Si bien los científicos dicen que la erupción del volcán en la península de Reykjanes, en Islandia, está comenzando a disminuir, eso no significa que el riesgo haya pasado.
Según la Oficina Meteorológica de Islandia (IMO, por sus siglas en inglés), actualmente hay tres conductos de lava sobre una grieta de aproximadamente poco más de 3 kilómetros de largo. También advirtió este martes que aún podrían abrirse más respiraderos "a lo largo de la fisura original, así como más al norte o al sur".
El volcán entró en erupción a unos tres kilómetros de la ciudad de Grindavík, una zona donde los residentes fueron evacuados de sus hogares a principios de este año en previsión de la erupción. La Agencia de Protección Civil de Islandia dijo anteriormente que el túnel de magma que se está formando podría llegar a Grindavik, pero que no tenía certezas sobre por dónde podría atravesar el magma.
La IMO dijo que el lunes hubo alrededor de 90 minutos entre los "primeros indicadores y el inicio de la erupción" y añadió que cualquier ventana de advertencia sobre la apertura de nuevos respiraderos podría ser corta.
Jess Phoenix, vulcanóloga y geóloga, se hizo eco de ese sentimiento de imprevisibilidad. Le dijo a CNN que es difícil saber qué sigue ahora.
"La única constante es el cambio y eso se debe a que los volcanes no son predecibles", dijo Phoenix.
Si la erupción continúa extendiéndose hacia el sur, podría poner a Grindavik en peligro, afirmó. Sin embargo, el mayor riesgo es para la propiedad, ya que la mayoría de las personas han sido evacuadas.
"En este momento, la mayor parte de la actividad de la erupción se encuentra en el extremo norte de lo que vimos anteriormente en esas imágenes, y eso es realmente algo bueno. Eso está menos poblado", dijo Phoenix.
"Si inyectamos más magma en el sistema, entonces tendremos más lugares a los que puede ir. Así que esperamos que las cosas se mantengan tranquilas y, con suerte, se apague sin extenderse", añadió.