Antes de su muerte en Moscú este martes, Igor Kirillov acusaba regularmente a Ucrania de utilizar -o planear utilizar- armas químicas, sin aportar pruebas.
Cuando el Reino Unido impuso sanciones a Kirillov en octubre, dijo que había sido "un importante portavoz de la desinformación del Kremlin, difundiendo mentiras para enmascarar el vergonzoso y peligroso comportamiento de Rusia."
En octubre de 2022 -cuando Ucrania comenzó a liberar territorios en Jersón y otros lugares, dando un importante revés a la invasión rusa- Kirillov hizo acusaciones infundadas de que Ucrania estaba planeando detonar una "bomba sucia", dispersando materia radiactiva en su propio territorio. "Este trabajo se encuentra en su fase final", afirmó.
También afirmó -sin pruebas- que Ucrania planeaba utilizar "sustancias radiactivas procedentes de las instalaciones de almacenamiento de combustible nuclear gastado" de la central nuclear de Chernobyl.
En noviembre de este año, afirmó que uno de los principales objetivos de la incursión ucraniana en la región rusa de Kursk era apoderarse de la central nuclear de Kursk.
Kirillov también sugirió en repetidas ocasiones -y sin pruebas- que Estados Unidos planeaba entregar mosquitos infectados a personal militar ruso mediante drones.