Los soldados israelíes, con rifles en mano y brazos sobre los hombros, hablan a la cámara. Detrás de ellos está el armazón de un edificio de Gaza.
“Estamos aquí añadiendo luz después del sábado negro que tuvo el pueblo de Israel”, dice uno de los hombres en el vídeo que circula en Telegram. “Estamos ocupando, deportando y asentándonos. Ocupar, deportar y asentarse. ¿Escuchaste eso Bibi? Ocupar, deportar y asentarse”.
Mientras la guerra de Israel contra Hamas entra en su cuarto mes, el gobierno israelí dijo poco de sustancia, al menos de manera oficial, sobre sus planes para la Gaza de posguerra.
Hamas tomó el control del territorio -hogar de unos 2,2 millones de palestinos- de manos de la Autoridad Palestina en 2007, dos años después de que Israel retirara unilateralmente todas sus tropas y unos 8.000 colonos judíos. Quién lo gobierna después de que concluya la guerra de Israel contra Hamás es una cuestión abierta.
El primer ministro Benjamín Netanyahu ha rechazado la idea de establecer asentamientos judíos, pero solo ha dicho que ni Hamas ni la Autoridad Palestina con sede en Ramallah deberían gobernar el territorio, y que Israel mantendrá “pleno control de seguridad”.
El ministro de Defensa, Yoav Gallant, miembro del partido derechista Likud de Netanyahu, ha publicado su propia propuesta, diciendo que no debería haber “presencia israelí en Gaza”, pero sin dar detalles sobre cómo sería la gobernanza allí.
En ese vacío ha aparecido un grupo (alguna vez marginal, pero ahora en la coalición gobernante) que espera lograr el control total de Israel, reasentar Gaza e incluso expulsar a los palestinos . Y sus ideas están permeando el debate general.