(CNN) – Sabemos que amas tu celular, pero puede estar dañando tus horas de sueño.
El uso de esos dispositivos especialmente cerca de las horas de ir a dormir está asociado con peor calidad del sueño, según un nuevo estudio.
“Al ver el uso de los celulares particularmente en las horas en las que los participantes dicen que van a la cama, vimos que estuvo asociado con un mayor tiempo para quedarse dormido y peor calidad de sueño durante la noche”, dijo el doctor Gregory Marcus, autor del estudio y profesor asociado de medicina en la Universidad de California en San Francisco (UCSF). Su investigación fue publicada este miércoles en el diario PLOS One.
Adicción a la tecnología
La palabra “crackberry” se volvió popular aproximadamente hace una década para describir la naturaleza adictiva de los dispositivos BlackBerry, posiblemente los primeros smartphones realmente exitosos. Hoy, la mayoría de las personas son adictas a los teléfonos inteligentes, que se paran con la cabeza inclinada mientras esperan el tren o mientras hacen fila para hacer cualquier diligencia.
Sabiendo que el uso de los smartphones ha incrementado así como han aumentado los índices de privación de sueño, Marcus y sus colegas decidieron investigar si los dos estaban relacionados. Para responder a esta pregunta el investigador usó información existente que había recogido en un estudio de internet que él empezó en marzo de 2013.
El programa Health eHeart, que fue financiado por los Institutos Nacionales de Salud y respaldado por la Asociación Estadounidense del Corazón, fue diseñado para estudiar a salud cardiovascular. Cualquier persona que tenga 18 años o más puede inscribirse en este programa que fue cofundado por los doctores Mark Pletcher y Jeffrey Olgin, profesores de la UCSF.
Tras firmar un formulario de consentimiento, los participantes inscritos reportaron su estado de salud a través de una serie de preguntas en internet. La información fue reunida, analizada y usada para investigar y desarrollar estrategias para prevenir y tratar todos los aspectos de las enfermedades cardiacas.
Cerca de 80.000 participantes se han inscrito en el programa, según Marcus. “Tenemos personas de cada estado del país, mucha gente de cada estado y además, personas de 50 países”.
Marcus y sus compañeros también pusieron la información disponible para otros científicos que adelantan estudios relacionados. Para el nuevo estudio sobre los smartphones, Marcus utilizó esta cantidad de información para hacer su propio “subestudio”.
Minería de datos
Del total de los inscritos al programa Health eHeart, 653 personas eligieron participar y completar el estudio de los teléfonos inteligentes y el sueño. Los participantes instalaron una aplicación en sus teléfonos para grabar automáticamente el número de minutos por hora que la pantalla está prendida (tiempo total de pantalla) durante un periodo de 30 días.
Esos participantes ya habían reportado sus horas de dormir y la calidad del sueño usando un cuestionario validado como parte de la experiencia del programa Health eHeart. Así, al responder a las preguntas de evaluación del sueño, los participantes también ingresaron información demográfica adicional, el uso del alcohol, actividad física, hábitos de fumar y otros temas de salud.
Al responder tantas preguntas, los participantes no estaban al tanto de lo que los investigadores estaban estudiando, explicó Marcus. “No esperábamos ningún sesgo”.
Al analizar la información los investigadores descubrieron que, en promedio, los participantes usaron sus celulares durante 38,4 horas durante un periodo de 30 días. Los individuos con un promedio mayor de uso de tiempo total de pantalla eran más propensos a tener una calidad de sueño más pobre y tener menos horas de sueño.
Cerca del 35% de aquellos que usaron sus teléfonos por cantidades de tiempo más cortas que el promedio tuvieron dificultades para dormir, comparado con el 42% de los que lo usaron en tiempo promedio o más. Los individuos que usaron sus celulares cerca de la hora de ir a dormir tenían una baja calidad de sueño.
Los investigadores descubrieron que el tiempo que permanece la pantalla encendida durante un periodo de 24 horas varía, pero sobre todo ocurre durante horas del día. Pero para algunos participantes, el uso de los smartphones se elevó durante la noche.
“No podemos excluir la posibilidad de que algunas personas no pueden dormir por una razón completamente diferente, y como no pueden hacerlo, usan su teléfono sólo para pasar el tiempo”, dijo Marcus.
A pesar de las potenciales limitaciones, la investigación de Marcus sea alinea con otros estudios que muestran que el uso de la tecnología cerca a la hora de ir a dormir está asociada con la dificultad para dormir, como por ejemplo lo dice una encuesta publicada en 2011 por la Fundación Nacional del Sueño. Otro estudio (PDF) muestra que la luz azul emitida por los teléfonos inteligentes (y otros aparatos digitales) pueden suprimir la función de melatonina del cuerpo, una hormona que induce al cansancio y contribuye a la sincronización de los ciclos de sueño y vigilia.
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“Hay alguna plausibilidad biológica que apoye la idea de que hay una relación causal, pero no fuimos capaces de identificarla”, agregó Marcus.
Una necesidad básica
“Se cree que dormir es un proceso reconstructivo y una necesidad biológica básica”, dijo el doctor Neil Kline, un médico del sueño, internista y representante de la Asociación Estadounidense del Sueño.
“Cuando los animales, incluidos los humanos, son privados de su sueño, hay muchos sistemas del cuerpo que fallan. No solamente sufren nuestro comportamiento, memoria y atención, sino también se deteriora nuestro sistema inmune y endocrino”.
Según Kline, que no estuvo involucrado en el nuevo estudio, la privación del sueño está asociado con enfermedades metabólicas y apetito incrementado. Investigaciones recientes sugieren que dormir poco —incluyendo baja calidad de sueño— es un factor de riesgo de obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y depresión.
Además, a pesar de que esos efectos han sido estudiados exclusivamente en adultos, el sueño de los niños también se afecta con la tecnología, según un estudio que no está relacionado con el presente. El autor del estudio Ben Carter, un profesor de bioestadística en el King College de Londres, y sus colegas, descubrieron que el uso de celulares, tabletas y computadores en niños y adolescentes está asociado con pérdida del sueño y baja calidad.