tiempo "la gente despertará y verá que nada cambia".

Navalny, pese a ser la figura opositora más popular de Rusia y la más conocida fuera del país, nunca logró unir a las dispares fuerzas antiPutin. Fue durante mucho tiempo miembro del partido liberal de la oposición Yaboko a principios de la década de 2000, antes de ser expulsado en 2007 por "actividades nacionalistas". "Nuestros puntos de vista divergieron hace mucho tiempo", señaló el fundador del partido, Grigory Yavlinsky, en un comunicado publicado tras la muerte de Navalny. "Discutíamos y nos criticábamos mutuamente". Esas desavenencias volvieron a producirse en 2021, antes de las elecciones parlamentarias, después de que Yavlinsky criticara duramente la campaña de Navalny para conseguir votos.

El otro reto es que, incluso si Navalnaya puede demostrar ser una figura unificadora, ahora hay menos fuerzas de la oposición que unificar. Desde el comienzo de la invasión a gran escala de Ucrania por parte de Rusia, tanto Ilya Yashin, estrecho aliado de Navalny y otrora estrella ascendente en los círculos de la oposición, como Vladimir Kara-Murza, político opositor con doble nacionalidad rusa y británica, han sido condenados a largas penas de prisión. El exoligarca Mikhail Khodorkovsky y el campeón de ajedrez Garry Kaspárov llevan mucho tiempo exiliados. La comisión electoral central de Rusia acaba de impedir que el único candidato antibelicista que quedaba, Boris Nadezhdin, se presente a las próximas elecciones presidenciales de marzo.

Sin embargo, para los que quedan, la muerte de Navalny ha supuesto un impulso para seguir intentándolo. El hombre que propuso a Nadezhdin, el líder del partido Iniciativa Cívica, Andrey Nechaev, exministro de Economía en la década de 1990, niega que no quede una oposición funcional. "Me considero una figura constructiva de la oposición", afirmó Nechaev en una entrevista con CNN desde Moscú. Está trabajando en múltiples vías para mantener vivo el movimiento.

Hay varios procesos judiciales en curso para recurrir la decisión de excluir a Nadezhdin de las elecciones presidenciales, Nechaev planea presentar candidatos a las elecciones municipales, y acaba de enviar una solicitud a las autoridades moscovitas para celebrar una concentración con motivo del noveno aniversario del asesinato de Boris Nemtsov, en su memoria y en la de Navalny. "Por supuesto, es muy probable que la alcaldía lo deniegue", dice, pero "gota a gota vamos afilando la piedra".

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El líder opositor ruso Alexey Navalny (izquierda) y su esposa Yulia Navalnaya (derecha) fotografiados en Kírov, Rusia, el 19 de julio de 2013. Navalny representó la mayor amenaza a la autocracia de Putin en vida. Crédito: Evgeny Feldman/AP

También se detectan rastros de unidad. "Nuestra reacción a su asesinato debe ser unir fuerzas, continuar juntos su trabajo y garantizar que la esperanza de una Rusia democrática no muera con él", publicó Khodorkovsky en X. El sábado, Gabrielus Landsbergis, ministro de Relaciones Exteriores de Lituania, publicó una foto suya con Khodorkovsky, Kaspárov y otro expolítico opositor ruso exiliado, Dmitri Gudkov. "Compartimos la profunda preocupación de que ahora se permita a Putin actuar con total impunidad", escribió. Y hay pruebas, desde las colas de rusos que se formaron ante la sede de la campaña de Nadezhdin, hasta el flujo constante de dolientes que dejaban flores individuales en memoria de Navalny, de que algunos rusos ansían una alternativa.

Sin embargo, en un país en el que los medios de comunicación están casi totalmente controlados por el Estado y la disidencia se reprime sistemáticamente, otros advierten de que no se trata de una masa crítica. "No deberíamos sobrestimar la difusión de las ideas y los ánimos de la oposición en la sociedad rusa", afirma Bondarev. "Mucha gente... a la que no le gusta la situación, que ve que se deteriora, aún no establece una conexión lógica entre la situación, el empeoramiento de la situación y las políticas del presidente Putin. Porque para ellos Putin siempre ha estado ahí".