ANÁLISIS | La ultraderecha de Francia se acerca al poder tras el fracaso de la apuesta de Macron. Esto es lo que sigue
Paris (CNN) -- El hombre que una vez describió su estilo de liderazgo como jupiteriano ahora se parece a Ícaro, después de jugar con fuego político y salir quemado.
La alianza centrista del presidente francés Emmanuel Macron fue aplastada el domingo después de que el partido de ultraderecha Agrupación Nacional (RN) se impusiera en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias del país.
Considerado en su día como un movimiento marginal, el RN podría posicionarse ahora para asumir el poder, tras obtener el 33% de los votos. Se convertiría así en el primer partido de ultraderecha que entra en el gobierno francés desde la Segunda Guerra Mundial, aunque no hay nada seguro antes de la segunda vuelta del domingo.
La alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular también obtuvo buenos resultados, quedando en segundo lugar con el 28% de los votos.
Por su parte, la alianza de Macron, Ensemble, quedó en tercer lugar con el 21% de los votos, dejando a muchos en su bando preguntándose por qué el presidente convocó las elecciones anticipadas en primer lugar.
"Esta noche no es una noche como cualquier otra", dijo solemnemente el primer ministro Gabriel Attal en un discurso a los franceses. "La ultraderecha está a las puertas del poder".
Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer en estas elecciones, así que ¿qué pasará después?
Tres bloques rivales
Solo 76 candidatos fueron elegidos el domingo para los 577 escaños del Parlamento: 39 del RN y sus aliados, 32 del Nuevo Frente Popular y sólo dos legisladores de la alianza de Macron.
El resto de los escaños se decidirán en la segunda vuelta del próximo fin de semana, y se esperan enormes cantidades de negociaciones y maniobras políticas antes de esa fecha. Esto podría determinar si se está produciendo un cambio verdaderamente sísmico en la política francesa, y el panorama está ahora dividido entre tres bloques rivales.
Se ha creado una situación sin precedentes, con un número récord de carreras a tres bandas a punto de tener lugar el domingo - 306 en comparación con sólo ocho en 2022.
Sólo los candidatos que superan el umbral del 12,5% pasan a la segunda vuelta. Normalmente, en la mayoría de las circunscripciones sólo pasan dos candidatos, pero este año, alrededor de la mitad tendrán tres, algo inédito en la historia moderna de Francia.
Estas carreras a tres bandas benefician a los candidatos que quedaron en cabeza en la primera vuelta y, con la RN en cabeza en más de la mitad de las segundas vueltas, algunos partidos están elaborando estrategias para bloquear a la ultraderecha. No tienen mucho tiempo, ya que los candidatos deben decidir si se presentan o no antes del martes por la noche.
El Nuevo Frente Popular, de izquierda, anunció que retirará a todos los candidatos que hayan quedado en tercer lugar para impedir que salgan elegidos los candidatos de ultraderecha.
La alianza de Macron no ha sido tan clara y sólo su primer ministro ha insistido en que "ni un voto debe ir a la ultraderecha".
En última instancia, todo queda en meras orientaciones: retirarse o no depende de cada candidato, y los votantes tomarán sus propias decisiones.
Una granada al orden mundial
Estas elecciones parlamentarias han cautivado a la población nacional: la excepcional participación del 67% habla por sí sola, pero el resto del mundo también debería prestar mucha atención.
El partido ultraderecha de Marine Le Pen, RN, es notoriamente euroescéptico, y aunque ya no habla de un "Frexit" en toda regla, o salida de Francia de la Unión Europea, su manifiesto cuestiona los fundamentos mismos del proyecto europeo.
El RN ha dejado claro que trataría de debilitar la unión y recuperar un mayor control de sus fronteras y soberanía. Una vez en el poder, y con la italiana Giorgia Meloni y el húngaro Viktor Orban como aliados de ultraderecha, sus planes para Europa podrían tener mucho más peso.
Si la RN llega a dominar el Parlamento, también será una buena noticia para el presidente de Rusia, Vladmir Putin. Además, Le Pen sólo ha criticado brevemente la invasión de Ucrania por Moscú, y anteriormente había recibido un enorme préstamo de un banco ruso y presumido de su "admiración por Vladimir Putin".
Antes de las elecciones, Le Pen cuestionó el papel del presidente en asuntos militares. Macron se ha comprometido a cumplir el resto de su último mandato presidencial, que se extiende hasta 2027. Constitucionalmente, el presidente dirige el ejército, y Macron no ha descartado la posibilidad de enviar efectivos franceses a Ucrania.
Jordan Bardella, el líder de 28 años de RN, ha dicho categóricamente que, como primer ministro, no permitiría que ningún soldado francés pusiera un pie en Ucrania, poniendo en entredicho el orden constitucional francés.
En 2022, Le Pen también dijo que quería abandonar el ala militar de la OTAN, pero desde entonces su partido ha dado marcha atrás, diciendo que eso no sucedería mientras la guerra en Ucrania siga en curso.
El partido de Macron ya gobierna en la Asamblea Nacional, la cámara baja del país, sin mayoría tras su resultado peor de lo esperado en las elecciones legislativas de 2022, lo que le obliga a buscar coaliciones para aprobar leyes o a utilizar una herramienta constitucional para forzar la aprobación de nuevas leyes.
Pero quedar rezagado a la izquierda o a la derecha podría ser la sentencia de muerte para su programa. Una derrota obligaría a Macron a nombrar a un primer ministro del partido vencedor, lo que pondría al frente del gobierno a un adversario político.
Bardella ha dicho que sólo gobernará si su partido obtiene la mayoría absoluta, y como la primera vuelta sugiere que ninguno de los partidos obtendrá los 289 escaños necesarios, no hay ningún primer ministro claro a la vista.
Podría producirse un bloqueo político en Francia durante al menos el próximo año, y una crisis para el presidente Macron, de la que podría decirse que él mismo es responsable.