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Historias Humanas

Así logró esta familia estadounidense abrir un restaurante en Italia

Por Tamara Hardingham-Gill

(CNN) -- Siempre soñaron con tener una casa en Italia, pero abrir un restaurante allí nunca formó parte del plan.

Sin embargo, Dalip y Amber Tibb, residentes de Carolina del Norte, terminaron por hacer ambas cosas en los últimos años.

Los Tibb, casados desde hace 18 años, dicen que su idilio con Italia empezó hace casi dos décadas, cuando hicieron un viaje a Venecia en 2006.

Sin embargo, pasó mucho tiempo antes de que pudieran considerar seriamente la posibilidad de comprar una propiedad en el país.

"Se fue desarrollando a lo largo de los años", explica a CNN Travel Amber, quien organiza viajes en grupo a Italia. "Tuvimos hijos. Dal [médico] tenía un consultorio muy concurrido en California".

Sueño italiano

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Durante la pandemia de covid-19, la pareja compró un departamento en el pueblo de Giove, ubicado en la región de Umbría. Crédito: Dalip Tibb

"Así que llevábamos una vida ajetreada moviéndonos de un lado para otro. Pero siempre teníamos el sueño italiano gestándose en el fondo".

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Los Tibb viajaron a Italia varias veces a lo largo de los años, explorando distintas regiones para encontrar la zona adecuada cuando llegara el momento.

Al final se decidieron por Umbría, cerca de Roma.

"Queríamos que estuviera cerca del aeropuerto [internacional] de Roma, porque es adonde más veces volamos", explica Amber.

La pareja dice que empezaron a buscar seriamente un lugar en 2019, y que en la primavera de 2020 se encontraron con un anuncio de un departamento amueblado de tres habitaciones en un ático en una ciudad llamada Giove.

Como la pandemia de covid-19 dominaba el mundo para entonces, no pudieron viajar a Italia para ver el departamento.

Pero aunque no habían estado antes en Giove, los Tibb dicen que conocían la zona en general y confiaban en que sería adecuada para ellos.

Como la venta tardaba más de lo que esperaban, recurrieron a un abogado inmobiliario especializado en ayudar a personas de países de habla inglesa, lo que facilitó un poco el proceso.

Sin verlo, la pareja compró el departamento por unos 55.000 euros (unos US$ 60.500).

Dalip, originario del Reino Unido pero residente en Estados Unidos desde hace casi 30 años, pudo obtener la residencia italiana (la venta se realizó antes de que finalizara el Brexit), lo que le permitiría a la familia permanecer en Italia durante largos periodos de tiempo.

La familia Tibb finalmente pudo ver su propiedad en junio de 2021, cuando se relajaron las restricciones de viaje, y dicen que era incluso mejor de lo que esperaban, en particular debido a las increíbles vistas.

"Nada más llegar, me dije: 'Quiero ver las vistas de la parte de atrás'", dice Dalip. "Y tiene unas vistas fenomenales del valle del Tíber, desde las ventanas traseras. Es una vista impresionante de la que nadie había hablado".

La ciudad estaba llena de actividad durante la primera visita, en parte debido a las obras de renovación del castillo de Giove, y se les ocurrió que algunos de sus familiares y amigos también podrían estar interesados en comprar una casa en la zona.

La pareja pidió a un agente inmobiliario que les enseñara otras propiedades de la zona y acabaron viendo un departamento abandonado que más tarde se convertiría en su restaurante.

"Abrieron unas puertas con cerrojo que conducían a unas escaleras y a una oficina muy pequeña", cuenta Dalip, quien explica que hacía tiempo que no se utilizaba.

"Miramos a través de las ventanas y, literalmente, daba justo al otro lado [de] las puertas principales del castillo".

La renovación de un restaurante

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La pareja fue a ver un departamento abandonado en la ciudad después de comprar su casa y decidió que sería perfecto para un restaurante. Crédito: Dalip Tibb

Dalip era consciente de que había cierta actividad comercial en la zona en ese momento y pensó que ese lugar en concreto sería genial para crear algo nuevo.

"En el fondo, pensaba en un restaurante, pero me daba un poco de vergüenza decírselo a la gente", admite.

Sintiéndose inspirado, se reunió con un arquitecto local, que estuvo de acuerdo en que el espacio sería un lugar ideal para un restaurante, y señaló que la ciudad realmente necesitaba uno.

"No había ninguno en el centro", añade.

Unos meses después, se enteraron de que en el local de al lado había una bodega que podía conectarse a la propiedad, y que el propietario estaba dispuesto a venderla.

"Hemos hecho obras y reformas juntos", explica Dalip. "Así que decidimos que sería algo viable".

Compraron el departamento por 38.000 euros (unos US$ 41.000) y la bodega por otros 17.000 euros (US$ 18.700) y empezaron a hacer planes para convertirlos en un restaurante y un bar de vinos.

"No nos preocupaba demasiado la renovación, porque el costo de las cosas es relativamente bajo en comparación con Estados Unidos", dice Amber. "Así que sabíamos que no iba a ser un riesgo financiero gigantesco".

Más tarde se enteraron de que el edificio databa probablemente del siglo XVII. Sin embargo, muchos de los elementos que lo definían ya no eran visibles.

"Quitaron muchas capas y restauraron algunos de los techos y maderas originales", dice Amber. "Creo que en la década de 1980 se empezó a tapar mucha arquitectura renacentista".

