CNNEarrow-downclosecomment-02commentglobeplaylistsearchsocial-facebooksocial-googleplussocial-instagramsocial-linkedinsocial-mailsocial-moresocial-twittersocial-whatsapp-01social-whatsapptimestamptype-audiotype-gallery
Judicial

Condenan a Enrique Tarrio, líder de los Proud Boys, a 22 años de prisión por asalto al Capitolio 6 de enero

Por Hannah Rabinowitz

(CNN) -- Enrique Tarrio, exlíder de los Proud Boys, fue condenado a 22 años de prisión por cargos de conspiración sediciosa y de liderar un complot fallido para impedir la transición pacífica del poder de Donald Trump a Joe Biden.

Hasta el momento, la sentencia del juez de distrito Timothy Kelly es la mayor que se ha dictado contra cualquier acusado en relación al ataque al Capitolio de Estados Unidos del 6 de enero de 2021.

Tarrio se apoyó en un podio al frente de la sala y bajó la cabeza mientras el juez dictaba su sentencia. Otros tres miembros del liderazgo de Proud Boys también fueron declarados culpables de conspiración sediciosa y sentenciados la semana pasada.

"El jurado no condenó a nadie por hacer política, condenó al señor Tarrio y a otros por conspiración sediciosa", declaró el juez Kelly este martes. "No tengo ningún indicio de que esté arrepentido de las cosas reales por las que ha sido condenado, que son conspiración sediciosa y conspiración para obstruir el recuento de votos electorales".

"El señor Tarrio fue el máximo líder de esa conspiración”, dijo Kelly. "Realmente no creo que esto sea muy discutible".

Y añadió: “Creo que la evidencia apoya la inferencia de que el señor Tarrio fue el líder supremo, la persona organizadora en última instancia, motivada por el celo revolucionario”.

publicidad

A Tarrio lo detuvieron en la ciudad Washington días antes de la insurrección por quemar una pancarta de Black Lives Matter de una iglesia e introducir cargadores de rifles de alta capacidad al distrito, por lo que un juez le ordenó abandonar la ciudad.

Pero Kelly señaló que, si bien Tarrio puede no haber estado presente en el Capitolio durante el ataque, el líder de Proud Boys "tuvo un impacto enorme en los eventos del día".

Si bien la sentencia de 22 años es la más larga para cualquier acusado del 6 de enero, el Departamento de Justicia había pedido 33 años de prisión para Tarrio.

Kelly ha dictado condenas constantemente muy por debajo de las solicitudes de sentencia del Departamento de Justicia para los miembros de Proud Boys en este caso.

A Ethan Nordean y Joseph Biggs, dos de los principales lugartenientes de la organización de extrema derecha, los condenó a penas de prisión de 18 y 17 años, respectivamente. Zachary Rehl, líder del capítulo local de Proud Boys, fue sentenciado a 15 años de cárcel, mientras que Dominic Pezzola, un miembro de bajo nivel y el único acusado absuelto del cargo de conspiración sediciosa, fue sentenciado a 10 años de prisión.

Tarrio: "No soy un fanático de la política"

Antes de ser condenado, Tarrio pidió disculpas por el "dolor y sufrimiento" que las fuerzas del orden, los legisladores y otras personas sufrieron el 6 de enero, y prometió no tener "nada que ver con la política, los grupos, el activismo o los mítines".

"Siempre he intentado atenerme a un estándar más alto y he fracasado", dijo. "Me consideraba moralmente por encima de los demás, y este juicio me ha demostrado lo equivocado que estaba".

De pie ante el juez, con un traje naranja, Tarrio dijo que "me he pasado el último año y medio intentando averiguar cómo terminé en este estrado". El 3 de noviembre de 2020 ocurrió algo que nunca esperé: mi candidato perdió. Sentí como si me hubieran robado algo personalmente. Todos los medios a los que acudí me dijeron que estaba justificado".

Pero, dijo Tarrio, estaba en contra de la violencia que estalló en el Capitolio: "No soy un fanático de la política. Infligir daño o cambiar el resultado de las elecciones no era mi objetivo".

El fiscal Conor Mulroe arremetió contra Tarrio, afirmando que el líder de los Proud Boys tenía una "capacidad tóxica para controlar a los demás" y era el "líder de esta conspiración" que "tenía como objetivo todo nuestro sistema de gobierno".

Mulroe describió a Tarrio como alguien con una "capacidad tóxica para controlar a los demás" que "aumentó su propia fama e importancia avivando la llama de la violencia, la violencia política".

"Son hombres que nunca se atarían una bomba al pecho ni se apuntarían a un campo de entrenamiento, pero que están encantados con la idea de viajar de ciudad en ciudad y golpear a sus adversarios sin sentido en una pelea callejera", dijo Mulroe.

La organización Proud Boys, dirigida por Tarrio, "no fue una gota en el océano" en lo que se refiere a la violencia del 6 de enero, dijo Mulroe. El grupo "tuvo un papel integral en esa primera brecha" en el Capitolio, dijo Mulroe. "Las acciones de ese grupo fueron absolutamente fundamentales el 6 de enero y siguieron directamente el complot y la planificación de Enrique Tarrio".

El abogado de Tarrio, Sabino Jauregui, se opuso ferozmente este martes a las penas adicionales por terrorismo, diciendo que "no era su intención hacer caer al gobierno de Estados Unidos, o derrocar al gobierno de Estados Unidos".

"Mi cliente no es un terrorista", dijo Jáuregui. "Mi cliente es un patriota equivocado. Eso es lo que es mi cliente. No se trata de un extranjero que libra una guerra contra Estados Unidos: él pensaba que estaba salvando a este país, salvando a esta república".

Durante los meses que duró el juicio, los fiscales mostraron pruebas de que Tarrio ayudó a crear una estructura de mando dentro de los Proud Boys en los días previos al 6 de enero que dictaba cómo debían trabajar los miembros de la organización cuando asistían a concentraciones de alto nivel.

Aunque no estaba en la ciudad de Washington el 6 de enero, Tarrio expresó su apoyo a los alborotadores en Internet y estuvo en contacto con sus coacusados sobre el terreno, según los fiscales.

Biggs y Nordean, que asumieron el liderazgo en ausencia de Tarrio, dirigieron la avance hacia el Capitolio, dijeron los fiscales. Los Proud Boys se situaron al frente de la turba, superando las barreras y la línea policial y rompiendo ventanas para dejar entrar a los alborotadores en el histórico edificio, en las primeras irrupciones que acabaron provocando la evacuación del Congreso y la paralización temporal de la certificación de los resultados de las elecciones presidenciales de 2020.