Por Adriana Hauser
Un grupo de estudiantes en la Universidad de Fordham en Nueva York organizó una venta de pastelería en la que una misma galleta, dulce o madalena varía de precio dependiendo de quién la compre.
Por el mismo pastelito, las mujeres pagan $1,30, los hombres $1,40, los estudiantes negros o latinos $1,25 y los estudiantes más pudientes $0,35. El grupo reconoce que ajustar los precios de esa forma es discriminatorio y ése es precisamente el mensaje que quieren transmitir.
Mercedes Aquino, una estudiante de historia que cursa su último año de Universidad, afirma que estos precios benefician a los mismos grupos que, según dice, salen beneficiados en los procesos de admisión estudiantil en las universidades de Estados Unidos que aplican el concepto de “acción afirmativa”.
“La mayoría de personas que reciben preferencia son los atletas, son los hijos de padres con mucho dinero. Las minorías, como yo, afroamericanas o latinas, no reciben mucha preferencia”, dice Elise Joyner, estudiante de Economía.
La iniciativa es su respuesta a la venta de pasteles que organizó un grupo de estudiantes republicanos en la Universidad de Berkeley en California a finales de septiembre. En esa venta, los precios beneficiaban a grupos minoritarios mientras que a los estudiantes blancos o más privilegiados se les cobraba más.
La iniciativa de Berkeley fue organizada en protesta contra un proyecto de ley que, de aprobarse, exigiría a las universidades públicas de California admitir a sus estudiantes tomando en consideración su raza, para así aumentar la diversidad del alumnado, lo que se conoce como “acción afirmativa”.
Marc Naison, profesor de Estudios Afro-Americanos en al Universidad de Fordham, considera que la venta de pasteles en Fordham “desafía a la de los estudiantes republicanos de Berkeley, quienes dicen que las minorías y las mujeres son las principales beneficiarias de las admisiones preferenciales a la Universidad”.
“Hay estadísticas que muestran que los atletas tienen el doble de preferencia que las minorías. Los niños de los los ricos y de los ex-alumnos tienen mucha más preferencia que las minorías”, agregó.
Tanto los estudiantes de Fordham en Nueva York como los de Berkeley en California coinciden en que las medidas de “acción afirmativa” discriminan, pero están en polos opuestos en lo que respecta al grupo que beneficia.
Ambas ventas de pasteles son un ejemplo de la controversia que rodea al concepto de “acción afirmativa”. Sus partidarios consideran que permite a las minorías competir en igualdad de condiciones. Sus detractores argumentan que le resta relevancia al mérito.
Sigue a Adriana Hauser en Twitter:
Segui @ahausercnn