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(CNN) – Cuatro investigadores se enfrentaron a terrenos traicioneros y temieron por sus vidas durante un angustioso encuentro con presuntos narcotraficantes en una de las zonas más peligrosas y científicamente inexploradas del mundo, según el científico principal y un relato publicado por una organización conservacionista sin fines de lucro.
Pero lo más destacado del viaje a Sudamérica fue el descubrimiento de una especie de serpiente nueva para la ciencia, que el equipo bautizó con el nombre del ícono de acción Harrison Ford, un momento de frivolidad en una excursión por lo demás dramática, señaló el Dr. Edgar Lehr, autor principal de un artículo científico en el que se describe a la especie de serpiente.
El estudio se publicó el 15 de agosto en la revista alemana Salamandra.
En aquel momento, Lehr, profesor de Biología en la Universidad Wesleyan de Illinois, pensó: “¿No sería genial dedicar esta nueva especie a Harrison Ford? ¿Y también divertido por el odio que su personaje ‘Indiana Jones’ siente por las serpientes?”.
Ya es oficial: la criatura de casi medio metro de largo y color marrón amarillento encontrada durante un peligroso viaje a un parque nacional peruano tiene el nombre científico de Tachymenoides harrisonfordi.
Encontrar la serpiente de Harrison Ford
A Lehr, que ha identificado más de 100 especies nuevas para la ciencia a lo largo de su carrera como herpetólogo, siempre le ha gustado explorar la rica biodiversidad de Perú.
Pero no sabía lo que le esperaba a él, a un guía local y a tres herpetólogos: Juan Carlos Cusi, Ricardo Vera y Maura Fernández, del Museo de Historia Natural de Lima, cuando se adentraron en el Parque Nacional de Otishi.
El parque se encuentra en las regiones peruanas de Junín y Cuzco, ambas consideradas actualmente inseguras para los viajeros según el Departamento de Estado de EE.UU.
El parque nacional está cerca de “la zona del VRAEM (Valle de los Ríos Apurímac, Ene, Mantaro), que es el centro de la producción de coca y el narcotráfico en Perú”, según el estudio.
La zona que exploraron los científicos en la parte sur del parque era tan difícil de atravesar que tuvieron que llegar en helicóptero con suministros para tres o cuatro semanas. Otishi es considerado “el parque nacional menos estudiado científicamente de Perú”, según el estudio.
Cuenta con impresionantes cataratas y frondosos bosques, pero lo complejo del terreno hace que pocos investigadores hayan realizado trabajos de campo en su perímetro.
Sin embargo, los investigadores no tardaron en darse cuenta de que el peligro de otros seres humanos era mayor que cualquier cosa que la madre naturaleza pudiera lanzarles.
“No pensé que fuera un problema porque estábamos en un lugar muy remoto”, declaró Lehr a CNN. “Supuse que no era de interés para el narcotráfico”.
“Estaba equivocado”, añadió.
Los exploradores científicos divisaron primero un campamento que supusieron abandonado, recordó. Pero más tarde, el equipo oyó las voces de otros hombres que interrumpían sus llamadas por radio, señal inequívoca de que había otras personas cerca. Entonces los investigadores vieron un dron que los espiaba y escucharon conversaciones en las que los desconocidos intentaban determinar la ubicación exacta de su campamento.
Era una clara señal de peligro, afirma Lehr, y el grupo no tardó en solicitar un rescate. Un helicóptero militar tardó cuatro días en recoger a los científicos debido a un retraso por las tormentas.
Un representante de la Embajada de Perú en Washington no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
“Estamos contentos de haber salido de esta”, dijo Lehr. “Tuvimos que acortar la expedición una semana y es muy poco probable que volvamos. Lo siento por toda la biodiversidad que sigue siendo desconocida simplemente por la presencia de narcotraficantes”, añadió.
Confirmación de nuevas especies
A pesar de los inconvenientes, Lehr dijo que él y sus colegas estaban agradecidos por los descubrimientos que habían hecho.
El equipo localizó y dio nombre a una cascada no cartografiada hasta entonces y documentó una especie de lagarto desconocida para la ciencia.
En cuanto al descubrimiento de la serpiente, Lehr dijo que el verdadero trabajo empezó cuando volvió a su laboratorio con el espécimen: una serpiente macho adulta de 40,6 centímetros con escamas doradas y bronceadas. Gracias a la secuenciación genética, pudo confirmar que se trataba de una especie desconocida hasta entonces.
Se cree que la Tachymenoides harrisonfordi, o T. harrisonfordi para abreviar, habita en humedales de gran altitud en el sur de Perú.
Según Lehr, bautizar al animal con un guiño a Ford encajaba a la perfección, no solo por la referencia irónica al odio de Indiana Jones por estas criaturas con escamas. Ford, en la vida real, es un conservacionista dedicado y vicepresidente de la junta directiva de la organización sin fines de lucro Conservation International.
En una declaración a la organización sin fines de lucro, Ford afirmó bromeando que la serpiente tiene “ojos en los que te puedes ahogar, y se pasa la mayor parte del día tomando el sol junto a un charco de agua sucia; probablemente hubiéramos sido amigos a principios de la década de 1960”.
“Con toda seriedad, este descubrimiento nos llena de humildad”, dijo Ford. “Es un recordatorio de que aún queda mucho por aprender sobre nuestro mundo salvaje, y de que los humanos somos una pequeña parte de una biosfera imposiblemente vasta. En este planeta, todos los destinos están entrelazados y, ahora mismo, un millón de especies se tambalean al borde del olvido. Tenemos el mandato existencial de reparar nuestra relación rota con la naturaleza y proteger los lugares que sustentan la vida”.
Poner nombres de famosos a nuevas especies tiene la ventaja de sensibilizar al público en general sobre la cantidad de plantas y animales del mundo que quedan por descubrir, señala Lehr. Y espera que sirva de impulso para financiar la investigación científica.
“Es un trabajo muy importante, porque solo podemos proteger aquello que conocemos”, afirma Lehr sobre la documentación de especies nuevas para los científicos.