(CNN Español) – En los últimos doce meses la familia real y el pueblo británicos han vivido emociones encontradas, un año que no olvidaremos.
Vimos a la reina Isabel II celebrar su jubileo de platino, 70 años en el trono, un fin de semana en junio de 2022 donde los británicos salieron a las calles en multitudes para celebrar a su soberana y agradecerle por sus años de servicio. “Feliz jubileo, señora y gracias por todo” le dijo el oso peruano Paddington en un sorpresivo y tierno video clip con Isabel reflejando el sentir de su pueblo.
Tres meses después los británicos recibieron la noticia de su muerte a los 96 años. Tras más de 20 años de vivir en el Reino Unido y cubrir eventos reales, jubileos, compromisos, bodas reales, nacimientos, y el funeral del príncipe de Edimburgo, esposo y compañero de Isabel en plena pandemia, nunca había visto una demostración de emociones tan intensa como la despedida de la icónica Isabel II.
La salida del féretro del Castillo de Balmoral en Escocia, su llegada al Palacio de Buckingham, los miles de personas que hicieron colas interminables por días para visitar la capilla ardiente y su partida final hacia Windsor, mostraron ovaciones, aplausos, lágrimas y silencios que dijeron mucho de cómo la monarca ha marcado la vida de generaciones en el Reino Unido. Para muchos ella era la única monarca que habían conocido, por el largo tiempo que duró su reinado.
Pero con la partida de Isabel los británicos también saludan y celebran la llegada del nuevo monarca rey: Carlos III. “¡Dios salve al rey!”, exclamaron muchos, como indica la tradición, al tiempo que expresaron dolor y tristeza por la muerte de su madre.
Muchos se preguntan ahora si el heredero de Isabel, quien dedicó toda una vida a aprender de ella, podrá lograr la aceptación, apoyo y simpatía que tuvo la soberana y mantener una monarquía estable y relevante en estos tiempos.
Isabel II fue coronada en 1953, luego de la Segunda Guerra Mundial, mientras que Carlos III es coronado en 2023, más de 70 años después. Max Foster, corresponsal de la realeza de CNN, compara ambos escenarios:
“Al igual que la coronación de su madre, el rey Carlos será coronado durante una crisis del costo de vida. La de ella (Isabel II) empezó luego de una guerra, la de él llega durante una guerra (la de Rusia en Ucrania) y luego de la pandemia del covid-19. Ella era joven y marcó un nuevo comienzo para el país. Él es mayor, pero intentará agregar su propia frescura a la corona con una ceremonia más diversa e inclusiva”.
En efecto, Carlos III recibe un país que no está contento por la caída en el nivel de vida y de los salarios, que no pueden seguirle el paso a la tasa de inflación, sin contar con los efectos del brexit. Los llamados a huelgas y protestas por parte de diferentes gremios de trabajadores son cosa de todos los días en este 2023.
¿Apoya el público a Carlos III y a la familia real? ¿Es la monarquía relevante para ellos?
En una encuesta publicada por la empresa Ipsos a finales de abril, el 49% de los encuestados sostiene que Carlos III realiza “un buen trabajo” como monarca hasta el momento mientras que el 32% dice que “no hace su trabajo ni bien ni mal” y el 9% asegura que hace “un mal trabajo”.
Si hablamos de cuán relevante es la familia real para los británicos, otra encuesta de la misma empresa publicada este 2 de mayo muestra que el 38% asegura que la familia real “es importante para Gran Bretaña”.
La misma encuesta revela que un 47% de los encuestados creen que la familia real no está en contacto con la gente común, comparado con un 33% que opina lo contrario.
La princesa Ana, en una entrevista con la televisión canadiense CBC emitida la primera semana de mayo, reconoció el debate sobre la relevancia de la familia real y la monarquía en tiempos modernos, pero también la defendió durante una época de transición como la actual.
“Creo que es perfectamente cierto que este es un momento en el que se necesita tener una discusión (sobre el tema) pero yo subrayaría que la monarquía proporciona, con la Constitución, un grado de estabilidad a largo plazo que, en realidad, es difícil de lograr de otra manera”, dijo la princesa real, quien generalmente no da entrevistas.
Las tareas de Carlos III como jefe de familia y rey
Para mantener esa relevancia y apoyo durante esta nueva era, Carlos III tendrá que poner orden en casa como jefe de familia y como monarca a cargo de una institución que muestra signos de debilidad, continuidad y credibilidad.
Como patriarca de esta familia, Carlos III ha heredado la partida de algunos de sus miembros, escándalos públicos originados por acusaciones de abuso sexual e inclusive de racismo que afectaron su imagen y causaron lazos familiares rotos.
En noviembre de 2019, el príncipe Andrés anunció su retiro de las funciones oficiales luego de que se hicieran públicas acusaciones de abuso sexual a una menor de edad. Aunque Andrés siempre ha negado las acusaciones, llegó a un acuerdo legal con la demandante en febrero de 2022. El duque de York ya había sido despojado de sus títulos militares y de su mecenazgo en organizaciones benéficas y no tiene cargo público alguno.
Algunos se preguntan si Andrés podría volver a tener un rol público en el futuro, pero esa posibilidad se ve remota pues podría traer más críticas luego de que las acusaciones dañaran su reputación. Andrés ha estado presente en varios eventos familiares, pero el nuevo rey no ha dado señales de que pudiera regresar a la institución e inclusive ha transferido sus títulos militares a otros miembros.
Por otra parte, en enero de 2020 los duques de Sussex, Harry y Meghan, anunciaron sorpresivamente lo que ya se conoce como “Megxit”, su salida como miembros a tiempo completo de la familia real y su partida a Canadá y luego, a Estados Unidos.
