(CNN) — Una turbina de 30 metros anclada al suelo marino, en las profundidades de las costas escocesas, es una muestra de que las granjas de corrientes marinas están “a un giro” de ser una fuente de energía renovable.
La empresa Scotish Power terminó las pruebas preliminares de su gigantesca turbina submarina en las costas con rápidas corrientes a las afueras de las Islas Orkney. La empresa descubrió que la turbina producía un megawatt de electricidad, suficiente para darle energía a 500 casas y negocios.
“Estamos muy satisfechos con los primeros resultados y ya hemos logrado operar a toda nuestra capacidad”, dice Alan Mortimer, director de Innovación en Energías Renovables de Scotish Power.
Si la próxima etapa de pruebas sale de acuerdo al plan, Mortimer dice que empezará a trabajar pronto en una flota de turbinas, manufacturadas por la empresa Andritz Hydro Hammerfest, y se instalarán en Sound of Islay, en la costa oeste de Escocia.
Aunque hay ejemplos similares en Noruega y en el Reino Unido, las turbinas de Sound of Islay serán el primer grupo grande de su tipo en cualquier parte del mundo. Cuando opere a toda su capacidad, sus creadores estiman que producirá electricidad para 5,000 casas.
Otros países con fuertes recursos marítimos y sitios potenciales para las granjas mareomotrices incluyen a Argentina, Chile, Estados Unidos y Canadá.
Comparada con las granjas de molinos eólicos que están mar adentro, los aparatos mareomotrices, como la turbina que se probó en Escocia, están completamente ocultos.
Sin embargo, estas turbinas son criticadas por ser potencialmente dañinas para la vida marina, pero Mortimer se defiende, porque las hélices de las turbinas se mueven relativamente despacio, por lo que asegura que el impacto en peces y otras formas de vida es mínima.
Scottish Power dice que ya está en busca de tramitar el permiso y un arrendamiento para el suelo marino donde se construirá la granja marítima, pero el principal obstáculo para la implementación de más granjas sigue siendo el costo.
“Hemos declarado públicamente que esperamos que los costos capitales del proyecto Islay serán de unos 110 millones de dólares”, dice Mortimer, lo que equivale a unos 11 millones de dólares por turbina.
Los 10 megawatts de energía que generarán en la granja de turbinas de Sound of Islay palidecen en comparación con la producción de una estación grande de energía nuclear o de energías fósiles, la cual, de acuerdo con el Consejo de Energía Oceánico hidro-energético no lucrativo de Estados Unidos, puede producir hasta 100 veces más electricidad.
Mortimer se apresura para señalar que cree que esos retos son inevitables al desarrollar nuevas tecnologías y espera que esos costos bajen. Las eficiencias mejorarán cuando la joven industria se desarrolle.
“El estimado para el Reino Unido en términos de sus olas y corrientes marítimas es que podría producirse eventualmente hasta un 10% en exceso de las necesidades eléctricas del país”, dice Mortimer. “Eso es definitivamente lo suficientemente grande para que se nos haga interesante ir tras él”.