Sería difícil mantener una conversación con el sonido ensordecedor de las máquinas de nieve que preparan las instalaciones olímpicas al noroeste de Beijing. Son ruidosas y están en todas partes, soplando la nieve sobre lo que serán las pistas más vistas de este mes.
Es casi hermoso, excepto que las sedes están rodeadas por un interminable paisaje marrón y seco completamente falto de nieve.
En una primicia olímpica, aunque no es un logro del que jactarse, la variabilidad climática ha obligado a que los Juegos de Invierno dependan prácticamente en un 100% de la nieve artificial, parte de una tendencia que se está produciendo en las sedes de deportes de invierno de todo el mundo.
Lee esta historia completa aquí.