Poco más de un año después la pareja concedió una entrevista a Oprah Winfrey en la que hubo sorprendentes revelaciones sobre el trato que habrían recibido y acusaciones de racismo dentro de la familia que aseguran, justificaron su renuncia. Revelaciones que pusieron en duda la credibilidad y popularidad de la familia real.
Esa entrevista fue seguida por un documental en Netflix y la publicación de la biografía de Harry, “Spare”, o “En la sombra” a inicios de 2023, donde la pareja revela más detalles y frustraciones con la familia real y la prensa.
En “Spare”, el príncipe incluso hace público y describe problemas de comunicación en su relación padre-hijo con Carlos.
“Tenía problemas para comunicarse, problemas para escuchar, problemas para habla cara a cara en privado. En una ocasión, luego de una cena con varios platillos, subí la escalera y me encontré una carta en mi almohada. La carta decía lo orgulloso que estaba por algo que había hecho o logrado. Sonreí y la puse debajo de mi almohada, pero también me quedé pensando por qué no lo había dicho hace unos momentos, cuando estuvo sentado frente a mí”, cuenta el duque de Sussex sobre su padre.
El duque también reveló que intentó conversar con su padre y hermano, el príncipe William, durante su visita para el funeral de su abuelo, el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, luego de la controversial entrevista con Oprah, para explicar su versión de los hechos y lograr un diálogo, pero se dio cuenta de que su padre y hermano “ya venían listos para pelear”.
Y luego de mucha especulación por la posible presencia de Harry en la ceremonia de coronación, el duque de Sussex anunció que asistiría, pero no su esposa Meghan ni los pequeños Archie y Lilibet, nietos del rey. Su presencia como hijo del rey, pero no como miembro pleno de la institución es vista como de apoyo y respeto a su padre, pero no significaría que los lazos familiares rotos puedan restablecerse. Muchos se preguntan si los Sussex continuarán con revelaciones y escándalos que dañen la imagen de la familia y la institución.
La historiadora real Alice Hunt, de la Universidad de Southampton, nos asegura que esta familia siempre ha podido recuperarse luego de golpes duros.
“Una de las cosas que va a ser interesante sobre la supervivencia de la monarquía y la supervivencia del tipo de ceremonia extraordinaria que es la coronación es su capacidad para adaptarse, ser flexible y recuperarse con un estilo ‘Terminator’, justo cuando uno piensa que están realmente destruidos”.
Una institución que busca estabilidad y continuidad
Además de recuperarse luego de escándalos y tratar de reconstruir lazos familiares, se espera que Carlos III logre mostrar un frente común con los miembros más cercanos del clan y dar la imagen de un futuro estable y con continuidad. Un punto que su madre remarcó durante el último día de las celebraciones por su jubileo de platino.
En un sorpresivo y muy simbólico momento vimos a Isabel II salir al balcón del Palacio de Buckingham acompañada del ahora rey Carlos, su esposa Camila, el príncipe William, primero en la línea de sucesión al trono, su esposa Catalina y sus hijos el príncipe Jorge, quien sigue a su padre en la línea de sucesión al trono, además de Carlota y Luis.
Agradeciendo al público por los cuatro días de celebraciones, Isabel también nos mostró de esa manera los rostros que representarían el futuro.
Los ahora príncipes de Gales, William y Kate, han incrementado sus actividades oficiales representando al nuevo monarca, forman parte de distintos proyectos con organizaciones benéficas y apelan a las nuevas generaciones, otra tarea para Carlos: la aceptación de los más jóvenes en los próximos años.
“No existe el mismo cariño para Carlos entre las generaciones más jóvenes, un punto muy marcado y que creo que solo se incrementará” nos explica Hunt, añadiendo que estos jóvenes sienten que su nuevo rey no representaría su identidad y valores.
En una encuesta publicada por la empresa Ipsos a fines de abril, Kate ocupa el primer lugar con 38% al pedir a los encuestados mencionar dos o tres miembros de la familia real que prefieran. El príncipe William sigue a su esposa con 34%, seguidos de los nietos del rey con 27% y Ana, la princesa real con 25%.
El rey Carlos III recibió solo un 20% de las menciones seguido por los duques de Sussex, Harry y Meghan con 14% y 10% respectivamente. Su esposa, la reina Camila tuvo un 10%.
Además de los roles de William y Catalina, el nuevo rey ha expandido los roles de sus hermanos, la princesa Ana y el príncipe Eduardo y su esposa Sofía para mostrar esa estabilidad y voluntad de servicio dentro de su entorno más cercano, en una familia real que demande menos recursos del erario.
Dos meses después de su proclamación, por ejemplo, Carlos le pidió al Parlamento británico una reforma para convertir a Ana y al conde de Wessex en consejeros de Estado. El cambio les permite a ambos reemplazar al monarca temporalmente cuando se requiera. De acuerdo con la legislación anterior, entre los consejeros que pueden reemplazarlo están la reina Camila, William, príncipe de Gales, Harry, duque de Sussex, el príncipe Andrés, duque de York, y su hija Beatriz.
La historiadora Hunt asegura que un mensaje de servicio público al país por un reducido número de miembros es positivo. “Que es una familia real trabajadora que trabaja por el país, apoya al país, la representa y defiende los valores que este país apoya”.
Esa estabilidad y aceptación en las próximas décadas también debe venir del corazón de la institución. “La estabilidad vendrá cuando ellos digan: vamos a ser relevantes, vamos a hacer cambios reales, que nos hagan ser más representativos de la mayoría de este país”, agrega la académica Hunt.