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Reino Unido

OPINIÓN | La casa real británica y el racismo

Por Carlos A. Montaner

Nota del editor: Carlos Alberto Montaner es escritor, periodista y colaborador de CNN. Sus columnas se publican en decenas de diarios de España, Estados Unidos y América Latina. Montaner es, además, vicepresidente de la Internacional Liberal. Las opiniones aquí expresadas son exclusivamente suyas.

(CNN Español) -- Meghan, hija de padre blanco y madre negra, dice que el racismo en la familia real británica la obligó a escapar de la Corona. Además, la duquesa de Sussex asegura que tuvo pensamientos suicidas. Ambos episodios fueron corroborados por su esposo, el príncipe Harry, en una sensacional entrevista que ambos le concedieron a Oprah Winfrey.

La charla reverbera no solo en Londres, sino en el ámbito de los 54 países que forman parte de la mancomunidad o Commonwealth, más Estados Unidos, nación que decidió no integrarse en la organización cuando se creó, en 1931, acaso por no robarle protagonismo al Reino Unido. Herbert Hoover, entonces presidente de EE.UU., tenía un aprecio especial por el mundo británico.

Los memes y las composiciones fotográficas suelen ser devastadoras. En uno de los que he recibido se ve a Isabel II y a James Bond, el “agente de Su Majestad 007”. Bond le pregunta a la reina: “¿Solo a ellos dos?”, refriéndose obviamente a Harry y a Meghan”. “También a Oprah”, le responde la reina con semblante feroz. Es una orden de ‘ejecuciones’, aunque no se dice a las claras.

En otra composición fotográfica, incluso peor intencionada, están Isabel II y su marido, el duque de Edimburgo, junto a Meghan, a Harry, a la madre de Meghan. Han ido a conocer al nuevo bisnieto, llamado Archie. El recién nacido está en brazos de Meghan. La reina Isabel II, sonriente, tiene en sus manos, no tan discretamente, una muestra de colores con todos los matices del “brown” (café). Está comprobando a cuál color pertenece su bisnieto. (En realidad, esto es particularmente injusto: Meghan y Harry no han acusado de racistas ni a la reina ni a su esposo, el príncipe Felipe).

En general, las personas de color en el Reino Unido están de acuerdo con Meghan. Sospecho que, cuando se segmenta por edades y no por razas, los más jóvenes parecen tender a coincidir con ella, mientras los mayores se niegan a creerle. En todo caso, el Daily Mail reveló que la mayoría de los encuestados opinaban que la Corona británica debía despojar al matrimonio del ducado de Sussex que le había conferido.

Mi opinión es que, efectivamente, había y hay racismo en la casa real británica, pues racismo hay en todas partes, pero no se puede por ello descalificar la labor inmensamente positiva de Inglaterra, con todo lo pérfida que haya sido Albión, como solía calificar Napoleón a su archienemigo.

Sé que una cosa no quita la otra. Contra el racismo hay que luchar. Pero también quiero celebrar todo lo que ha salido del Reino Unido. Desde el siglo XIII en Oxford, Roger Bacon comenzó a separar las creencias religiosas de las ciencias. Otro Bacon, Francis, preparó el camino a la mente prodigiosa de Isaac Newton y, una generación después, surgió la magnífica Ilustración escocesa, creadora del espíritu liberal, con David Hume y Adam Smith a la cabeza.

No es de extrañar que la primera revolución industrial haya surgido en Inglaterra, con todo lo que significa para el surgimiento de grupos sociales medios en todo el planeta. Si hoy somos mucho menos pobres es por ese país. De la misma manera, si somos más libres es por la misma razón, en la que se destacan los cuáqueros.

Hechas las sumas y las restas, el Reino Unido se salva. Aunque Meghan y Harry tengan razón.