El lanzamiento por parte de Rusia de un nuevo misil balístico de medio alcance fue una respuesta a las "decisiones imprudentes" de los países occidentales que suministran armas a Kyiv, según el Kremlin.
"El mensaje principal es que las decisiones y acciones imprudentes de los países occidentales que fabrican misiles, los suministran a Ucrania y posteriormente participan en ataques contra territorio ruso no pueden quedar sin una reacción de la parte rusa", declaró el viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Añadió que Moscú "preferiría" que Washington hubiera escuchado la advertencia del presidente Vladimir Putin en el Foro de las Culturas Unidas celebrado en San Petersburgo en septiembre, cuando advirtió a los aliados de Kyiv que no permitieran que sus armas se utilizaran contra Rusia.
En septiembre, se pidió a Putin que comentara sobre la posibilidad de que Estados Unidos concediera a Ucrania permiso para utilizar misiles estadounidenses en el interior de su país. Respondió: "Si se toma esta decisión, significará nada menos que una implicación directa: significará que los países de la OTAN, Estados Unidos y los países europeos son partes en la guerra de Ucrania".
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dio luz verde el domingo al uso de misiles estadounidenses de largo alcance por parte de Kyiv.
Peskov dijo el viernes que Rusia no tiene "ningún contacto con la actual administración" estadounidense, pero reiteró que Moscú advirtió a Washington antes del nuevo lanzamiento de misiles a través del sistema del Centro Nacional de Reducción de Riesgos Nucleares.