Sao Paulo, Brasil (CNN) – Una banda de ladrones armados llevó a cabo una serie de atracos mortales a tres bancos de Brasil, y ató a los rehenes a sus autos para usarlos como escudos humanos mientras huían.
Los ladrones atracaron bancos en la pequeña ciudad de Aracatuba ubicada en el estado de Sao Paulo, en el sureste del país, el lunes temprano.
En un intento por distraer a la policía, los ladrones colocaron bombas por toda la ciudad. Un hombre resultó gravemente herido cuando detonaron los dispositivos y perdió ambos pies, según la policía.
Durante la confusión, los asaltantes fuertemente armados atracaron tres bancos y tomaron rehenes en el proceso.
Los rehenes luego fueron atados a los techos y capós de 10 autos para que actuaran como escudos humanos, dijo la Policía.
Tres personas murieron, dos de ellas víctimas y un presunto ladrón, según la Policía Militar de Sao Paulo. Otras cinco resultaron heridas y dos sospechosos fueron detenidos y enviados a la cárcel.
Un escuadrón de más de 380 agentes de policía está buscando a más de una docena de sospechosos que siguen prófugos. Tras las explosiones, las clases escolares se suspendieron en la ciudad, que tiene una población de alrededor de 200.000 habitantes.
“Ellos [los delincuentes] tenían información privilegiada de que uno de los bancos tenía una gran suma de dinero, así que fueron a la ciudad”, dijo el secretario de Seguridad Pública de Sao Paulo, Álvaro Batista Camilo, a CNN Brasil, afiliada de CNN.
La policía dijo que más de 20 hombres fuertemente armados llevaron a cabo el ataque, y agregó que los ladrones usaron drones para monitorear las calles cuando ingresaban a la ciudad y escapaban, informó Reuters.
Se instó a las personas a no salir de sus hogares hasta que todos los explosivos fueran encontrados y desactivados, agregó Reuters.
Este es el último de una serie de robos bancarios en Brasil. Hubo dos redadas similares en diciembre pasado en días consecutivos en las ciudades de Cametá y Criciúma, según Reuters, ambas en sucursales del Banco do Brasil.
– Rodrigo Pedroso de CNN informó desde Sao Paulo y Lianne Kolirin escribió desde Londres.