PorJulia Fine, especial para CNN
Nota del editor: Julia Fine estudia el último año de preparatoria en Maryland, Estados Unidos. Ella escribió este ensayo, que Malala Yousoufzai eligió como el ganador de entre cientos de ensayos que fueron recibidos para un concurso que CNN organizó. Fine es copresidente del club School Girls Unite de su escuela y coordinadora de contacto juvenil para el Día de la Niña. Como ganadora del concurso, viajará a Nueva York para conocer a Malala, quien dará una entrevista a Christiane Amanpour de CNN en el especial La niña más valiente del mundo, el próximo domingo 13 de octubre
(CNN) — Como adolescente, es fácil sentirse perdido, dejarte absorber por la mentalidad de la multitud y perder tu voz.
Todos somos víctimas de eso; cualquiera que diga que no le ha ocurrido miente o tiene menos de 13 años. Así, cuando una adolescente emprende una misión de increíble valentía, de la que los adultos se esconden por temor, el evento cobra mayor importancia. Esto es exactamente lo que hizo Malala Yousufzai, y es una gran inspiración para mí y para muchas otras chicas.
Malala se defendió, defendió su educación y sus derechos fundamentales cuando la encaró un temible grupo terrorista. Malala ha provocado una reacción en cadena en todo el mundo, ha llevado el cambio, la luz y la esperanza a los jóvenes de todos los continentes.
Las adolescentes en Estados Unidos olvidamos muchas veces las oportunidades que nos han dado. Hacemos una mueca de fastidio y bromeamos sobre abandonar la escuela, un derecho que damos por sentado en este país. No sé si hablo por todas las chicas cuando lo digo, pero sé que luego de escuchar sobre la lucha de Malala por la educación, ya no puedo tomar la mía a la ligera.
Planeo seguir con mi educación para poder luchar por los que no pueden. Malala me inspiró para estudiar política, estudios de género, justicia social y paz, para estar preparada y ayudar a los demás, para tener las herramientas que muchas chicas no tienen.
Sin embargo, Malala ha inspirado más que mi educación; ha inspirado mi perspectiva y mis metas.
Cuando supe de Malala, no podía dejar de pensar en ella. Sí, tomé más en serio mi educación y entendí su importancia, pero quería volverme activista y hacer algo.
Me hice presidente del club Girls Unite de mi escuela, un grupo que patrocina la educación de 66 niñas de Mali y cabildea ante el Congreso todos los años para incrementar la ayuda en educación para el extranjero. También me involucré con el Día Internacional de la Niña, como coordinadora de contacto juvenil, para poder hablar con más niñas sobre temas como la educación.
He escuchado que algunas personas dicen que Malala es solo un símbolo de los ideales occidentales sobre la educación, pero eso no podría estar más alejado de la verdad. Malala es una heroína que provocó un efecto dominó de cambios, llamó la atención y empoderó a las niñas y a los niños por igual para actuar al respecto.
Podría sonar cursi, pero les aseguro que es cierto: creo que Malala ha cambiado el rumbo de mi vida y solo espero que por medio del activismo en todo el mundo, la vida de otras niñas cambie también.
Gracias, Malala. Gracias por tu valentía, por tu pasión y tu heroísmo. Me inspiras tanto, al igual que a otras niñas; lo que haces es increíble. ¡Vamos, chica!
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a Julia Fine.