El jefe de Defensa ruso aboga por un "entendimiento común" con China en las conversaciones de Beijing
(CNN) -- Los responsables de Defensa de China y Rusia se comprometieron a reforzar su cooperación durante las reuniones celebradas esta semana en Beijing, en lo que constituye el último indicio de una mayor sintonía entre los dos países vecinos, observada con atención por Estados Unidos y sus aliados.
Los dos países tienen "puntos de vista comunes, una evaluación común de la situación y una comprensión común de lo que tenemos que hacer juntos", dijo el jefe de defensa Andrey Belousov a Zhang Youxia, vicepresidente de la Comisión Militar Central de China, según el medio de comunicación estatal ruso Tass.
Su tarea consiste en "reforzar y desarrollar" su asociación estratégica, añadió el jefe de Defensa ruso.
La visita, citada por los medios estatales rusos, es la primera de Belousov a China desde su nombramiento en mayo y se produce días antes de una esperada visita del líder chino Xi Jinping a Rusia.
Rusia y China reforzaron su coordinación en materia de seguridad ante las fricciones comunes con Occidente. Esto incluye la intensificación de ejercicios militares conjuntos en los últimos meses, parte de lo que, según los expertos, es un esfuerzo por señalar a Washington que, aunque no son aliados, ninguno de los dos está solo.
Durante la reunión de este martes, Zhang repitió la retórica expresada por Xi y el presidente ruso, Vladimir Putin, haciendo un llamamiento a los dos ejércitos para "profundizar y ampliar las relaciones militares, proteger sus respectivos intereses nacionales de soberanía, seguridad y desarrollo y salvaguardar conjuntamente la paz y la estabilidad internacionales y regionales", según un comunicado del Ministerio de Defensa chino.
Belousov también se entrevistó un día antes con el ministro chino de Defensa, Dong Jun, que se sitúa por debajo de Zhang en la jerarquía militar china.
El viaje del jefe de Defensa ruso se produce antes de la esperada visita del líder chino Xi Jinping a Kazán, Rusia, la próxima semana para asistir a una cumbre de los BRICS, una agrupación económica que Moscú y Beijing consideran su respuesta al Grupo de los Siete (G7), respaldado por Estados Unidos.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de China no confirmó los planes de viaje de Xi, pero el Kremlin citó el mes pasado al ministro de Asuntos Exteriores chino, Wang Yi, y confirmó la asistencia del líder. El viaje sería el segundo de Xi a Rusia desde la invasión de Ucrania por Putin en febrero de 2022 y el quinto cara a cara con Putin en el mismo periodo.
La diplomacia regular de alto nivel y la mayor coordinación en materia de seguridad entre China y Rusia han sido objeto de un minucioso escrutinio por parte de EE.UU. y sus aliados, que han acusado a Beijing de permitir la guerra de Rusia mediante el suministro de bienes de doble uso, como máquinas herramienta y microelectrónica.
Patrullas conjuntas
Beijing ha defendido lo que denomina su "comercio normal" con Rusia y reclama neutralidad en el conflicto. Los dos países alcanzaron niveles récord de comercio el año pasado, ya que China se convirtió en un salvavidas económico clave para Rusia, que se encuentra agobiada por las sanciones internacionales relacionadas con la guerra.
En las últimas semanas, guardacostas chinos y rusos llevaron a cabo lo que Beijing describió como su primer patrullaje conjunto en el Océano Ártico, mientras sus armadas practicaban por separado la guerra antisubmarina en el noroeste del Océano Pacífico, según los medios de comunicación estatales rusos.
La patrulla siguió a una serie de ejercicios conjuntos realizados durante el verano, entre ellos cerca de Alaska -donde las fuerzas estadounidenses y canadienses interceptaron bombarderos rusos y chinos juntos por primera vez- y en el mar de China Meridional, una vía fluvial vital reclamada casi en su totalidad por Beijing en la que las tensiones geopolíticas están aumentando rápidamente.
La llegada de Belousov a Beijing este lunes coincidió con el vuelo de un número récord de cazas y otros aviones de combate chinos alrededor de Taiwán durante unas maniobras militares a gran escala.
China declaró que las maniobras pretendían ser una "severa advertencia" a lo que describió como fuerzas independentistas de Taiwán. Las maniobras se produjeron días después de que el nuevo presidente de la isla, Lai Ching-te, pronunciara un discurso en el que prometió proteger la soberanía de Taiwán frente a los desafíos de Beijing, que reclama como suya la democracia autogobernada.