Mientras los incendios forestales arrasan las comunidades montañosas de California, los bomberos enfrentan sistemas de suministro de agua incapaces de satisfacer la creciente demanda de sus esfuerzos.
En Pacific Palisades, que se encuentra en el extremo del sistema municipal de agua y experimenta una disminución en el flujo debido a la reducción del tamaño de las tuberías desde la línea principal, los hidrantes quedaron temporalmente secos el miércoles por la mañana, generando preocupación entre los residentes y las autoridades debido a explicaciones contradictorias sobre la disponibilidad de agua.
A pesar de los informes de abundante agua por parte de las autoridades locales, persistieron desafíos logísticos para suministrar agua a zonas alejadas del sistema principal.
Para reforzar el suministro, se instalaron tres enormes tanques de almacenamiento con capacidad de 3.785.000 litros cada uno para apoyar a los hidrantes del vecindario, según las autoridades de la ciudad. Los tanques se vaciaron esporádicamente entre la noche del martes y la mañana del miércoles, lo que causó una caída en la presión del agua en los hidrantes.
“Esos tanques ayudan con la presión de los hidrantes en las colinas de Palisades, y como estábamos empujando tanta agua en nuestra (línea principal), y se estaba utilizando tanta agua... no pudimos llenar los tanques lo suficientemente rápido”, dijo Janisse Quiñones, directora ejecutiva del Departamento de Agua y Energía de Los Ángeles, a los periodistas el miércoles. “El consumo de agua fue más rápido de lo que pudimos suministrar por la (línea principal)”.
Erik Scott, portavoz del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, dijo el miércoles que los tanques de almacenamiento en el área de Palisades se habían llenado antes de los incendios, pero esta preparación no fue suficiente para satisfacer la “demanda extrema”.
Explicó que “la disponibilidad de agua se vio afectada en elevaciones más altas, lo que impactó algunos hidrantes debido al limitado reabastecimiento de los tanques en esas áreas”.
Michelle Figueroa, portavoz del Departamento de Agua de la ciudad, aseguró que ninguna otra ubicación había tenido problemas para llevar agua donde se necesitaba. “El problema es único en Palisades debido a la demanda de los esfuerzos de extinción de incendios”.
La alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, rechazó las críticas sobre el agotamiento de los hidrantes, diciendo que la escala de la destrucción no se debía únicamente a problemas con el suministro de agua.
“Todos sabemos que esto ha sido un evento sin precedentes”, dijo Bass este jueves. “También sabemos que los hidrantes no están diseñados para lidiar con este tipo de devastación masiva”.
La jefa del Departamento de Bomberos de Los Ángeles, Kristin Crowley, habló este jueves con residentes preocupados por el sistema de hidrantes, explicando que los bomberos están entrenados para manejar la escasez de agua. “Encontraremos la manera de extraer agua de piscinas, estanques y utilizaremos camiones cisterna con miles de litros”, dijo Crowley en una conferencia de prensa.
“El agotamiento total del sistema realmente... cuando tienes millones de litros de agua siendo utilizados, eso afecta al sistema en general”, dijo Mike Lopez, miembro de la junta ejecutiva de California Professional Firefighters, a CNN.
Las autoridades dijeron a CNN que la situación de los hidrantes en el área de Palisades comenzó a estabilizarse este jueves.