Según la pareja, el proceso de renovación duró alrededor de un año y medio, y casi todos los trabajadores implicados, incluidos los artesanos y los canteros, eran de la zona.

"Acabó siendo incluso más trabajo del que había previsto", dice Dalip.

Uno de los aspectos más complicados fue transformar la cava del vino en un espacio utilizable, lo que supuso cubrir el suelo de tierra con viejas baldosas de terracota y las paredes desnudas con yeso.

Mientras terminaban las obras de renovación, encontraron unas viejas vigas de madera con botellas de vino que databan de la década de 1960.

Ingrediente clave

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La Chiave dei Sapori, que se traduce como "La llave de los sabores", abrió en mayo de 2023. Crédito: Dalip Tibb

Después de compartir su descubrimiento con algunos lugareños, la pareja se enteró de que el espacio de almacenamiento de vino había sido en realidad el bar de vinos local de la ciudad décadas antes.

"El padre del arquitecto solía ir allí cuando era joven", dice Dalip, y agrega que probablemente cerraron a mediados de los años setenta.

Aunque en un principio pensaban alquilar el restaurante cuando estuviera listo, cambiaron de idea cuando se enteraron de que su viejo amigo, el chef Antonio Leo, buscaba un nuevo proyecto.

"Es un chef brillante", explica Dalip. "Ha tenido y dirigido su propio restaurante durante años. Y es italiano, así que tenía sentido que estuviera allí".

Deseosos de aprovechar al máximo esta oportunidad, llegaron a un acuerdo para que Leo se convirtiera en socio.

"Yo no quería dedicarme a la restauración", dice Dalip. "Así que todo fue evolucionando".

En cuanto al aspecto general del restaurante, querían crear algo fresco, pero "respetando la antigüedad del edificio", y dicen que les llevó tiempo encontrar el equilibrio.

"Ése era el reto: conseguir un aire moderno, pero manteniendo la presencia de lo antiguo", señala Amber.

Tras muchos meses de trabajo y anticipación, La Chiave dei Sapori, que se traduce como "La llave de los sabores", compartiendo el nombre del antiguo restaurante de Leo en la Toscana, abrió sus puertas en mayo de 2023.

El costo final de la renovación ascendió a 170.000 euros (unos US$ 186.900), incluidos la mayor parte del mobiliario y el bar.

"Fue emocionante abrirlo, terminar el proyecto y obtener todos los permisos", dice Dal.

"Hemos recibido muy buenos comentarios sobre el aspecto del restaurante. Creo que, en general, la gente está contenta".

El Castillo de Giove, que había estado cerrado durante muchos años, también reabrió para visitas y eventos, lo que ha dado otro impulso a la zona.

Los Tibb, que han ido detallando sus progresos en su canal de YouTube, Our Little Jupiter, trasladaron recientemente a su familia de California a la costa este para estar un poco más cerca de su casa y restaurante italianos.

Aunque planean mudarse definitivamente a Italia cuando su hijo, de 12 años, y su hija, de nueve, sean mayores, la pareja afirma que de momento pasarán allí las vacaciones, y Dalip seguirá yendo y viniendo de Estados Unidos para visitar el restaurante.

La barrera del idioma

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Los Tibb están encantados con la acogida que ha tenido el restaurante y afirman que el apoyo de los lugareños ha significado mucho. Crédito: Niccolo Poppi

"Cada vez que salimos del departamento y tenemos que volver a casa, me pongo muy triste", dice Amber. "La gente de la comunidad nos recibió tan bien que no queremos irnos".

Aunque la pareja se siente muy cómoda en Giove, dicen que la barrera del idioma ha sido uno de los mayores obstáculos para ellos, "ya que mucha gente no habla inglés" en algunas zonas de la región.

"La gente es muy paciente con nosotros", añade Amber. "Pero algunos de los lugareños más jóvenes se frustran un poco a veces y hacen comentarios como: 'Oye, tienes que aprender la jerga. No te quedes atrás'".

"Porque quieren hablar contigo. Quieren invitarte a cenar a casa de su abuela. Quieren que adoptes su cultura".

Aunque es probable que pase algún tiempo antes de que alguno de los dos hable italiano con fluidez, dicen que aprenden un poco más del idioma cada vez que van.

"Él [Dalip] entiende mucho, pero no puede hablar tanto", dice Amber, explicando que están haciendo planes para que sus hijos empiecen a aprender el idioma.

"Creo que yo puedo hablar más. Así que entre los dos nos apoyamos".

Desde que abrió sus puertas, La Chiave dei Sapori, que sirve una mezcla de cocina toscana y umbriana, recibe a lugareños, así como a un "puñado de expatriados y turistas de la zona y alrededores".

Los Tibb están encantados con la acogida que está teniendo y afirman que el apoyo de la comunidad local ha significado mucho.

"Los lugareños han sido muy amables y están muy contentos de tener un restaurante", dice Amber.

"Una mujer tenía los ojos llorosos. Me dio un fuerte abrazo y me dijo 'gracias, nuestra ciudad se merecía un buen restaurante''".

"Esperemos que siga siendo un éxito. Nos ilusiona mucho. Y queríamos un sitio para venir a comer nosotros. Así que, de todas maneras, salimos ganando".

Acerca del autor

Tamara Hardingham-Gill