Egipto y Jordania advirtieron este martes a Israel contra el aumento de las tensiones en los lugares más sagrados de Jerusalén, acusando a Israel de permitir las "violaciones" de los visitantes judíos.
Este lunes se produjeron pequeños enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad israelíes y los palestinos en el recinto de la mezquita de Al-Aqsa, conocido por los judíos como el Monte del Templo, ya que grupos judíos han estado visitando el lugar el lunes y el martes durante la festividad judía de Rosh Hashanah.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Egipto dijo en un comunicado que condenaba "las repetidas y crecientes violaciones de la santidad de la mezquita de Al-Aqsa, llevadas a cabo por elementos extremistas judíos a la vista de las fuerzas de ocupación israelíes."
"El Ministerio de Asuntos Exteriores egipcio advirtió del extremo peligro que supone la continuación de las prácticas de provocación en las inmediaciones de los lugares sagrados islámicos en [el] recinto de la mezquita de Al-Aqsa, ya que agravan aún más las tensiones, alimentan la violencia y ponen más obstáculos a los esfuerzos por reanudar el proceso de paz", decía el comunicado del Ministerio.
Jordania, custodio oficial del recinto y sus lugares sagrados, también condenó la conducta de los grupos judíos y las fuerzas israelíes, y el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Haitham Abu Alfoul, las calificó de "infracciones flagrantes e inaceptables del derecho internacional y del statu quo legal e histórico de Jerusalén y sus lugares sagrados".
"Las continuas violaciones y ataques a los lugares sagrados representan una peligrosa tendencia que amenaza con intensificarse aún más, con consecuencias para todos", dijo.
Desde que Israel arrebató a Jordania la Ciudad Vieja de Jerusalén en 1967, existe un delicado statu quo en el complejo conocido por los musulmanes como Haram al-Sharif (Noble Santuario) y por los judíos como Monte del Templo.
Es el lugar más sagrado del judaísmo por ser el lugar donde se encontraban el primer y el segundo templo y, por ser la sede de la mezquita de Al-Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam.
En virtud de un acuerdo vigente desde 1967, solo los musulmanes pueden rezar en el lugar, aunque los no musulmanes pueden visitarlo durante unas horas determinadas. Según el acuerdo de statu quo, los guardias designados por Jordania son los que deben patrullar el lugar, no la seguridad israelí. Los dirigentes y funcionarios israelíes han dicho que están "comprometidos" a mantener el statu quo.