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Esta estrella inusualmente brillante captó la atención de los científicos por ser considerada toda una rareza estelar
(CNN) -- Astrónomos podrían haber resuelto el misterio detrás de una estrella inusualmente brillante.
Anastasios Tzanidakis, un estudiante de doctorado de la Universidad de Washington, y el profesor asistente de Investigación de Astronomía, James Davenport, estaban buscando "estrellas que se comportaban de manera extraña" cuando recibieron una alerta sobre una posible rareza estelar de la nave espacial Gaia.
El observatorio espacial, lanzado por la Agencia Espacial Europea en 2013, tiene la misión de crear el mapa 3D más preciso de la Vía Láctea hasta la fecha. Los astrónomos se centraron en Gaia17bpp, una estrella que había aumentado gradualmente en luminosidad durante un período de 2,5 años.
Los resultados de su investigación y análisis de la estrella, compartidos el martes en la reunión 241 de la Sociedad Astronómica Estadounidense, en Seattle, revelaron que la estrella en sí no cambió. En cambio, la estrella tiene un extraño compañero responsable de lo que los investigadores estiman que es una "fotobomba de siete años".
“Creemos que esta estrella es parte de un tipo excepcionalmente raro de sistema binario, entre una estrella más grande e hinchada, Gaia17bpp, y una pequeña estrella compañera que está rodeada por un disco expansivo de material polvoriento”, dijo Tzanidakis en una declaración.
“Según nuestro análisis, estas dos estrellas orbitan entre sí durante un período de tiempo excepcionalmente largo, hasta 1.000 años. Entonces, atrapar esta estrella brillante siendo eclipsada por su polvorienta compañera es una oportunidad única en la vida”.
La nave espacial Gaia comenzó a observar la estrella en 2014. Los investigadores reunieron todas las observaciones de Gaia de la estrella y rastrearon otras observaciones de Gaia17bpp que fueron tomadas por el telescopio Pan-STARRS1, en Hawai, la misión WISE/NEOWISE, de la NASA, y el Zwicky Instalación transitoria en California, que se remonta a 2010.
La estrella Gaia17bpp, en un círculo rojo, fue capturada en esta imagen del telescopio Pan-STARRS1. (Crédito: Anastasios Tzanidakis/Pan-STARRS1/DSS)
Al comparar las imágenes de Gaia17bpp, los investigadores determinaron que el brillo de la estrella se atenuó en 4,5 órdenes de magnitud, o 45.000 veces. Permaneció así durante 7 años, de 2012 a 2019.
Los astrónomos observaron la estrella al final de un eclipse que duró años.
Ninguna otra estrella ubicada cerca de Gaia17bpp ha exhibido un oscurecimiento de esta magnitud. El equipo también buscó en un catálogo digital de placas astrofotográficas en la Universidad de Harvard, que datan de la década de 1950.
“Durante 66 años de historia observacional, no encontramos otros signos de atenuación significativa en esta estrella”, dijo Tzanidakis.
Entonces, ¿qué pasó con Gaia17bpp?
“Según los datos actualmente disponibles, esta estrella parece tener un compañero de movimiento lento que está rodeado por un gran disco de material”, dijo Tzanidakis. “Si ese material estuviera en el sistema solar, se extendería desde el Sol hasta la órbita de la Tierra, o más lejos”.
Aunque Gaia17bpp es única en tener un eclipse tan largo, no es el único sistema estelar binario que muestra un comportamiento de oscurecimiento. Los astrónomos también están intrigados por Epsilon Aurigae, una estrella que experimenta un eclipse durante dos de cada 27 años por un gran compañero, pero la identidad real del compañero sigue siendo un misterio.
La estrella gigante Betelgeuse también atrajo la atención de los astrónomos cuando se atenuó drásticamente a fines de 2019, lo que incitó a especular que iba a explotar en una supernova. En cambio, la estrella tuvo una rabieta polvorienta.
Para Gaia17bpp, la compañera estelar productora de polvo podría ser una pequeña estrella muerta llamada enana blanca, pero no están muy seguros de qué podría estar contribuyendo al disco de escombros a su alrededor.
Cualquiera que sea la identidad de su compañero, Gaia17bpp y su misterioso compañero cósmico están tan distantes entre sí que faltan siglos para otro eclipse.
“Este fue un descubrimiento fortuito”, dijo Tzanidakis. “Si hubiéramos estado fuera unos años, nos lo habríamos perdido. También indica que estos tipos de binarios podrían ser mucho más comunes. Si es así, debemos idear teorías sobre cómo surgió este tipo de emparejamiento. Definitivamente es una rareza, pero podría ser mucho más común de lo que nadie ha apreciado”.
